Inquietante blanqueo de la visión gubernamental sobre el uranio argentino. Un alto funcionario nacional ratificó la doctrina de las últimas administraciones, contradiciendo informes técnicos de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Como en los '90, cuando Carlos Menem adscribió a los postulados de Estados Unidos en la materia, se impone el concepto de que el uranio es barato en el mundo y que por lo tanto la Argentina no tiene por qué producirlo.
En el sector minero la afirmación ha sido recibida con inquietud. También en la actividad energética. La Argentina está lanzada a la construcción de nuevas centrales nucleares, pero por lo visto ha decidido prescindir de aprovechar el mineral estratégico que le brinda su riqueza geológica.
En círculos políticos se interpreta esta declaración como una declinación frente a la siempre recitente provincia de Chubut, cuyo gobernador se mostró en estos días contrario a la explotación uranífera.
El subsecretario de Energía Nuclear de la Nación, Julián Gadano, descartó la construcción de una planta de uranio en el yacimiento Cerro Solo, en cercanías de Paso de Indios, en Chubut.
El funcionario de Mauricio Macri se lo confirmó al senador Alfredo Luenzo, después de la polémica generada por la inclusión de esa obra en el presupuesto nacional.
Al respecto, Gadano aseguró que no existe ninguna intención por parte del Gobierno nacional de avanzar con ningún proyecto de explotación de uranio y que solo se trata de una partida presupuestaria reducida que solicitó la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) para trabajos de investigación en la zona.
Gadano señaló que no es rentable extraerlo en el país sino importarlo de Kazajstán (la libra cotiza alrededor de los 23,50 dólares) y que sólo se avanzará en proyectos de desarrollo nuclear si son convenientes para la Argentina. El desplome de los precios del uranio a nivel mundial se produjo después del accidente en la planta nuclear de Fukushima en 2011.
Además, Gadano insistió en que ningún proyecto que contemple la explotació de uranio se llevaría sin consentimiento, permiso o acuerdo con la provincia.
El gobernador Mario Das Neves cuestionó la falta de aclaratoria desde Nación o de la Comisión Nacional de Energía Atómica previamente a la inclusión de la obra en el presupuesto.
Luenzo, senador por Chubut Somos Todos y alineado al gobernador Das Neves, fue a consultar sobre esta obra y recibió la aclaración del funcionario de la administración Macri.
La obra es una planta piloto de producción de uranio en el yacimiento Cerro Solo, que opera la CNEA. Incluso, la comisión pudo extraer rocas décadas atrás antes de cerrar la mina. De aquella época sólo queda el pasivo ambiental que está dentro de un programa de remediación de la CNEA, informa en su sitio web.
El Proyecto de Restitución Ambiental de la Minería del Uranio (PRAMU) tiene anclaje en Chubut con un plan denominado "Pichiñan", y en otros lugares donde hubo actividades de este tipo de explotación. La CNEA lo impulsa también en las provincias de Córdoba, Salta, San Luis, La Rioja y Mendoza.
"Fue una partida que metieron a último momento en esta decisión cerrada que tiene el Gobierno nacional, que no comparto, de intentar, en medio de un atropello a la autonomía de la provincia y de la gente, instalar este tema", cuestionó el gobernador chubutense anteayer.
El uranio se disparó como tema en una provincia que tiene restricciones a la minería a cielo abierto. El gobernador Mario Das Neves indicó que esta actividad extractiva sólo avanzaría con consenso social.
La baja del empleo en blanco en el último año grafica la importancia de la industria para la provincia: solo el Proyecto Navidad prevé generar una cantidad similar de puestos a los caídos. Además, ofrece una alternativa al cambio de matriz productiva y a los golpeados ingresos por el petróleo.
Mientras el Gobierno Nacional y las provincias, incluida Chubut, trabajan en el establecimiento del Acuerdo Federal Minero y en momentos en que continúa firme el anuncio de mil millones de dólares de inversión para poner en marcha el Proyecto Navidad en la Meseta Central, existen números concretos que grafican la importancia para la provincia de un emprendimiento de esa magnitud, especialmente en el contexto actual.
Por poner solo un ejemplo, la caída del empleo privado registrada en el último año en la provincia representa una cantidad similar de mano de obra directa e indirecta que prevé generar el yacimiento de plata del Proyecto Navidad.
De acuerdo con un estudio que difundió la semana pasada el diario Jornada, entre agosto de 2015 y agosto de este año se perdieron un total de 3.878 empleos en blanco en Chubut.
El dato, significativo, ilustra la relevancia que el desarrollo de la minería representaría para Chubut, ya que solo el Proyecto Navidad, la reserva de plata más importante del planeta, prevé generar entre 3.500 y 5.000 puestos de empleo durante al menos dos años, en lo que se denomina etapa de construcción; y unos 2.500 puestos empleados en la etapa de explotación, de por lo menos 20 años.
A estos empleos habría que agregarle el impacto económico vinculado al desarrollo de bienes y servicios que naturalmente implicaría el impulso del emprendimiento, ubicado a 35 kilómetros de Gastre y propiedad de Pan American Silver.
Empleo privado y matriz productiva
De esta manera, a la consabida generación de ingresos que la minería genera para el Estado, se suma como aspecto fundamental -y con los altos salarios que paga la actividad- la mano de obra de origen privado, cuyo crecimiento aparece como clave para el desarrollo de Chubut, una provincia con muy alta proporción de empleo público y con escasa oferta laboral privada independiente del Estado.
Además, y relacionado con este aspecto, la minería se plantea como una de las alternativas centrales al cambio de matriz productiva que necesita Chubut desde hace varios años, ya que la dependencia de la industria petrolera, que aporta cerca de un 40% de los ingresos estatales, asoma como un modelo al borde del agotamiento y agravado por la baja internacional de los precios del crudo que predominan desde el último lustro.
Aval de intendentes
El cambio de matriz productiva tomó relevancia en la reunión para la que el Gobierno Provincial convocó el mes pasado a sectores empresarios en Rawson. Uno de los temas del encuentro estuvo vinculado de manera directa a la cuestión, con una mirada especial en el desarrollo minero, a partir del cual se prevé que se generen industrias conexas en las zonas aledañas, sobre todo en el Valle Inferior del Río Chubut.
De hecho, la posición de varios de los intendentes de la zona, como Adrián Maderna, de Trelew; Ricardo Sastre, de Puerto Madryn; Omar Burgoa, de 28 de Julio y Dante Bowen, de Dolavon; sumadas al aval público de otros jefes comunales más cercanos a la Meseta, como Mario Pichiñán, de Paso de Indios, y Marcelo Aranda, de la propia Gastre; y al de legisladores provinciales y nacionales, como Viviana Navarro y Ana Llanos, entre otros, configuran un escenario político favorable al desarrollo de la industria minera, sobre todo por su potencial en cuanto a ingresos y al movimiento económico directo e indirecto.
Así, la inversión anunciada, los números sobre la mesa y el impulso que el Gobierno Nacional le viene dando a la cuestión, configuran un escenario privilegiado para comenzar a debatir de manera concreta el futuro de gran parte de los chubutenses.