Las operadoras de la Cuenca Neuquina negociaban hasta última hora de ayer las condiciones del paro que los sindicatos de Petroleros Privados y Jerárquicos iniciaban a las 8 de hoy. Si bien se esperaba la intervención del Ministerio de Trabajo, la conciliación no llegó y la preocupación crece entre las compañías porque si se cumplen con las 48 horas de huelga, la medida provocaría cuantiosas pérdidas en los yacimientos.
El paro fue convocado el viernes pasado, tras un plenario encabezado por Guillermo Pereyra, y apunta a que YPF de marcha atrás con la medida de bajar definitivamente 33 equipos que ya estaban paralizados en el marco de un Plan Preventivo de Crisis (PPC). Unos 1.700 operarios perderían sus puestos de confirmarse la decisión, por lo que desde el sindicato piden reubicaciones y un plan de subsidios por un año.
La medida de fuerza fue resuelta el viernes durante una asamblea del sindicato de Petroleros Privados que encabeza el senador Guillermo Pereyra, y del gremio de los jerárquicos, cuyo secretario general es Manuel Arévalo. Comenzará hoy a las 8.
La decisión de YPF no solo puso en alerta a los sindicatos de la cuenca, sino que además generó malestar en otras operadoras que consideran que están pagando el costo de una definición que tomó la petrolera nacional unilateralmente. La resolución de la operadora de bandera se da a días de que se firme un acuerdo general para el sector, que busca atenuar la crisis en la industria y modificar parte de las condiciones laborales.
En el sector tampoco cayó bien que el gobierno nacional se mantenga al margen. Sin embargo se especulaba que el paro inicie y sea conciliado antes de que se cumplan las primeras 24 horas.
En los yacimientos se calcula una ventana temporal de seis horas para poner en marcha las maniobras que permitan definir las condiciones de seguridad mínimas. Esto se discute directamente con los representantes del sindicato y allí se negocian las guardias para los puestos claves y el alcance de la medida,si es que afectará solo la perforación o también la producción.
Ayer por la tarde se definía en cada yacimiento la modalidad y se reorganizaban los cronogramas. Las operadoras además enviaron sus instrucciones a las contratistas para que también definan sus planes de acción.
Al menos dos compañías confirmaron que se suspendían las tareas de mantenimiento y esperaban que el paro afectara centralmente a la extracción de petróleo y no tanto al gas. De todos modos descartaban que la medida tuviera impacto en las refinerías y por lo tanto en las estaciones de servicio.
Los sindicatos que dirigen Pereyra y Manuel Arévalo coincidieron en que podrían profundizar las protestas en caso de que no tengan respuestas al reclamo. Desde Jerárquicos piden que se revea la contratación de extranjeros antes de avanzar en un plan de recorte en puestos ocupados por operarios nacionales.
Pereyra en tanto planteó que se reubique una parte del personal y que al resto se le otorgue un subsidio de 20.000 pesos mensuales durante un año.
33 equipos, entre torres de perforación, workover y pulling, son los que dio de baja YPF la semana pasada.
u$s 100 millones al año fue el costo que la petrolera nacional denunció por mantener los equipos sin actividad en el marco del PPC.
Enero 2016. En un acuerdo con las compañías se bajaron 14 equipos perforadores por vacaciones.
Febrero 2016. Se inicia el Plan Preventivo de Crisis con suspensiones rotativas.
Septiembre 2016. Se cuentan 47 equipos menos que en el mismo mes de 2015.
Pese a la ratificación sindical de la huelga, el diputado del Parlasur por Participación Neuquina, Ramón Rioseco, cuestionó la medida al considerar que “es otra parodia más del senador Guillermo Pereyra y del gobernador Omar Gutiérrez ya que está acordada la conciliación obligatoria con el gobierno nacional”.
El ex intendente de Cutral Có también señaló que hay un “feroz ajuste sobre nuestra provincia” con desinversión en la cuenca “al igual que la firma del preventivo de crisis, que trajo como consecuencia 3000 despidos”.
El titular de Petroleros Privados, Manuel Arévalo, volvió a la carga contra las empresas de la industria que contratan personal extranjero al mismo tiempo que anuncian recortes que, según estiman, afectará puntualmente a los operarios locales. “Esto no es nuevo, pero las compañías nunca nos escucharon. No queremos que las familias argentinas se queden sin empleo”, dijo el sindicalista.
El sector que conduce Arévalo nuclea a unos 7.000 afiliados y fue la primera organización en lanzar un paro contra el recorte anunciado por YPF, que dejará en la calle a 1.700 operarios. Tras una medida sorpresiva, el sindicato se sumará a la huelga convocada por Guillermo Pereyra, de Petroleros Privados, para mañana a las 8.
“Hay unos 359 puestos de trabajadores jerárquicos que se quieren eliminar y a su vez más de 400 trabajadores extranjeros que prestan tareas en la zona. Esto es inconcebible. Si están obligados a hacer un recorte que empiecen por los trabajadores de afuera, no podemos permitir que se les quite al trabajo a nuestros compañeros”, dijo Arévalo.
El sindicalista a mediados de este año había insistido con el tema y fue cuestionado por el contenido de la propuesta. “No tenemos nada en contra de los extranjeros, pero son tareas que puede realizar operarios de acá”, remarcó Arévalo.
Tanto el sindicato que dirige Pereyra como el de Arévalo mantenían reuniones a la espera de una solución. El titular de Petroleros Privados solicitó que se reubique a una parte de los operarios que cortará YPF por la paralización definitiva de los 33 equipos y que, a los restantes, se les pague un subsidio de 20.000 pesos mensuales durante un año completo.
Por su parte Arévalo confirmó que mantendrán a los delegados en los yacimientos monitoreando lo que suceda horas antes del paro. “Si no ceden, no va haber conciliación obligatoria que aguante esta situación”, advirtió el sindicalista
Jerárquicos y petroleros de base iniciarán mañana a las 8 un paro total de actividades por 48 horas. Por la complejidad de las tareas de campo, se comenzarán con maniobras anticipadas para evitar accidentes cuando entre en vigencia la medida de fuerza convocada.
Hasta ayer no había novedades de una conciliación obligatoria por parte del Ministerio de Trabajo, algo que no se descartaba para el transcurso de la jornada de hoy. El exintendente de Cutral Co, Ramón Rioseco, calificó la protesta de los sindicatos como “una parodia” y aseguró que todo está acordado.
7.000 afiliados tiene el sindicato de los trabajadores jerárquicos en Río Negro, Neuquén y los yacimientos de La Pampa.
En la provincia
El subsecretario de Trabajo de la provincia, Ernesto Seguel, informó que hasta pasadas las 13 de ayer, YPF no había hecho ningún planteo ante el anuncio público –y la presentación al ministerio– del paro petrolero que arrancará mañana a las 8 en los pozos neuquinos.
“Si llega alguna presentación (empresaria) se analizará”, dijo Seguel, quien recordó que la cartera que dirige planteó hace 20 días atrás al Consejo Federal del Trabajo un pedido de que “se tomen las medidas conducentes a los sostenimientos de las fuentes laborales”.
Seguel destacó que en las puertas del conflicto que paralizará la producción el lunes, la cartera que dirige “buscará conciliar posiciones en sostenimiento de los puestos de trabajo”.
Juan José Aranguren recibirá a las 10 a los ejecutivos de las 15 mayores empresas petroleras del país. Será, en la práctica, la primera reunión del año con una convocatoria tan concurrida con representantes sector hidrocarburífero. El ministro buscará contener el malestar de los empresarios petroleros, que se fue agudizando en las últimas semanas por la indefinición de la cartera de Energía en algunos temas sensibles de la industria, como la fijación de los precios internos del crudo y del gas para 2017, y también por el efecto negativo sobre la producción local de petróleo generado por el fuerte incremento de las importaciones de naftas y gasoil.
Todo eso en el escenario de crisis por el despido de 1.700 trabajadores por parte de contratistas de YPF y la casi certeza de que esa conflictividad gremial se intensificará en provincias como Chubut y Santa Cruz por la caída del precio interno del petróleo.
Pese a eso, Aranguren buscará recuperar la iniciativa informando a los ejecutivos los detalles del nuevo convenio colectivo de trabajo para Vaca Muerta que viene negociando desde hace dos meses con Guillermo Pereyra, líder del sindicato petrolero de Neuquén. De esa mesa de discusión participaron también YPF, Pan American Energy (PAE) y Total, tres de los principales productores de la cuenca Neuquina. Pero no el resto de las compañías petroleras, que fueron acumulando irritación por ese desplante.
Aranguren explicó esta semana en un seminario organizado por la Asociación Empresaria Argentina (AEA) que el presidente Mauricio Macri apunta a presentar el nuevo acuerdo gremial –que en los hechos prevé una flexibilización de las condiciones laborales– el 13 de diciembre, durante la celebración por el Día del Petróleo. La idea de máxima es dar a conocer también en ese ágape un nuevo programa de estímulo a la inversión en gas, el principal combustible de la matriz energética argentina.
La agenda de los petroleros para la reunión de mañana tiene poco de entusiasta y mucho de malestar. La enorme mayoría de los empresarios de la industria cree que Aranguren desatendió el andar del segmento de exploración y producción de hidrocarburos durante los primeros 11 meses de su gestión. Quienes tratan con él siguen reconociendo sus cualidades personales, pero cuestionan la falta de voluntad para intervenir y buscar morigerar los efectos locales de la crisis internacional del petróleo.
Por ejemplo, entre los productores no logran entender por qué el ministro no intervino frente al aumento significativo de la importación de naftas y gasoil, que termina reportando una ganancia adicional para empresas refinadoras y traders (intermediarios) de combustibles. Lo concreto es que, a raíz de esa mayor cuota de combustibles importados, hoy sobra petróleo local en el mercado interno. Y las compañías productoras –con YPF, PAE, Chevron, Pluspetrol y Sinopec a la cabeza– están pensando en exportar a pérdida.
Las petroleras, en especial las pequeñas y medianas, tampoco interpretan por qué el Ministerio hace la vista gorda cuando las empresas refinadoras ofrecen pagar ahora mismo el petróleo local a valor internacional. En Neuquén, por ejemplo, son varias las productoras que se vieron obligadas a vender crudo Medanito a US$ 52 (contra los 63 que venían recibiendo hasta noviembre) por presión de las refinadoras. El brusco descenso del precio del barril criollo desembocará en un ajuste del nivel de actividad y, por lo tanto, en más despidos.
