EDUARDO GAJARDO
Con las cifras que cuenta el Estado, la producción se mantendría en alza hasta 2018. Sin embargo, ahí comenzaría una línea descendente que preocupa.
Ante la falta de diversidad en la matriz productiva, hay sectores que son simplemente fundamentales para Mendoza. El principal, es el petróleo. Sin embargo, y aunque por ahora sigue siendo el sustento de la provincia, en el Ejecutivo provincial ya miran hacia el futuro y están enfocados en determinar hasta cuándo Mendoza podrá vivir de los hidrocarburos o, por lo menos, ver cómo estará la situación hasta 2050.
Con esa idea en mente, la Dirección de Hidrocarburos reunió a geólogos de todas las empresas que operan en la provincia para "sincerar" los datos que tienen sobre la cantidad de recursos para tener una proyección real de lo que pasará con la industria en las próximas décadas.
En el Ejecutivo consideran que la no exposición real de los recursos que existen, por una cuestión de políticas empresarias o por celo en la industria, se traduce en falta de estímulo a la inversión.
Por ahora, el panorama local es óptimo (mientras en el país bajó la producción de petróleo en Mendoza aumentó un 6%), según comentó Santiago Fernández, director de Hidrocarburos. El funcionario encabezó el encuentro en el que participaron las compañías que tienen concesiones petroleras en las cuencas locales y les pidió que sinceren los datos que tienen como parte del proyecto "Prospectiva Hidrocarburífera 2050".
Según Fernández, la idea es poder tener claridad respecto a la cantidad de reservas que existen tanto en la Cuenca Cuyana como la Neuquina. El objetivo es prever para saber qué hacer y cómo absorber en otros sectores productivos -por ejemplo- los puestos de trabajo que hoy genera la industria hidrocarburífera y que en el momento que baje la producción y se termine el recurso podrían quedar como mano de obra desempleada.
Al analizar el panorama actual, se vislumbra que la producción seguiría en alza hasta 2018, pero comenzaría a descender en 2019. Esto según los números registrados a diciembre de 2015 con la información que entregan las empresas acerca de la producción, las reservas y las inversiones que proyectan.
En ese sentido, 2015 quedó marcado como el año con mayor inversión de la industria desde 2005, superando los 800 millones de dólares, con una baja drástica en 2016 hasta la una línea cercana a los 350 millones de dólares. Para 2017 la inversión estará en los 300 millones e irá en baja hasta 2020, cuando volverá a la línea de los 300 y en 2022 se quedará en 200 millones de dólares para seguir bajando en 2023, año hasta el cual existen inversiones comprometidas. De ahí en adelante, es una incógnita
En Mendoza hay 92 áreas petroleras, de las cuales 42 están concesionadas y en explotación. La mayoría de ellas (26) vencen entre 2025 y 2027 y cuatro de ellas tienen vencimiento posterior a 2030. Mirando al futuro, hay 42 bloques para exploración y 20 de ellos tiene permisos vigentes, mientras que el resto no son activos y están en manos de la Empresa Mendocina de Energía y de la Provincia.
Si bien hoy la producción petrolera se recuperó después de una caída sostenida desde 2007, el alza -de acuerdo a las proyecciones con las cifras registradas oficialmente en la actualidad- se mantendrá hasta 2018 en un nivel superior al actual que ronda los 4,5 millones de metros cúbicos anuales.
Con las cifras que dispone el Estado, la producción bajaría del millón de metros cúbicos anuales a 2033. En la proyección y con los números de hoy existe una incógnita respecto a lo que sucederá entre 2023 (último año con inversiones comprometidas) y hasta 2050 que si se pone en números se calcula en 108 millones de metros cúbicos, poniendo como referencia la producción desde esa fecha y lo que darían los pozos que tiene en reservas y producción la provincia.
Hablando de reservas, Mendoza cuenta -entre comprobadas y probables- con unos 50 millones de metros cúbicos. Si se suman las posibles, el número se acerca a los 75 millones de metros cúbicos.
Por ahora, las proyecciones de inversión llegan hasta 2023 y van en declive. Sin embargo, estos gráficos regularmente "se van corriendo", a medida que las empresas van registrando las reservas, proyectando las inversiones o se descubren nuevos yacimientos. De esta forma en una actualización deberían aparecer otras inversiones y nuevas cifras de producción, aunque la preocupación del Ejecutivo es estar preparados para el momento en que los gráficos, a pesar de las actualizaciones, vayan mostrando que no podemos pensar en el petróleo como nuestro único sustento o no podamos ser petróleo dependientes, como en la actualidad.
Por ahora, el objetivo es que las empresas sinceren sus datos y poder estar preparados.