El presidente ejecutivo de Antofagasta plc dice que el ingreso de un tercero al proyecto Alto Maipo es una “opción posible de analizar”. A la espera de la fórmula que diseñe AES Gener para enfrentar el sobrecosto de la hidroeléctrica, Arriagada reconoce que el contrato eléctrico hoy no es competitivo para la minera.
Iván Arriagada, presidente ejecutivo de Antofagasta plc, sabe que el mercado del cobre se comenzará a recuperar hacia el año 2020. Por eso, la compañía no pierde el tiempo y está avanzando en los estudios de los nuevos proyectos, que a largo plazo suman inversiones por US$ 4.300 millones.
Se trata de la infraestructura complementaria de Los Pelambres, proyecto de US$ 1.100 millones que permitirá que la mayor faena del grupo retome la senda de las 400 mil toneladas de cobre al año y cuya decisión de inversión, adelanta, se espera tomar a fines de 2017.
También está el desarrollo del Distrito Centinela, con la construcción de una nueva planta concentradora. La minera está estudiando una nueva tecnología y también la optimización del proyecto, para que la inversión baje de los US$ 2.700 millones. Estiman tomar la decisión de inversión en el primer semestre de 2018.
Y, por último, está la expansión de la faena ubicada en las cercanías de Salamanca, en la IV Región, para lo que nuevamente tendrá que conversar con la comunidad de Caimanes y sus autoridades para poder construir un nuevo tranque de relave e instalar un nuevo botadero, inversión de US$ 500 millones que la minera está viendo para más allá de 2020.
Las estimaciones del grupo son que a medida que estos proyectos avancen, se pasaría de las 740 mil toneladas de cobre proyectadas para 2016, a más de 900 mil toneladas, sólo si “el volumen productivo agrega valor económico a la sociedad”, dice Arriagada.
Pero sus preocupaciones de corto plazo son otras: hoy están analizando los cargos que la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) levantó contra Pelambres, donde se estima que el grupo arriesga una multa de hasta US$ 23 millones. Arriagada es claro: “Vamos a comprometer los recursos que sean necesarios para el cumplimiento de nuestras obligaciones medioambientales”, señala (ver recuadro).
Además, la minera está a la espera de la fórmula que diseñe AES Gener, su socio en Alto Maipo, para enfrentar el sobrecosto de entre 10% y 20% del proyecto de US$ 2.050 millones de inversión.
-¿Cuál es la postura del grupo respecto del sobrecosto de Alto Maipo?
Alto Maipo no es una inversión estratégica para Antofagasta Minerals. Nosotros estamos en el negocio minero y es ahí donde queremos crecer y hacer nuestras inversiones. En un momento donde estamos en la parte baja del ciclo del precio del cobre, nosotros queremos reservar nuestros recursos financieros y nuestra disponibilidad de caja para nuestros proyectos mineros. En ese contexto, vemos con dificultad poder aportar fondos adicionales al proyecto Alto Maipo.
-¿Le han comunicado eso a Gener?
Hoy, AES Gener está analizando el sobrecosto con las opciones y alternativas posibles en el marco de lo que le hemos manifestado, que es que desde el punto de vista nuestro, esta no es una inversión estratégica y hoy no estamos en condiciones de poder financiar con fondos adicionales la construcción de ese proyecto.
-Si el sobrecosto llega a 20%, ¿cuánto deberían aportar los socios?
Si el proyecto tiene un costo de US$ 2 mil millones, sería una cifra que probablemente oscile en US$ 400 millones.
-¿Cuándo estará la solución?
Esperamos que sea lo antes posible. Nosotros estamos en conversaciones periódicas con AES Gener respecto de la resolución de este problema y se está trabajando en ello.
-¿Cuánta energía de Alto Maipo está comprometida para Pelambres?
Estamos hablando de un 35% a 38%, dependiendo del factor de planta de las centrales. Pero quiero ser claro en esto, Alto Maipo suministrará energía prioritariamente a Santiago. Nosotros tenemos un contrato de suministro si el proyecto se termina, para abastecer una proporción de las necesidades de Pelambres, pero físicamente, no es esa la energía que va a ir a Pelambres.
-¿La energía no será de AES Gener?
Nosotros vamos a retirar energía del sistema al amparo de un contrato con AES Gener para asegurar el suministro para nuestra operación. Vamos a retirarla en Quillota, donde está el nodo para alimentar nuestra faena, considerando que el sistema eléctrico será integrado. Es decir, no son electrones que genere Alto Maipo directamente.
-¿Se ha planteado no terminar el proyecto?
Eso hay que preguntárselo al socio mayoritario y controlador, pero creo que ellos no están en ese predicamento. Este es un proyecto que ya está en construcción y, por lo tanto, AES Gener está buscando una solución que permita continuar con el programa como está.
El gerente general de la eléctrica (Javier Giorgio) dijo que están abiertos al ingreso de un tercero. Se sabía que ellos antes no estaban abiertos a esa opción. ¿Hay un cambio de postura?
Lo que hoy se está buscando son alternativas con flexibilidad para poder resolver el financiamiento del sobrecosto y, en ese contexto, ellos lo han planteado como una alternativa. A nosotros nos parece una opción posible de considerar.
-¿Salirse está dentro de las opciones que están sobre la mesa?
Las conversaciones hoy con AES Gener contemplan distintas alternativas y ellos están trabajando en la mejor solución para los desafíos que tiene el proyecto hoy día.
-¿Eso quiere decir que la opción de abandonar el proyecto está en el contrato?
No estoy diciendo eso. Generalmente, en este tema de los proyectos y las inversiones siempre es mejor tener opciones y rara vez se puede decir “descarto esto”. Todas las alternativas, en algunos escenarios, son viables o son posibles de considerar.
-¿Exista una mala relación entre los socios?
Evidentemente que la condición de sobrecosto nos encuentra con visiones que pueden ser un poco distintas, pero mantenemos una buena relación de trabajo con nuestro socio mayoritario.
-¿Las declaraciones de Andrónico Luksic complicaron a las compañías?
La relación institucional la llevamos a través de nuestros directores y se está trabajando junto con ellos en una solución para esto. Nuestro diálogo es el que se podría esperar en una condición como esta.
-¿Cree que este tema se está complicando más de la cuenta?
Este es un proyecto grande desde el punto de vista de la inversión y un desafío también desde el punto de vista del sobrecosto que existe, pero si uno mira otros proyectos en el sector minero o eléctrico, globalmente, hay otros que han enfrentado dificultades mucho más grandes y han salido adelante.
-¿Es competitivo el contrato, considerando los actuales precios de la energía?
Hemos visto un cambio en el sector de la energía que en gran medida ha superado, en términos de reducción de precios, lo que era previsible hace un tiempo, tanto para los actores principales de la industria eléctrica como para nosotros. Estamos viendo precios que son más bajos de los que se contrataron en contratos de largo plazo hace un tiempo, y ese es un factor que nos preocupa, porque nos interesa poder contratar energía a costos competitivos para poder producir cobre también, en las mejores condiciones de competitividad.
-¿Dentro de las conversaciones se podría dar una renegociación de las tarifas?
Nosotros estamos pensando que con las condiciones que se están dando en el mercado eléctrico, nos gustaría tratar, en todos nuestros contratos, que estos reflejen las condiciones del mercado actual y futuro.
-¿Y en este contrato en específico?
Lo que es cierto para todos los contratos, es cierto para este en particular.
En general, ¿hay claridad de cuál porcentaje de sus contratos podría ser sujeto a renegociación?
Una parte cercana al 40% o 50% de nuestro portafolio de contrato de generación ha ajustado sus precios a la baja en función a la fuente de generación asociada y, por lo tanto, esos contratos hoy día tienen precios más bajos. El resto es donde estamos focalizados.
-¿Se está trabajando ya para enfrentar la recuperación del precio del cobre?
Tenemos dos grandes proyectos. Uno es la infraestructura complementaria en Pelambres. Si vamos adelante con ese proyecto se volvería a los niveles de producción del orden de las 400 mil toneladas de cobre. Este proyecto considera la construcción de una planta desaladora para cubrir nuestras necesidades incrementales de agua y también para servir como planta de respaldo si hay sequía.
-¿Cuándo tomarán la decisión de inversión?
Estamos en la etapa de la adenda uno y esperamos el próximo año poder tener la aprobación ambiental para tomar una decisión a fines de 2017 respecto de hacer o no la inversión.
-¿Y Centinela?
Centinela es un proyecto importante. Creemos que el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y su estudio de factibilidad nos deberían permitir considerar una decisión de inversión hacia el primer semestre de 2018. Estamos mirando qué tecnología utilizar para la planta concentradora en vez del molino SAG. Se trata de rodillos de molienda.
-¿Se podría encarecer el proyecto?
Es una inversión un poco más alta, pero es mucho más eficiente desde el punto de vista del consumo de energía. Pero estimamos que podemos identificar ahorros en otras áreas y compensar el mayor costo de una configuración en base a rodillos. Queremos optimizar el proyecto, porque lo ideal es bajar de los US$ 2.700 millones, pero eso está aún en fase de estudio.
-¿Y la segunda fase de Pelambres?
Eso está sujeto a un proceso de conversación con la comunidad y con la autoridad para tener permisos adicionales, pues el proyecto consiste en completar una mayor capacidad de molienda y ahí necesitamos espacio para un tranque de relave y botadero.
-¿En la mesa que tiene Pelambres en la zona aún no se conversa de esos proyectos adicionales?-
Lo que hemos planteado es que nuestra intención es poder ir con este crecimiento, pero sujeto a que tengamos un acuerdo transparente y bien participativo con la comunidad.
-¿Cuándo podría ingresar el Estudio de Impacto Ambiental?
Entre el 2018 y el 2020. Tenemos que ver el momento oportuno.
-Con esto, ¿a cuánto podría subir la producción de la compañía?
Estos proyectos suman tonelaje y nos permiten proyectar aumentos de producción en el largo plazo, pero no es una meta per se. Pero si sumamos Pelambres y Centinela, estamos llegando a niveles de producción que podrían eventualmente superar las 900 mil toneladas, eso en la medida en que los proyectos se desarrollen. Es decir, está sujeto al tiempo y a la forma en que esos proyectos progresen, porque nos interesa el volumen que agregue valor económico a la sociedad.