Las últimas sesiones de la semana pasada han llevado al precio del cobre a saltar con holgura y en velas semanales por encima de la parte superior de una gran pauta triangular.
El cobre es una materia prima que se utiliza como termómetro para medir la salud de la economía a nivel mundial. Esta materia prima se emplea en muchos de los procesos industriales, como componente de determinados productos industriales, en la construcción de viviendas, etcétera. Uno de los principales consumidores de cobre es China, que consume cerca del 40% de lo que se produce en todo el mundo. Entre los países que más se benefician por un mayor consumo del cobre son Chile y Perú, ya que sus economías dependen en gran medida de la extracción y elaboración de este metal.
Desde el punto de vista del análisis técnico podemos ver cómo el cobre superaba a mediados de la semana pasada importantes resistencias, como es la parte superior de una gran formación triangular (máximos decrecientes y mínimos crecientes). Es cierto que no podemos descartar en los próximos días el típico apoyo (o throw back) a la nueva zona de soporte (antes resistencia), ahora en el entorno de los $2,228/libra, que presenta en la parte superior del triángulo. Pero si nos creemos la figura debemos saber que el cobre todavía presenta un importante potencial de subida por cuanto, como mínimo, debería recorrer al alza la anchura del triángulo.
El cobre tocó el viernes su nivel más alto desde julio gracias a que los fondos se inclinaron por el metal y a que se dispararon órdenes preestablecidas de compra, mientras que el zinc bajó desde máximos de cinco años cuando los fondos revirtieron apuestas a más subidas.
El cobre tocó el viernes su nivel más alto desde julio gracias a que los fondos se inclinaron por el metal y a que se dispararon órdenes preestablecidas de compra, mientras que el zinc bajó desde máximos de cinco años cuando los fondos revirtieron apuestas a más subidas.
El cobre a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) cerró con una subida de 0.7%, a 4,991 dólares por tonelada, tras haber trepado en la sesión a un máximo desde el 13 de julio a 5,003 dólares, lo que disparó algunas coberturas de posiciones cortas.
En cambio, el contrato referencial de zinc bajó 1.6%, a 2,447 dólares la tonelada después de haber marcado un máximo en la sesión a 2,491.50 dólares. El metal subió a 2,494 dólares el jueves, un máximo desde septiembre del 2011.
La caída de las existencias debido al cierre de yacimientos y la elevada demanda han causado que los precios del zinc se disparen 70% desde sus mínimos de enero. Los grandes déficits de metal este año y el próximo reforzarían la presión alcista sobre los precios.
Varios operadores dijeron que fondos especulativos recogieron ganancias en posiciones largas antes y después de los datos de empleo en Estados Unidos, que reforzaron la idea de que la Reserva Federal elevará las tasas de interés en diciembre.
Tasas de interés más altas podrían provocar una apreciación del dólar y encarecer los metales que se transan en esa moneda para firmas no estadounidenses.
Los mercados también están atentos a las elecciones presidenciales de Estados Unidos que se llevarán a cabo el próximo martes, cuyo resultado además podría tener influencia sobre el dólar.
Respecto a otros metales, el aluminio terminó con una caída de 0.5% a 1,722 dólares la tonelada y el plomo subió 0.41% a 2,100 dólares por tonelada