Los precios del petróleo mantuvieron un promedio de 28 dólares por barril (USD/Bbl) por 20 años hasta 2005. Desde entonces, comenzaron a subir como espuma y, entre 2010 y mediados de 2014, se conservaron entre 90 y 110 USD/Bbl.
“A 100 USD/Bbl casi todo es posible”, dice un adagio de la industria. Así fue. En este periodo, mediante innovaciones tecnológicas: 1) Se tornaron/forzaron eficientes y competitivas las energías eólica y solar; 2) se llegó con más intensidad a explorar en aguas profundas y ultra profundas (Presal - Brasil); 3) se detonaron proyectos de crudos pesados y ultrapesados (Venezuela y Canadá); 4) se desarrolló el Floating LNG (Australia e Indonesia; 5) bajaron los costos del small LNG; 6) muchas otras más.
Pero, lo más trascendente fue el adelanto en producción de petróleo y gas de los shales (EEUU), mediante el fracking y la perforación horizontal. Los shales agregaron 4 millones de barriles (MMBBls) al mercado entre 2010 y 2014, y el país dejó de importar gas natural y se tornó exportador. Este incremento de producción en EEUU, sumado a nueva producción de energía en varias otras regiones del planeta y la desaceleración de la economía mundial, precipitó el fuerte desplome de precios a partir de junio de 2014.