El metal rojo cerró sus cotizaciones la semana pasada en US$ 2,64 por libra, acumulando un alza de 23,9% en lo que va del año. El detalle es que ese mayor precio comenzó a evidenciarse recién a fines de octubre pasado. De hecho, sólo en lo que va de noviembre, el alza evidenciada es de 20,6%.
Como el mayor incremento se dio a la mañana siguiente del triunfo de Donald Trump en Estados Unidos -y durante tres jornadas consecutivas subió prácticamente un 15%- la primera explicación del mercado fue que la variación positiva estaba directamente asociada al millonario gasto en infraestructura prometido por Trump durante la campaña.
Pero transcurridos ya varios días, el análisis dio un giro. El mismo Nelson Pizarro enfatizó el viernes en el hecho de que lo más creíble por ahora en este mayor precio no es Estados Unidos, sino más bien China, “porque es lo más concreto”.
¿Quién entonces está motivando las alzas de precio en el cobre? Páginas y páginas de diarios económicos del mundo recogen en las últimas semanas la impresión de analistas de todas las corrientes. En casi todos, la percepción inicial es que uno de los detonantes iniciales fue Trump, pero en las últimas jornadas, los movimientos han sido más por cómo se está viendo la evolución en China.
Mientras explicaba los resultados de la estatal, el mismo Pizarro dedicó varios minutos para hablar de China. Incluso citó un estudio que tenía entre sus documentos y que encargó semanas antes a expertos internacionales analizando la realidad del principal consumidor de cobre del mundo.
“El consumo de cobre de China para 2016 se había previsto que iba a subir 2,5% y lo hizo en 5%”, describió. Cifras que en el mercado también han comenzado a circular en las últimas jornadas, y que incluso van más allá, al afirmar que el 2,5% o 3% que se esperaba para 2017 también será mucho mayor.
Entre las razones de este cambio están las metas que se ha trazado el gobierno chino en años previos y que hoy están en su etapa de desarrollo. “Electrificar al país, disminuir el uso del carbón y petróleo, incentivando energías más limpias, impulsar el auto eléctrico y los proyectos de trenes rápidos… todo es pura electricidad, eso es lo que está subyaciendo en dar soporte a este incremento al precio del cobre. Vamos a ver si el presidente electo de Estados Unidos materializa la brutal inversión que está anunciando, eso aún está por verse, esto otro, lo de China, ya es real”, enfatizó Pizarro.
En esa misma línea, el vicepresidente ejecutivo de Cochilco, Sergio Hernández, explica por qué es más importante lo que ocurra en China. Primero, el país consume el 50% de todo el cobre que se produce en el mundo. Estados Unidos, en cambio, sólo un 12%.
Pero un punto en el que pone acento Hernández es en el consumo de los últimos meses. De hecho, en los mismos días en que se conocía del triunfo de Trump, China divulgó sus estadísticas relacionadas con la importación de cobre, que sólo en octubre creció 19%, cifra que según Hernández grafica perfectamente el momento de precios altos.
Por otro lado, dice que los inventarios visibles del metal han estado disminuyendo por lo menos un 30%. Entre Nueva York, Londres y Shangai se tienen reservas en torno a las 400.000 toneladas, por debajo de las 600.000 que había hasta hace poco. Lo que también incrementa la sensación de escasez futura y hace subir los precios.
Detrás del crecimiento chino está el hecho de que el país aún tiene mucho de su territorio por modernizar. Por ello es que su protagonismo en consumo de cobre se mantendrá alto. Hay que recordar que el metal tiene un abanico importante de usos:tuberías de agua, en las casas y edificios inteligentes, motores eléctricos, cables de conducción eléctrica, aparatos electrodomésticos, en el cuidado de la salud, en la industria que va de la mano con el medio ambiente, en computadoras, aparatos de comunicación y ahora último también muy fuerte en los autos eléctricos.
Pizarro mencionó que sólo en China existen en este momento 80.000 estaciones de recarga eléctrica para este tipo de vehículos.
Hace un par de años, cuando la economía china se tornó hacia el crecimiento interno y desde el gobierno central se comenzaron a poner en marcha estímulos, se mencionaba varios factores clave. Como que la población urbana en general seguiría aumentando y alrededor de 1.000 millones de habitantes vivirían en zonas urbanas en 2025, con 221 ciudades que tendrán más de un millón de habitantes. Como referencia, Europa tiene actualmente unas 35 ciudades con más de 1 millón de habitantes.
Junto a este incremento poblacional, aún en pleno apogeo, la creciente demanda será necesaria en la construcción de edificios e infraestructura vial.
De hecho, hace justo un año el economista y asesor del Banco Central de China, David Li, estuvo de visita en Chile y sostuvo que el país debía seguir invirtiendo fuerte en infraestructura. Tanto, que a su juicio, la demanda de cobre desde China recién tendrá su peak de consumo en 2030.
China también recobra importancia en el mapa económico mundial por otro de los anuncios de Trump. El hecho de que Estados Unidos no continúe adelante con el TPP y el país tienda a transformarse en una economía un poco más cerrada, hace que el papel del gigante asiático sea relevante.
Lo que señalan los expertos es que la profundización de las reformas en China, tendientes a abrir más su economía y fortalecer su eventual protagonismo en el comercio mundial con nuevos acuerdos genera expectativas positivas de un mayor impulso en la demanda de commodities, lo que también estaría detrás del metal rojo en el corto plazo.
La virulenta recuperación del cobre en noviembre podría chocar contra un obstáculo en tanto China reduce las importaciones del metal.
El mayor consumidor del mundo fabrica en este momento más cobre que nunca a nivel local, utilizando los suministros del mineral concentrado extranjero, lo cual está reduciendo la demanda del metal refinado.
Las compras en el exterior de cobre refinado se desplomaron hasta su nivel más bajo en más de tres años en octubre, contrayéndose un 45 por ciento respecto del mismo período un año antes, mostraron datos de aduana el viernes. En los últimos cuatro meses, los cargamentos se encuentran un cuarto por debajo del mismo período el año pasado. Las fundiciones locales, por su parte, incrementaron la producción un 8 por ciento hasta un récord en los 10 primeros meses en tanto las compras del concentrado extranjero crecieron 31 por ciento.
“Los suministros de minas mundiales son amplios y las refinerías chinas están obteniendo buenas ganancias, de modo que para ellas es lógico importar más”, según Zhu Yi, analista de Bloomberg Intelligence en Hong Kong. “La tendencia continuará un tiempo en tanto los márgenes sigan siendo favorables”.
Pan Pacific Copper Co., el productor más grande de Japón, ve surgir para el cobre en China la amenaza de una saturación como la experimentada por el acero a raíz de la expansión de la capacidad y dice que la clave para mitigarla depende de que el gobierno y las fundiciones existentes ayuden a los recién llegados a entender los riesgos de un crecimiento rápido para la rentabilidad del sector.
El mercado mundial se está ajustando al cambio en los esquemas del intercambio comercial, que favorece más a los exportadores de materia prima a China que a los abastecedores del metal. Las futuras importaciones del mineral dependerán de cuánta ganancia pueden cosechar los procesadores chinos de las comisiones por tratamiento y refino que negocian con los proveedores.
Si bien un aumento de la producción minera este año contribuyó a incrementar las comisiones del tratamiento hasta su nivel más alto desde febrero de 2015, los cargos desde entonces se flexibilizaron debido a los signos de que el crecimiento de la oferta está bajando. Jiangxi Copper Co., el mayor productor de China, tuvo que acordar una reducción del 5 por ciento en las comisiones para el año próximo en un acuerdo de referencia del sector.
CRU Group prevé que las importaciones nacionales del mineral continuarán creciendo. Las compras aumentarán más del 50 por ciento desde los niveles de 2014 hasta 2020 con la entrada en línea en China de dos tercios de nueva capacidad de fundición a nivel global en los próximos cuatro años, según Chunlan Li, analista con sede en Pekín. La capacidad del país ya es la más grande del mundo.
La expansión local va acompañada de una mayor inversión en minas del exterior como parte de una estrategia para garantizar suministros a largo plazo. Las importaciones del mineral provenientes de Perú crecieron 75 por ciento hasta 3,47 millones de toneladas en los 10 primeros meses en tanto las compañías chinas despacharon material desde proyectos en los que invirtieron. Las compras provenientes de Chile crecieron 33 por ciento alcanzando 3,78 millones de toneladas. Mongolia proveyó 1,27 millones de toneladas, según informó Bloomberg.
La drástica caída del metal ha provocado una serie de efectos en la industria, como una reducción de las inversiones, del empleo y del peso del sector en el PIB nacional.
El 28 de noviembre de 2014, exactamente hace dos años, fue un día clave para el sector minero y también para el país: el precio del cobre bajó de los US$ 3 por libra y, hasta ahora, no ha repuntado por sobre ese nivel.
En estos dos años el sector ha vivido cambios drásticos, lo que ha impactado a la economía nacional. La minería es el sector que más recursos aporta al fisco, y en la industria se prevé que al menos en el corto plazo su cotización no repuntará de manera importante.
El peso del sector en el PIB nacional es hoy de 11,26%, mientras que en el superciclo fue de 13,3%. Asimismo, las inversiones realizadas por la minería están también decaídas, y el año pasado alcanzaron los US$ 9.987 millones, 17% menor a las registradas en 2014.
El empleo en el sector se ha visto igualmente afectado. Según cifras de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami) de noviembre, el empleo en los últimos 12 meses en el sector ha caído en 28.000 puestos de trabajo. En agosto de 2015 alcanzaba a 223.000 personas, mientras que en el mismo mes de este año llegó a 195.000, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Lo anterior significa una caída de 12,6%. Si se comparan estas cifras respecto del peak de ocupación del sector -alcanzado en septiembre de 2012 con 261 mil trabajadores-, se observa que la ocupación en minería ha disminuido en 66 mil trabajadores.
¿Por qué el cobre bajó de US$ 3 por libra y no repunta? Joaquín Villarino, presidente ejecutivo del Consejo Minero, explica que la cotización bajó porque, por una parte, “la oferta tenía la inercia expansiva provocada por años previos de altos precios”, y por otra parte, “la demanda mundial estuvo fuertemente influida por la ralentización y cambio de estructura de la economía china, responsable de casi la mitad del consumo mundial. Pasó de tasas de crecimiento sobre l0%, con fuerte acento industrial, a tasas de 7%, con mayor énfasis en los servicios”.
Álvaro Merino, gerente de estudios de Sonami, también dice que la baja se explica por la desaceleración de la economía mundial, particularmente de China, e igualmente por la apreciación del dólar y el aumento de la oferta. Juan Carlos Guajardo, de Plusmining, advierte que cuando los precios de las materias primas comenzaron a disminuir a fines de 2011, “la industria del cobre no redujo la oferta de manera significativa como sí lo hicieron otras industrias mineras, lo que generó la percepción de que había un superávit mayor en el metal rojo y con ello existió una visión más negativa”, y agrega: “En otras palabras, la industria del cobre prefirió enfrentar el declive de precios con ajustes de costo más que con ajustes de producción”.
Al menos en el corto plazo, nada indica que el precio del cobre podría repuntar a US$ 3 por libra, concuerdan. Sin embargo, Guajardo observa que el mercado del cobre es altamente cíclico y que probablemente antes del fin de la década podría producirse ese incremento.
Villarino señala que si bien con las elecciones de Estados Unidos el cobre ha ido al alza, “no hemos visto que la explicación para ello se sustente en razones estructurales de oferta y demanda, sino más bien en apuestas de inversionistas financieros, por lo que dudamos de que ese nivel de precios se mantenga en forma sostenida”. Merino llama a tener “una dosis de cautela” por el comportamiento del cobre de las últimas semanas, y advierte que para este año se proyecta un leve déficit de 8 mil toneladas de cobre (lo que haría subir el precio), pero para 2017 se prevé un superávit de 163 mil toneladas. Los ejecutivos proyectan un precio promedio para el próximo año entre US$ 2,2 y US$ 2,4 por libra.
Por último, indican que dado que no se vislumbran alzas contenidas en los precios -e incluso cuando eso ocurra, dicen-, la industria debería seguir trabajando para lograr una mayor productividad, contención de costos, optimización de procesos, mejoras de gestión, capacitación de trabajadores, y trabajar por una continua innovación.