DANIEL BOSQUE*
Para reducir el dinero que tienen que pagar es que viven en la oscuridad, sin calefacción, o la ducha una vez por semana - víctimas como millones de personas en España de la pobreza energética.
Asociaciones de bienestar han hecho advertencias, durante años, contra esta situación, pero la muerte a principios de este mes de Rosa de 81 años de edad, en un incendio provocado por una vela que ella utiliza para la luz ha llevado el tema con firmeza a la delantera.
El legislador socialista Pilar Lucio pidió al gobierno conservador en el poder para poner en práctica de inmediato una "tregua de invierno" en empresas de de energía a aquellos que no pueden pagar - una medida que contó con el apoyo de la mayoría en el parlamento y alentó en una directiva de la UE 2009.
El año pasado, según el Instituto Nacional de Estadística de España, el 10,6 por ciento de los españoles no fueron capaces de calentar adecuadamente sus hogares - o más de cuatro millones de personas - en comparación con sólo el 5,9 por ciento en 2008, cuando comenzó una crisis económica.
La culpa es de la crisis económica y la pérdida generalizada de empleos que causó, así como un aumento de 30 a 50 por ciento en precios de los servicios desde el año 2006.
Pedro Martínez, de 48 años, ha estado en esta situación durante varios años, desde 2013, cuando la empresa de mobiliario que estaba trabajando para cerrado, que sobrevive con una pensión de 426 euros ($ 450) al mes, y lo que queda de la indemnización que recibió por ser despedido.
Divorciado, vive con su hijo de 20 años de edad y su hija de 23, ambos deficientes mentales en un barrio obrero de Barcelona, sin calefacción y el uso de luz eléctrica sólo cuando sea absolutamente necesario.
"Es difícil en invierno, sólo tenemos un calentador eléctrico, que rara vez encendemos por temor a la ley", dice. "Los escalofríos a los huesos. Nos llevan abrigos y por la noche que utilizan todas las mantas que tenemos."
Tere Bermúdez, portavoz de la organización benéfica católica Caritas, dice que "para muchas familias, el agua, la luz y el gas son artículos de lujo."
Ella dice que de 2007 a 2015, la organización multiplicó por 30 el número de facturas de servicios públicos que ayudó a pagar. Uno de sus beneficiarios es Mohamed Chairi, de 37 años de edad, marroquí.
Su familia vive de los 250 euros mensuales de trabajo de limpieza de su esposa, así como la ayuda de organizaciones benéficas.
"Nos duchamos una vez por semana, los viernes, por lo que los niños están limpios en el fin de semana," dice el padre de tres hijos
En la esquina de la sala de su pequeño apartamento en Badalona, cerca de Barcelona, su hijo más joven juega con un radiador eléctrico roto.
Chairi acaba de recibir su factura de electricidad - € 24 para el mes, una suma pequeña para España pero enorme para él."El alquiler es por sí solo € 440," él dice. "Si tengo que sufrir de hambre o ir sin luz ni agua, no me importa, pero los niños ...".
Mohamed Chairi y su hijo de dos años Más malo cambiar una botella de gas butano en su casa de Badalona. Foto: Lluis Gene / AFP
De acuerdo con la Comisión Europea, los precios de gas y electricidad de España fueron la tercera y la cuarta más alta, respectivamente, en la Unión Europea el año pasado.
"Estamos por encima de la media europea (en términos de escasez de combustible) a pesar de tener mucho mejor clima", dice José Luis López, portavoz de la Asociación de Ciencias Ambientales.
No existe una ley nacional sobre el asunto pero varias regiones han implementado medidas para tratar de remediar ese problema.
En la región noreste de Cataluña, por ejemplo, una ley establece que las empresas de servicios públicos deben notificar a los servicios sociales antes de cortar la electricidad o el gas, y si la familia o persona que está luchando para pagar se clasifican como vulnerables, tienen prohibido hacerlo.
Pero la ley no siempre se respeta, como fue el caso de Rosa, donde la empresa de servicios públicos de gas natural reconoció que no había contactado con los servicios sociales.
López estima que alrededor de 7.100 personas mueren cada año debido a la escasez de combustible.
Los bomberos en Cataluña también han advertido de los riesgos de seguridad involucrados.
"Nos hemos encontrado con pequeños incendios provocados por personas que se calefaccionaban con fogatas a base de periódicos o incluso los zapatos de lona", dijo el portavoz del sindicato Antonio del Río. España puede estar saliendo de la crisis, pero al menos 600.000 hogares vio su suministro de electricidad cortado el año pasado, según la asociación de consumidores Facua. "Hay un montón de hablar de recuperación, pero en la calle que no lo ven en cualquier lugar", dijo Pedro Martínez.
*Corresponsal AFP
