Por año incrementaría US$ 1.500 millones en exportaciones adicionales, haciendo uso eficiente de equipos: Dicha cifra subiría hasta un 20% si se consideran avances en otros aspectos como la eficiencia del Estado, proveedores y progresos laborales. Estas son las conclusiones preliminares del estudio de la Comisión Nacional de Productividad sobre productividad minera, encargado por el Gobierno.
La Comisión Nacional de Productividad (CNP) entra en “gira” por el norte de Chile para dar a conocer el informe preliminar de su estudio de Productividad Minera, que fue encargado por el Gobierno y que comparó a las mayores faenas de Chile con las de EE.UU., Canadá, Australia y Perú.
A fines de enero, la Presidenta Bachelet recibirá el documento completo, con recomendaciones del Consejo de la CNP que se incluirán luego de un período de diálogo y consulta pública con el borrador del estudio.
En Chile se analizaron 12 faenas con los datos de 2015, que son responsables del 75% de la producción del país, con más de 100 mil toneladas de cobre al año. Estas fueron comparadas con diez faenas extranjeras en los países mencionados, que son similares a las chilenas pero de mejor práctica y con altos estándares.
En total, fueron más de 500 entrevistas a ejecutivos, trabajadores, autoridades, proveedores en Chile y en el extranjero, en un trabajo que se desarrolla desde febrero.
Según explica Alfie Ulloa, secretario ejecutivo de la CNP, uno de los principales análisis estuvo en la eficiencia en el uso de los equipos. Ahí se concluye que existe una importante heterogeneidad -diferencias de productividad- entre las mismas faenas chilenas, y entre el promedio de Chile y el promedio internacional.
Un ejemplo en transporte es que el yacimiento más eficiente en Chile utiliza los camiones el 80% de tiempo disponible, mientras la menos eficiente un 50%. En la práctica, esto significa que en la faena menos productiva de Chile, un camión se usa menos de la mitad del tiempo disponible. En promedio, en las faenas analizadas en Chile, los camiones se usan un 65% de tiempo versus un 71% promedio afuera.
Mirando solo a las 11 faenas nacionales (se excluye El Teniente, por ser subterránea y tener otras características), se concluye que Chile podría aumentar en por lo menos un 5% la producción de cobre fino al año. Esto, sin aumentar la inversión y utilizando más eficientemente los equipos instalados, con los yacimientos y plantas que ya existen.
A los precios actuales, esto implica agregar entre US$ 1.400 millones y US$ 1.500 millones de exportaciones adicionales al año, de manera permanente. Esto equivale al 35% de las exportaciones del sector salmonero en 2015, o a todo el vino exportado ese mismo año.
Sin embargo, al ampliar la mirada e incluyendo otros factores en el cálculo, como una mayor eficiencia del Estado, proveedores, las otras faenas chilenas y productividad laboral, ese 5% adicional de producción del metal rojo podría llegar hasta un 20%.
“Para que ello ocurra, la CNP estará discutiendo recomendaciones de política pública y de gestión coordinada de la industria que permitan resolver las falencias del sector, en un escenario donde la década de la productividad debería ser el marco en que esto se desarrolle”, explica Ulloa. Agrega para que ello resulte es necesario un esfuerzo conjunto del Gobierno, empresas, proveedores y trabajadores.
Por parte del Estado se necesitan avances en políticas públicas, permisos ambientales y plazos, temas de agua y energía, regulación laboral e infraestructura pública.
“Dicho esto, se puede hablar del desafío de la década de productividad minera, que es el plazo que creemos necesario para llevar al promedio de las empresas chilenas al nivel de eficiencia en capital y trabajo del mejor de Chile, y acercarse así a los mejores del mundo. Eso sí, alcanzarlos pude tomarnos otra década adicional”, añade Ulloa.
Similar a los indicadores de productividad de los equipos, al comparar la producción por trabajador existen grandes diferencia dentro de las faenas nacionales. Puesto en simple, la empresa menos productiva -en términos laborales- genera solo un 37% de la producción de la más productiva. Esto es, mientras que la faena más eficiente requiere 45 horas de trabajo para mover 100 toneladas, la faena menos eficiente requiere 114 horas.
La comparación internacional es igual de preocupante. Mientras entre las faenas internacionales de mejor práctica el complejo típico mueve en torno a 55 mil toneladas por hombre, una faena nacional promedio mueve 35 mil toneladas, 63% de lo que produce la internacional. Una brecha de 37 puntos porcentuales que hay que corregir.
Según Ulloa, en este punto la metodología propuesta y el análisis de los datos que hizo la Comisión en el estudio juega un rol importante. Estos datos consideran las diferencias entre las faenas en factores como tamaño, o distancia entre la mina y la planta. La estandarización que aplicó es la que permite hacer un análisis comparativo entre todas las minas.
También en Chile se necesitan muchas personas en áreas de apoyo, que incluye temas como seguridad, administración, servicios y otros. Mientras el promedio nacional son de 17 personas de apoyo, el internacional asciende a solo 3,6.
En la firma del instructivo, Bachelet se comprometió a incluir en los proyectos de ley que se envíen al Congreso un informe sobre sus efectos en materia de productividad. La iniciativa se aplicará a los integrantes del Comité de Ministros del Área Económica, quienes deberán dar a conocer los probables efectos de sus propuestas siendo apoyados por las carteras de Economía y Hacienda.
Este instructivo será evaluado una vez que hayan pasado seis meses desde su aplicación. Respecto a este, la mandataria afirmó: "Sabemos que no podemos quedarnos de manos cruzados viendo que tenemos que ser más competitivos en los mercados internacionales y que si no lo somos, tener una baja productividad no es lo que Chile necesita"