La negociación colectiva que está viviendo Codelco con cerca de 5 mil trabajadores de la división Chuquicamata, puso nuevamente en el tapete los llamados “bonos millonarios” de la minería.

Esto, en momentos en que dicha industria lucha por mantenerse a flote en medio de bajos precios del metal rojo. Y es que justamente una metodología que se está tratando de implementar en las distintas administraciones, es la entrega de bonos sujetos a la productividad y costos de las empresas mineras; situación que según reveló el informe preliminar de productividad en la Gran Minería del Cobre, encargado por mandato presidencial y elaborado por la Comisión Nacional de Productividad (CNP), no es común dentro de las principales faenas.

En promedio y considerando las 12 mayores faenas del país -que representan cerca del 75% de la producción nacional-, en torno al 27% de la composición de la remuneración (los llamados bonos) se relaciona con metas de productividad. Dentro de las firmas analizadas, el rango analizado para este ítem va de un 86% de injerencia a un 2%.

En tanto, en promedio el 40% de la remuneración variable dice relación con la producción (66% el máximo y 5% el mínimo), seguido por la seguridad con 8%.

“¿Cuánto premian los bonos a la productividad? La verdad es que no es tanto como por la producción. El objetivo acá es producir, producir y producir (…) En el 27% promedio de productividad está súper sesgado, porque hay una empresa que tiene un gran componente variable relacionado a ese ítem, pero si sacáramos esta esto caería bastante”, indicó Alfie Ulloa, secretario ejecutivo de la CNP, al momento de presentar el informe preliminar.

Así concluyó que “la mayoría no tiene explícitamente una forma de medir o premiar la productividad y cuando uno se va para afuera, las mejores prácticas están todas ligadas a productividad y los bonos tienen que ver con la optimización completa de la faena, de todos los procesos”.

El documento también mostró la falta de productividad de la industria chilena, donde en promedio se utilizan 24 horas más para mover las mismas mil toneladas de material que la mediana de la muestra internacional.

Otro punto que puso sobre la mesa el secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de la Productividad (CNP) fue el papel del Estado en los años en que Chile ha ido perdiendo competitividad en la industria minera.

Según indicó, en las paralizaciones como consecuencia de huelgas por peticiones sociales también tiene responsabilidad el Estado, ya que significa que “no está haciendo su pega”.

En este sentido, puso el caso de Estados Unidos, donde hay yacimientos sin sindicatos, puesto que gran parte de las demandas son suplidas por el Estado. Estos sólo utilizan un grupo negociador para las tratativas de los contratos colectivos.

“En Chile está bien que los sindicatos estén preocupados por los humedales, de la salud, pero según ellos esto es porque se está haciendo mal la pega o la autoridad no la está haciendo”, dijo.

En esa línea, el presidente de la Federación Minera de Chile, Gustavo Tapia, se mostró molesto con la posición de algunas autoridades al momento de analizar dichos beneficios por medio de una instancia gubernamental, explicando que como consecuencia de los “bonos millonarios” las autoridades le restan atención a las necesidades sociales de las comunidades mineras.

Asimismo, propuso que los beneficios sociales no fuesen analizados dentro de las negociaciones colectivas, sino en una instancia distinta, ya que “cerca del 80%” del tiempo de las negociaciones se agota en este ítem.