Aunque el precio del petróleo ha subido tras el acuerdo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para reducir el suministro, podría volver a bajar ante la desaceleración de la demanda.
Después de años de haber experimentado un saludable crecimiento impulsado por los bajos precios y el creciente apetito de Asia, la demanda de crudo podría crecer el próximo año a su menor ritmo desde 2014, estiman algunos analistas.
El reciente encarecimiento del petróleo también puede contener las semillas de su propio fin, ya que el aumento del precio reduce el consumo.
Los precios tuvieron un comportamiento volátil el jueves como reflejo de las preocupaciones por la solidez de la demanda fuera de Estados Unidos. El precio de referencia en EE.UU. retrocedió 0,3% a US$50,90 el barril en Nueva York. Mientras tanto el crudo Brent, la referencia internacional, cerró en Londres con un alza de 0,3% a US$54.06 el barril tras llegar a ceder 0,69% en la jornada.
El debilitamiento de la demanda podría poner fin al alza en la cotización del petróleo que de inmediato impulsó la convergencia de la OPEP y otros grandes proveedores para recortar alrededor de 2% de la producción mundial.
Economías emergentes como China no están aumentando su demanda de petróleo a la velocidad de antes. Los analistas también estiman que la subida de las tasas de interés de referencia en EE.UU. puede provocar una disminución de la demanda de los mercados emergentes, como ha ocurrido históricamente.
"En esta nueva era del petróleo, el primer dato clave que estamos observando es la demanda global de petróleo y su reacción a los precios más altos", manifiesta Rob Thummel, gestor de cartera de Tortoise Capital Advisors, que administra unos US$15.000 millones en activos energéticos.
Algunos analistas creen que si los miembros de la OPEP respetan el acuerdo, el precio del barril de crudo podría llegar a US$60 el próximo año, un nivel al que no se ha negociado desde julio de 2015.
Los consumidores, sin embargo, que se han acostumbrado a más de dos años de combustible barato, pueden comenzar a sentir el impacto del alza de los precios en la estación de gasolina.
Los precios promedio de la gasolina en EE.UU., que actualmente se ubican levemente por encima de US$2 el galón (3,78 litros), podrían subir entre US$0,20 y US$0,30 el próximo año. En varios estados el galón podría llegar a costar US$3 a mediados de 2017, estima Patrick DeHaan, analista sénior de petróleo en GasBuddy, que proporciona información sobre los precios del combustible. "Los automovilistas no deben esperar que se repitan los precios de liquidación del primer trimestre del año", advierte.
Incluso antes de la reciente alza del crudo, las expectativas de los analistas para el crecimiento de la demanda no eran optimistas.
La Agencia Internacional de la Energía predijo el martes que la demanda mundial de crudo aumentaría en 1,3 millones de barriles diarios en 2017, frente a 1,4 millones este año y 1,9 millones en 2015.
Algunos consideran que incluso esa predicción peca de excesivo optimismo. La propia OPEP prevé que la demanda crecerá en 1,15 millones de barriles diarios el próximo año, mientras que Citigroup estima el crecimiento de la demanda en 1,1 millones de barriles al día.
Es probable que la mayor influencia en el desenlace sea China. El gigante asiático ha estado ampliando sus reservas nacionales de petróleo en los últimos dos años para aprovechar sus precios bajos. Ahora, no obstante, con la reciente alza de precios y la capacidad de la Reserva Estratégica de Petróleo China llena, tales compras podrían descender. Michal Meidan, analista de Asia de la consultora Energy Aspects, calcula que China depositó cerca de 120 millones de barriles en la reserva estratégica este año, un número que, en su opinión, podría caer a 80 millones de barriles en 2017. "Eso eliminaría el apoyo más importante (de la demanda de petróleo) que hemos tenido en los últimos dos años", dice Abhishek Deshpande, analista de petróleo del banco francés Natixis.
La Reserva Federal constituye otro riesgo para la demanda petrolera. El banco central estadounidense subió su tasa de referencia en un cuarto de punto porcentual el miércoles y prevé acelerar el ritmo en 2017.
Eso suele ser una mala noticia para el petróleo. La demanda de crudo en los mercados emergentes, un motor clave de crecimiento del consumo mundial, tiende a caer cuando suben las tasas en EE.UU., indica un análisis de Bank of America Merrill Lynch. Las economías emergentes son vulnerables al alza de las tasas de corto plazo en EE.UU. porque encarece el financiamiento de sus deudas y el fortalecimiento del dólar encarece sus importaciones. Eso incluye el petróleo, cuyo precio se fija en dólares y se vuelve más caro para los tenedores de otras monedas.
"El riesgo más subestimado para los precios del petróleo sería una combinación tóxica de aumentos más rápidos de lo esperado en la tasa de interés de EE.UU. el próximo año, un dólar mucho más fuerte, y una posible guerra comercial con China", dijo el banco estadounidense en un informe la semana pasada. "Los precios del petróleo podrían retroceder por debajo de US$40 el barril en ese escenario".
Andy Lipow, presidente de la firma de Houston Lipow Oil Associates, señala que la baja del precio del petróleo el jueves se debe principalmente al alza del dólar. "La expectativa del crecimiento de la demanda de crudo va a declinar", indica.
Todo esto representaría un reto para la OPEP y el auge del petróleo, que ya enfrenta el riesgo de que precios más altos alienten más perforaciones de esquisto de EE.UU. y, por lo tanto, un incremento del suministro. "Si la oferta, el consumo o los inventarios responden demasiado rápido al nuevo panorama, la ganancia a corto plazo de la OPEP podría dar paso a un dolor a largo plazo", dijo Bank of America Merrill Lynch.
AGENCIAS
El informe final del mercado del petróleo de 2016 realizado por la Agencia de Energía Internacional (IEA por sus siglas en ingles) analiza los acontecimientos que marcaron el año.
El foco en enero fue el precio a US$30 / bbl de petróleo y el aumento inminente de la producción de petróleo de Irán después de que se levanten las sanciones. En diciembre se está llevando a cabo el recorte propuesto acordado por la OPEP y los países No OPEP.
Desde el recorte de producción de petróleo de la OPEP, hace menos de 2 semanas, el precio del petróleo se ha disparado más de un 20%. Sin embargo, hay escepticismo acerca de qué sucederá en 2017, y destacan el papel clave de quien será el presidente de USA, Donald Trump, y de su equipo donde abundan los amigos de las petroleras. Pero lo cierto es que el 'rally de fin de año' se ha concentrado en el mercado del crudo. El barril de Brent cotizaba en US$ 46 el 29/11.
Un día después la OPEP acordó su 1er. recorte de producción desde 2008 y el precio del crudo se disparó más de 8%. La escalada ha proseguido al inicio de la semana, a causa de una iniciativa aún más extraordinaria en los últimos tiempos: el acuerdo entre países no pertenecientes a la OPEP para sumarse a este recorte de producción. Desde el año 2001 no alcanzaban un pacto de estas características. El resultado han sido nuevos avances que permitieron al crudo tocar máximos de año y medio. Pero la Agencia Internacional de la Energía (AIE) considera que el acuerdo sólo durará 6 meses, "no extendiéndose el recorte de producción".
El barril de Brent logró, en cualquier caso, un rally superior al 20% respecto a los niveles previos a la cumbre de la OPEP del 30/11, y duplica claramente los mínimos de US$ 27 registrados en enero 2016.
Previo al acuerdo alcanzado por la OPEP analistas estimaban que a finales de 2017 el precio del petróleo se iba a equilibrar, la decisión sólo adelanta el final ya pronosticado.
Después de la primera mitad de 2017, el análisis se complica por el hecho de que el recorte propuesto es de seis meses, y será revisada en la próxima reunión ministerial de la OPEP a finales de mayo. Esto puede ser visto como prudente dadas las incertidumbres subyacentes en el mercado del petróleo y la economía mundial, sino también una advertencia de que la restricción de producción no podría extenderse. La curva de precios refleja esto con un fuerte aumento de los precios a corto plazo, pero muestra relativamente pequeño movimiento más lejos. La OPEP también parece estar indicando que los productores de alto costo no deben dar por sentado que van a recibir un viaje gratis a la mayor producción. Estos productores de alto costo, que asumen que los cortes en la parte menos garantizan un piso a los precios, pueden pensar dos veces antes de tomar el riesgo de sancionar nuevas inversiones.
La contundencia de esta reacción en los mercados contrasta con el escepticismo con el que han recibido estos acuerdos las firmas de inversión.Sus previsiones sobre el precio del crudo para 2017 mantienen la cautela, y reducen al mínimo el potencial alcista adicional en su cotización. Los analistas no le creen a los dirigentes de los países petroleros, o esperan a que Donald Trump exhiba su juego desde la Casa Blanca.
Los analistas coinciden en señalar que las medidas de la OPEP sirven para confirmar el "proceso de reequilibrio del mercado", según destacan los analistas de Barclays. El exceso de oferta, el motivo principal del desplome del precio al inicio del año, podría dar paso a un incipiente déficit de la oferta incluso en el 1er. trimestre de 2017, de acuerdo con las previsiones de Bank of America-Merrill Lynch.
Entre los más escépticos sobre el impacto de los recortes de la OPEP a medio y largo plazo sobresalen los analistas de Goldman Sachs. La firma, una de las más influyentes en el mercado de commodities, destacó que Arabia Saudí se equivoca al subestimar el protagonismo del petróleo no convencional o shale o fracking.
Según el banco estadounidense, la consolidación de los precios por encima de la barrera psicológica de los US$ 50 elevará de manera significativa la producción de 'shale oil', tanto en USA como en Canadá. De hecho, su actividad ya alcanza máximos desde enero. Goldman estima en 800.000 barriles diarios el aumento potencial en 2017 de la oferta de este tipo de petróleo.
Los analistas de Bank of America-Merrill Lynch también descuentan un notable repunte de la producción de 'shale oil'. En su caso, cuantifican este potencial incremento en unos 500.000 barriles diarios a finales de 2017. Estas cifras elevarían la producción total de USA hasta los 9,2 millones de barriles diarios, casi 33% de la producción pactada por la OPEP en su recorte (32,5 millones) y muy cerca de los 10 millones a los que se ha comprometido rebajar Arabia Saudí.
El posible resurgir del boom del 'shale oil' llevó a Goldman Sachs a augurar que el recorte de la OPEP podría ser efímero, y que el cártel petrolero podría dejar sin efecto las cuotas pactadas a lo largo de 2017.
Los expertos de Bank of America-Merrill Lynch también recogen en sus perspectivas para 2017 el riesgo de que Rusia e incluso algunos países de la OPEP no se ajusten a los recortes pactados.
La firma estadounidense añade otros 2 riesgos 'bajistas' para el precio del petróleo en 201:
+ la posibilidad de que los países no pertenecientes a la OPEP y ajenos a los recortes pactados eleven la producción por encima de lo previsto, y
+ que tanto los efectos de las subidas de tipos de interés en USA como de la depreciación del renminbi chino pongan en peligro la previsión de un incremento de la demanda global de 1,2 millón de barriles diarios en 2017.
Después de valorar estos riesgos bajistas, los expertos de Bank of America-Merrill Lynch pronostican un precio medio del barril de Brent en 2017 de US$ 61, y de US$ 59 en el caso del barril tipo West Texas, de referencia en USA.
+ Julius Baer desliza una estimación de US$ 60. Barclays estima un precio medio del barril de Brent en el próximo ejercicio de US$57.
+ Goldman Sachs, de US$ 55 dólares para el 1er. semestre.
+ Citigroup menciona una sustancial reducción de la volatilidad, y un precio medio para el barril de Brent de US$ 50 en el 1er. trimestre, de US$ 54 en el 2do. trimestre, de US$ 60 en el 3ro. y de US$ 65 al cierre de 2017, o sea un promedio de US$ 57.
Según la AIE, la curva de precios refleja un aumento a corto plazo, pero el movimiento es "relativamente pequeño a más largo plazo".
También advierte: "Es evidente que las próximas semanas serán cruciales para determinar si los recortes en la producción serán implementados y si el reciente aumento de los precios del petróleo van a durar", explica la AIE y señala que "por motivos contractuales y logísticos", los recortes no se podrían notar como se espera. "El acuerdo es por 6 meses y que debe dar tiempo a que se aplique antes de volver a evaluar nuestras perspectivas de mercado", apunta la agencia.
No hay que olvidar que el último impulso alcista en el precio del recurso energético ha llegado tras conocerse el pasado fin de semana que 11 productores no-OPEP han accedido a recortar la extracción en casi 560.000 barriles diarios, además del 1,2 millón al que se ha comprometido el cártel. Rusia y México, dos productores importantes, están entre estos países.