Carlos Pujador*
Parece que esta generación de sanjuaninos va a poder ver en vida, la luz al final del túnel. La tan ansiada y esperada obra del túnel de Agua Negra que nos conectará al mundo está cada vez más cerca de su concreción. La actual gestión del gobernador Uñac, complementando y continuando el trabajo de la gestión giojista, muestra claras señales en ese sentido.
El logro del financiamiento necesario para la construcción de la obra y la inminencia del llamado a licitación es una muestra que voluntad y gestión política, en pro de esta mega obra, rinde sus frutos.
Ante esta ansiada realidad de un paso internacional, es importante preguntarnos si los sanjuaninos estamos realmente preparados para usufructuar en todos sus aspectos. La pregunta no es menor en consideración que la idiosincrasia y características sociales, económicas y políticas de nuestra sociedad fueron moldeadas a partir de una situación geográfica terminal, paradigma que la construcción del túnel eliminará.
La visión parcial y relajada de una ruta que nos permitirá en pocas horas estar comiendo machas a la parmesana a orillas del mar, debe ser integrada y complementada. Es aquí y ahora donde como sociedad y desde el puesto que nos toque ocupar, debemos pensar, planificar y participar de la visión y concreción nuestro futuro. Es este túnel el que debe definir el San Juan productivo y económicamente viable que soñamos. Es este el momento de planificar.
La construcción del camino internacional de Agua Negra es el tercer gran hito económico del San Juan de los últimos 30 años, siendo los otros dos, la promoción agrícola e industrial y la explotación de la minería metalífera a gran escala.
Estamos en el momento justo para no cometer nuevamente los errores del pasado, en donde la falta de una planificación estratégica como sociedad, nos imposibilitó una diversificación productiva con crecimiento económico sostenido, respecto de la promoción agrícola e industrial de la década de los 90, que implicó inversiones en nuestra provincia superiores a los U$S 1.000 millones, y el vertiginoso y desmedido desarrollo en escala de la minería metalífera que representó la mayor inversión privada en la historia de nuestra provincia.
Como sociedad no podemos permitirnos cometer los errores del pasado, es objetivo de esta columna el de servir de reflexión, e invitar al debate y desarrollo de ideas que permitan forjar la base de una planificación exitosa a futuro. En este sentido desde lo personal entiendo que debemos identificar dos hechos relevantes que marcaran la actividad económica de nuestra provincia una vez concretada la obra:
* Inversiones y desarrollo en el San Juan de paso: En este sentido la planificación deberá estar centrada en la identificación, desarrollo y financiamiento de la multiplicidad de servicios que demanda a un camino internacional, en este sentido se deben instrumentar políticas activas a los efectos de potenciar en nuestra provincia inversiones destinadas a la prestación entre otros de los siguientes servicios:
* Logísticos: flete, carga, almacenamiento, gestión de stocks y servicios profesionales aduaneros entre otros.
* Servicios de ruta: prestación de servicios mecánicos, de alojamiento y gastronomía, de provisión de combustible, repuestos y mercadería en general.
* Servicios de comunicación: con instalación de la infraestructura de comunicación hoy requerida: fibra óptica, antenas de telefonía celular y telefonía fija.
* Servicios financieros y de seguros.
* Inversiones y desarrollo en el San Juan de radicación: Es aquí en donde el esfuerzo del pensamiento estratégico debe estar más concentrado y donde debemos identificar actividades económicas de radicación que permitan pensar en una actividad económica sustentable y dinámica; a tal fin y en una forma meramente enunciativa resaltaré algunas actividades no tradicionales con potencial de desarrollo:
Sector ganadero: -Inversiones en feed-lot para el engorde y terminación de carne vacuna y porcina con destino a exportación. -Inversiones en criaderos de carnes no tradicionales con destino a exportación. -Inversiones en industria frigorífica para procesamiento de animales terminados.
Sectores industrial: Es aquí en donde se deben instrumentar los mayores esfuerzos en radicar en nuestra provincia las industrias nacionales que tienen un sesgo exportador con destino principal mercados de Oriente. Debemos tentar a estos inversores ofreciendo: -Parques industriales con amplia prestación de servicios. -Exención en materia de tasas municipales y tributos. -Personal y mano de obra técnica capacitada.
La tercera es la vencida, en el desarrollo de este tercer gran hito económico no nos podemos permitir fallar, nada debe ser librado al azar, es el tiempo de la planificación estratégica del perfil productivo de nuestra provincia, es hora que nos permitamos soñar con un futuro de un San Juan mejor.
*Contador Público Nacional
Los mendocinos nos cuesta mucho entender cuáles son los criterios que suelen adoptar los funcionarios nacionales en lo que a distribución de partidas para obras públicas se refiere. Porque se hacen anuncios -y obras- destinadas a mejorar la situación de provincias del Norte y del Sur, pero se mantiene prácticamente en el olvido a provincias como Mendoza. Y no estamos hablando solamente del actual gobierno, es un problema que se viene arrastrando desde hace muchos años sin que pueda revertirse.
El tema viene al caso ya que días pasados la Argentina y Chile avanzaron en la construcción del túnel Agua Negra, que conectará a la provincia de San Juan con el puerto de Coquimbo, en Chile, una obra que cuenta con financiamiento aprobado del Banco Interamericano de Desarrollo por 1.600 millones de dólares y que tiene como eje la construcción de dos túneles (uno por mano de circulación) de 14 kilómetros de largo en la cordillera, a una altura promedio de 4.000 metros sobre el nivel del mar.
El futuro camino busca reemplazar al actual paso fronterizo, que corre a 4.800 metros y fue pensado como parte del corredor bioceánico Porto Alegre-Coquimbo, que tiene como objetivo optimizar la logística y facilitar la conexión entre puertos sobre los océanos Atlántico y Pacífico. La intención de los dos gobiernos es avanzar en la licitación para abril de 2017, estimándose que la ejecución de la obra podría demandar entre ocho y diez años.
Debemos advertir que no estamos en contra de la obra en sí, porque todo avance que se produzca para la conexión entre los dos países debe ser bienvenido y porque paralelamente producirá un beneficio para la vecina provincia. Pero sí debemos preguntarnos sobre los motivos por los cuales Mendoza sigue siendo relegada en la consideración nacional. El caso más emblemático es el túnel de baja altura, anunciado en numerosas oportunidades (en algunos casos con bombos y platillos) y sobre el cual la última noticia que se tiene se produjo en febrero del año pasado, cuando el Congreso de la Nación otorgó la personería jurídica al Ente Binacional del Ferrocarril Trasandino, el comité argentino-chileno encargado de evaluar si es viable la construcción de la obra.
De todos modos, los propios funcionarios locales que impulsaban la concreción del proyecto, anticiparon sus dudas sobre “los tiempos” de decisiones, cosa que realmente ocurrió, porque inclusive cambiaron de manos las gestiones nacional (de Cristina Kirchner) y provincial (de Francisco Pérez).
No nos estamos refiriendo sólo a obras viales de envergadura sino también a otros proyectos importantes sobre los cuales la Nación no ha tomado decisiones. Otro caso es el de Portezuelo del Viento, una obra pensada para generar energía eléctrica pero que, de concretarse, también puede servir para aumentar en casi 60 mil las hectáreas bajo riego en el sur provincial. En agosto de 2006, el ex presidente Néstor Kirchner y el ex gobernador Julio Cobos firmaron un convenio por el cual la Nación se comprometía a hacerse cargo íntegramente de la presa, a cambio de que la Provincia desistiera de un juicio por mil millones de pesos que había iniciado por los perjuicios de la promoción industrial y que se tramitaba en la Corte Suprema de Justicia.
Sin embargo, Mendoza cumplió pero la Nación no, aún a pesar de que Cobos luego formó parte del gobierno nacional y que dos gestiones gubernamentales provinciales (Celso Jaque y Francisco Pérez) coincidieran y hasta se alinearan directamente con Cristina Fernández. En mayo de este año, el gobernador Alfredo Cornejo aseguró que había repasado el proyecto con Mauricio Macri y que el Presidente se comprometió a dar en el corto plazo fechas de licitación. Pero, hasta el momento, no ha habido pasos en concreto.
En la consideración nacional, Mendoza suele ser catalogada como provincia “rica”. No es “rica” ni mucho menos y los logros obtenidos fueron fruto del esfuerzo del hombre para vencer a una naturaleza que le dio muy poco. Pareciera ser que ese esfuerzo no es tomado en cuenta en la Nación en cuanto a distribución de obras se refiere.