El carbón es responsable en el mundo del 45% de las emisiones de CO2 del sector energético, del 40% de las de dióxido de azufre y el 15% de las de óxidos de nitrógeno y partículas. Y, sin embargo, el 29% del consumo energético del planeta procede del carbón. Es la segunda fuente más empleada en el mundo, por detrás del petróleo.
La participación del carbón en el mix de generación de energía se reducirá a l36% para el 2021, por debajo del 41% en 2014, dijo la AIE en el último Informe de Mercado del Carbón de mediano plazo , impulsada por una menor demanda de China y Estados Unidos, junto con el rápido crecimiento de las energías renovables y fuerte enfoque en la eficiencia energética.
"Si consideramos el consumo de carbón desde una perspectiva histórica, el mundo nunca ha quemado tanto como ahora", expone el informe de la Agencia Internacional de la Energía. Durante este siglo, el aumento en su uso para generar energía ha sido constante, con incrementos anuales del 4%.
El crecimiento de la demanda mundial de carbón se estancará en los próximos cinco años como el apetito por el combustible disminuye y otras fuentes de energía gane terreno, según el último pronóstico de carbón de la Agencia Internacional de la Energía.
Pero el mundo sigue siendo altamente dependiente del carbón. Mientras que la demanda de carbón se redujo en 2015 por primera vez en este siglo, la AIE prevé que la demanda no llegará a los niveles de 2014 hasta el año 2021. Sin embargo este camino dependería en gran medida de la trayectoria de la demanda de China, que representa el 50% de la demanda mundial de carbón - y casi la mitad de la producción de carbón - y más que cualquier otro país influye en los precios mundiales de carbón.
Sin embargo, algo comenzó a cambiar en 2014, cuando la demanda se estancó. El informe presentado confirma una caída en 2015 del 2,7% respecto al año anterior: se pasó de una demanda global en 2014 de 5.588 millones de toneladas equivalentes de carbón (una unidad de energía) a 5.440 en 2015. Si se toman como referencia solo las toneladas (unidad de masa) consumidas el descenso comenzó un año antes: en 2014 cayó la demanda un 0,9% respecto a 2013.
La AIE no espera que el consumo de carbón repunte en 2016. Su previsión, a pesar de que en el último tramo del año se ha detectado un aumento en China, es que 2016 confirme la tendencia de estancamiento.
Esta agencia internacional recuerda que el incremento en el mundo del uso del carbón ha sido "continuo desde el inicio de la Revolución Industrial". Solo ha habido dos excepciones, en las que se produjo un descenso y estancamiento como el detectado ahora: la década de los años veinte del siglo XIX, tras la I Guerra Mundial, y la década de los noventa, con el desmoronamiento del bloque soviético.
El descenso ahora se produce en un momento de crecimiento económico, con tasas anuales de aumento del PIB mundial por encima del 3%. Hacia esa misma dirección apuntaba el informe de la Universidad de East Anglia y Global Carbon Project presentado a mediados de noviembre, que resaltaba que la economía mundial ha crecido en los últimos tres años sin aumentar las emisiones de CO2. Ese análisis ya responsabilizaba de este fenómeno a la reducción en el uso del carbón en el mundo.
El informe reconoce continuo dominio de China en los mercados mundiales de carbón. La generación de energía a carbón en China se redujo en 2015 debido a la demanda de potencia lento y una política de diversificación que llevó al desarrollo de nueva capacidad de generación de energía renovable y nuclear. El pronóstico de la AIE para la demanda de carbón en China muestra un descenso muy lento, siendo los productos químicos el único sector en el que la demanda de carbón crecerá, alcanzando 2.816 MTCE en el año 2021, alrededor de 100 MTCE menor que el pico de 2013.
China acumuló el 48,8% de la demanda de carbón mundial en 2015. Y de China depende la evolución mundial del uso de este combustible. La AIE pronostica que en los próximos años la demanda seguirá cayendo en el mundo y que en 2021 se producirá un repunte, pero sin superar el nivel de 2014. Pero la "senda de crecimiento" dependerá "mucho de la trayectoria de China", apunta el análisis. "Tenemos muy bien calibrados todos los países, salvo uno: China", explica sobre la incertidumbre en las previsiones Carlos Fernández Álvarez, coordinador de este informe de la AIE.
La demanda de carbón en China cayó un 3,4% en 2015. "Es la primera vez desde 1981 en la que el consumo de carbón disminuye durante dos años consecutivos", resalta el informe de la AIE. La agencia achaca a la ralentización de la demanda energética en el país asiático y a las políticas de su Gobierno de "diversificación", que han hecho que se desarrolle más la nuclear y las renovables.
El otro factor determinante en el descenso mundial es Estados Unidos, que consume el 9,3% del carbón mundial y donde la demanda cayó un 15% en 2015. Aquí el auge del fracking en los últimos años está detrás de la disminución en el empleo del carbón. El aumento en India (un 2,7% más en 2015) y Rusia (8,9%) no fue suficiente para compensar el descenso en China y EE UU.
El análisis muestra claramente que el uso del carbón ha viajado desde Occidente a Asia en los últimos tres lustros. En 2000, Norteamérica y Europa consumían el 47% del total. En 2015, había bajado hasta el 22%. Mientras, Asia ha pasado en esos 15 años del 46% al 73% de la demanda mundial.
El consumo de carbón en Europa (que representa el 9% de la demanda total del planeta) se redujo un 1,1% en 2015. Si se toman como referencia los países miembros de la OCDE, la bajada fue del 6,1%. En España, sin embargo, la generación de electricidad con carbón experimentó el año pasado un "incremento significato", resalta el informe, que lo sitúa en el 21%. Además, las importaciones de carbón en España crecieron un 16%. El informe responsabiliza a la bajada en la generación hidroeléctrica.
Alemania, Francia, Reino Unido o Finlandia han anunciado que cerrarán sus centrales térmicas de carbón para 2025. Sin embargo, España no contempla aplicar un calendario de cierre similar. El Gobierno, según señaló hace unas semanas, deja el fin del uso de esta fuente de energía en manos del mercado.
"Debido a las implicaciones para la calidad de aire de las emisiones de dióxido de carbono, el carbón ha estado en entredicho en los últimos años, pero es demasiado pronto para decir que este es el fin del carbón", sostiene Keisuke Sadamori, el director de mercados y seguridad de la AIE.
El Acuerdo de París contra el cambio climático establece unas metas de reducción de los gases de efecto invernadero para impedir que el aumento de la temperatura del planeta supere a final de siglo los dos grados de media. Sin embargo, la AIE sostiene en su informe que "sin CCS [los sistemas de captura y almacenaje de CO2, por sus siglas en inglés] o la innovación tecnológica para utilizar las capturadas de CO2 con fines comerciales, el carbón deberá ser eliminado prácticamente si se quiere cumplir con las metas de París". Actualmente, según se desprende del informe, solo el 0,06% de las emisiones de CO2 que genera el carbón en el mundo están bajo sistemas de captura y almacenaje.