Ante una supuesta interrupción del proceso de venta, SEMANAeconómica revela el factor que ha entrado a tallar en las negociaciones. Éstas aún continúan.
Tras llegar hace más de un mes a un acuerdo de compraventa por las acciones de Odebrecht en el Gasoducto Sur Peruano, el grupo brasileño y el consorcio Sempra–Techint enfrentan una nueva discrepancia. Ello ya que ninguno de los dos quiere asumir los sobrecostos generados por la demora en la concreción de la venta, un factor no contemplado en las negociaciones iniciales. Así lo pudo conocer en exclusiva SEMANAeconómica a través de fuentes relacionadas con la negociación, que no pudieron revelar su identidad por haber firmado acuerdos de confidencialidad.
El 7 de septiembre Odebrecht y el consorcio Sempra-Techint llegaron a un acuerdo respecto a las condiciones de venta. Cinco días después, tanto los nuevos como los actuales socios del proyecto y los 22 bancos que lo financian comunicaron la decisión al ministro de Energía y Minas, Gonzalo Tamayo. En esa reunión, además, las entidades bancarias y el consorcio Sempra-Techint enfatizaron en que su ingreso al consorcio del Gasoducto Sur Peruano estaba sujeto a determinadas condiciones: una extensión del plazo de entrega del proyecto, la aprobación de la denominada adenda de bancabilidad y garantías financieras por parte del Estado.
Hasta ese entonces, la construcción del proyecto había podido avanzar sin contar con el cierre financiero, gracias al crédito puente otorgado Sumitomo Mitsui Banking. Sin embargo, el 13 de septiembre —un día después de la reunión— dicho crédito venció y no fue renovado. A esa fecha, los retrasos derivados de la salida de Odebrecht ya habían generado sobrecostos por más de US$500 millones en el proyecto.
Es precisamente ahí donde surge la discrepancia entre el grupo brasileño y el consorcio Sempra-Techint. Ello ya que, sin el crédito puente, los sobrecostos generados por la demora en el cierre de las negociaciones pasan a ser asumidos directamente por los socios del consorcio. Mientras Odebrecht pretende que los nuevos socios asuman dichos sobrecostos, Sempra y Techint sostienen que el grupo brasileño debería asumirlos. “Odebrecht quiere trasladar esos sobrecostos al precio final de la venta y el consorcio no pretende modificar la suma”, comenta una de las fuentes consultadas.
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A pesar de esto y de ciertas especulaciones respecto al término de las negociaciones, SEMANAeconómica pudo conocer que ni Odebrecht ni el consorcio Sempra-Techint las han dado por finalizadas. “Ambos mantienen posiciones muy firmes respecto a quién debería asumir los sobrecostos, pero el diálogo no se ha roto y existe voluntad de las partes para resolver el tema”, revela una fuente que forma parte del proceso de negociación.
Lo que sí ha quedado en stand by, a raíz de la discrepancia, son las negociaciones con el Estado para que cumplan los requerimientos tanto de los potenciales nuevos socios como de los 22 bancos que financian el Gasoducto Sur Peruano. Si bien el ministro Tamayo anunció a inicios de este mes que el gobierno esperaba cerrar la llamada adenda de bancabilidad en los primeros días de noviembre, ésta no se destrabaría hasta que Odebrecht y el consorcio Sempra-Techint definan quién asumirá los sobrecostos mencionados. “El Estado, los bancos y los otros socios del proyecto [Enagás y Graña y Montero] quieren que esto se defina cuanto antes, pero dependerá del acuerdo al que se llegue”, dice un alto funcionario de uno de los 22 bancos que financian el proyecto.
Incluso si el consorcio Sempra-Techint desistiera de comprar la participación de Odebrecht en el Gasoducto Sur Peruano, resulta improbable que Ferrovial —el otro postor que llegó hasta la fase final del proceso de venta— vuelva a entrar en algún tipo de negociación, como ya adelantó esta revista. Así, de no llegar a un acuerdo entre Odebrecht y el consorcio Sempra-Techint, la viabilidad del proyecto podría ponerse en riesgo.
Hasta el momento parecen existir más dudas que certezas respecto al Gasoducto Sur Peruano, un proyecto esencial para el actual gobierno. Quedará por verse si la gran cantidad de interrogantes relacionadas al proyecto logran ser finalmente resueltas y a qué precio.
