El gobernador Omar Gutiérrez llevará el tema a la reunión de hoy con el ministro Juan José Aranguren. Reconoció que existe una versión, pero evitó confirmarla. La operatoria sería una suerte de “plan B” con el que se busca evitar una nueva licitación.
El gobierno nacional evalúa por estos días recurrir a un “plan B” con China para rescatar de un nuevo fracaso al proyecto multipropósito Chihuido. Sería en calidad de préstamo de un Estado a otro ante la posibilidad, cada vez más cierta, de que Rusia retire su oferta de financiamiento por diferencias respecto de la tasa de interés.
El gobernador Omar Gutiérrez indicó ayer que hablará del tema hoy con el ministro de Energía, Juan José Aranguren, en la reunión que tiene pautada para discutir la continuidad del barril criollo. Consultado por “Río Negro” respecto de la posibilidad de que se caiga el financiamiento ruso, dijo que “es una versión más entre otras tantas que han corrido durante un tiempo” y que lo último que se le había comunicado formalmente era que “se estaban llevando adelante las tratativas para acordar el costo de financiamiento con las autoridades del banco ruso” Vnesheconombank.
Las versiones indican que la entidad habría vuelto a su oferta original de una tasa de interés del 6,5%, luego de que los funcionarios nacionales insistieran en una rebaja de dos puntos, no conformes con el 5,5% que se había logrado en una primera negociación. Si bien el gobernador evitó ayer confirmar esa información, tanto funcionarios de Neuquén como de Buenos Aires tienen indicios de que el tire y afloje está más cerca de terminar en un fracaso que en la firma del contrato, según indicó Lorena Vicenty en Río Negro.
El llamado “plan B” no es una idea del todo nueva, sino que ya había sido arriesgada por el exgobernador Jorge Sapag en momentos en que también tambaleaba el financiamiento ruso. En esa ocasión, el mandatario sugería recurrir a la oferta que había resultado segunda en la licitación, para la cual China comprometía el dinero.
La estrategia que evalúa ahora el gobierno nacional tiene algunas diferencias: sería un préstamo de Estado a Estado que ingresaría al Congreso como anexo de la ley de presupuesto, con un paquete de 12 obras a financiar por los asiáticos. Tres serían para Neuquén, entre ellas la represa.
El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, tiene en agenda un viaje a Beijing a mediados de noviembre, con el objetivo de negociar ese acuerdo.
“Los que se están endeudando son ellos”, contestó Gutiérrez consultado ayer por la insistencia en rebajar la tasa, pero aclaró que le consta que “han intentado llegar a un acuerdo”.
“Es una obra que el presidente (Mauricio Macri) ha priorizado y a la que le ha puesto mucho esfuerzo. Quiere hacerla porque sabe de la importancia geopolítica y energética que tiene esta obra para el país”, aseguró.
Por nota del 21/10 al Ministerio de Hacienda y Finanzas argentino, los directivos del banco estatal ruso desecharon la baja de la tasa de interés del crédito comprometido para la obra que habían reclamado tanto los funcionarios locales, como el propio Macri ante Putin en la cumbre del G-20 realizada en China.
Hay sospechas de que Macri tiene otra operación en marcha, más 'políticamente correcta' que Vladimir Putin.
En números
6,5% es la tasa que ofreció la banca rusa inicialmente. Aceptó una baja de un punto, pero se frenó cuando Macri pidió otra rebaja.
En medio de los reiterados anuncios oficiales que dan cuenta de las millonarias inversiones que van a venir de la mano de fondos privados y grandes empresas, la administración de Mauricio Macri se topó un duro revés del gobierno de Vladimir Putin y Banco de Desarrollo y Comercio Exterior de Rusia (Vnesheconombanak) que ha dejado en la nebulosa la concreción de la obra de la represa hidroeléctrica Chihuido.
LPO había revelado en exclusiva que el intento de Macri de negociar directamente con Vladimir Putin, una nueva baja de tasas del crédito, luego de haberle sacado al inicio de su gobierno un descuento inicial terminó mal: el presidente ruso se fastidió con su par argentino y ni siquiera las bromas de Macri sobre el próximo mundial de fútbol, lo ablandaron.
La última jugada de Macri para reflotar la negociación fue apostar a una negociación de Alfonso Prat Gay con el viceministro de Economía ruso, durante la pasada reunión anual del FMI y el Banco Mundial en Washington, que al parecer resultó infructuosa.
uentes al tanto de las negociaciones confirmaron ahora a LPO que por medio de una nota remitida el 21 de octubre al Ministerio de Hacienda y Finanzas, los directivos del banco estatal ruso desecharon la baja de la tasa de interés del crédito comprometido para la obra que habían reclamado tanto los funcionarios locales, como el propio Macri ante Putin en la cumbre del G-20 realizada en China.
La decisión de Moscú dejó al Gobierno desairado y sin margen para volver sobre sus pasos y ahora la Casa Rosada comenzó a buscar contrarreloj un esquema alternativo de financiación para poder mantener en pie la demorada construcción del complejo hidroeléctrico que se asentará en la provincia de Neuquen.
Ante el fracaso de las negociaciones, Macri decidió involucrar a su ministro del Interior, Rogelio Frigerio, en las negociaciones.
En el nuevo esquema que ensaya la Casa Rosada se busca, por un lado, el inicio de las obras preliminares que demandarían alrededor de 180 millones de dólares con recursos del Presupuesto Nacional. Y por otro lado, la obtención un crédito por el 85% de la obra valuada en 2.600 millones de dólares del Eximbank de China.
La intención del gobierno es negociar con China un “préstamo preferencial de Estado a Estado” similar al que está por cerrarse para las obras de la central hidroeléctrica El Tambolar en la provincia de San Juan.
Para mediados de noviembre, Frigerio y el subsecretario de Relaciones Financieras Internacionales, Martín Soto, tienen previsto viajar a Beijing para ver si logran conseguir un nuevo crédito.
A cambio de una tasa de interés por debajo del 6,5% anual, los funcionarios aceptarían que la empresa Power China pase a formar parte del consorcio adjudicatario de la obra que encabezan las constructoras locales Helport (del grupo Eurnekian) y Panedile.
De esta manera, Power China—que en la licitación de 2014 había presentado la segunda mejor oferta asociada con las constructoras locales CPC de Cristóbal López y Rovella Carranza—podría convertirse en la proveedora de las turbinas y los equipos generadores que se fabricarán en el gigante asiático.
En diciembre pasado, cuando Macri asumió la Presidencia, al proyecto de la central hidroeléctrica Chihuido solo le faltaba cerrar el convenio de financiamiento que había arrimado el Banco de Desarrollo y Comercio Exterior de Rusia.
Tras tenerlo en el freezer durante tres meses, el gobierno macrista resolvió avanzar con el proyecto en abril con un pedido de reducción de la tasa de interés del crédito del 6,5% al 5,5% anual.
Inicialmente y de palabra, los funcionarios rusos habían aceptado negociar esa modificación. Pero en setiembre, Prat-Gay y Macri salieron a redoblar la apuesta con un nuevo planteo para que los rusos recorten la tasa al 4,5%, un costo financiero significativamente bajo comparado con los que están afrontando la Nación y las provincias cuando salen a tomar fondos en los mercados externos.
Molestos por la movida, los funcionarios de Putin resolvieron confirmar las condiciones originales del crédito y mantener la tasa del 6,5%.
El esquema de financiamiento contemplaba un crédito a 20 años de plazo, con 66 meses de gracia, la devolución en pagos semestrales una vez terminada la obra y provisión del equipamiento a cargo de las empresas rusas InterRao y Power Machines.