Para la administración de Sergio Uñac, el conflicto por la escombrera que Los Pelambres armó en suelo argentino está lejos de terminar con la rescisión del acuerdo que había suscripto con esa empresa. Ahora va por más y se prepara para hacer una presentación en la Justicia Federal, pidiéndole al juez Miguel Gálvez que amplíe la cautelar vigente y que obligue a la minera chilena a retirar de inmediato los neumáticos que dejó en alta cordillera y aísle los escombros para evitar daños ambientales hasta que se resuelva la causa en trámite. Mientras tanto, sigue de cerca las negociaciones diplomáticas que encaró la Cancillería argentina como vía principal para encontrar una solución definitiva lo antes posible.
El primer objetivo del Gobierno sanjuanino es que la empresa trasandina realice trabajos de prevención en alta cordillera, para terminar con el peligro de que los drenajes de soluciones ácidas de la escombrera lleguen a los ríos. Ese era el espíritu del acuerdo, pero la minera quería hacer un mal uso del mismo y como no se pondrá en marcha, Uñac ya le dio instrucciones al fiscal de Estado, Guillermo De Sanctis, para jugar todas las fichas en la Justicia y lograr por ese camino el retiro del caucho y el aislamiento de los escombros mientras se discute el tema de fondo.
La situación se enrareció el jueves. Ese día, este diario publicó una nota con el director Ejecutivo de Antofagasta Minerals, que explota la mina chilena Los Pelambres, Francisco Veloso, y sus declaraciones causaron indignación en Paula y Libertador. El directivo dejó en claro que estaba dispuesto a cumplir del acuerdo, pero al mismo tiempo tomarse de él para zafar del reclamo generalizado que hay de este lado de la cordillera: levantar todos desechos que la minera tiró en Calingasta, en el emprendimiento sanjuanino El Pachón.
El convenio establece que Los Pelambres tiene que ejecutar medidas para preservar el medio ambiente, como una forma de actuar preventivamente ante la posibilidad de que la causa se demore y el daño se haya consumado cuando concluya. Se trata del levantamiento de los casi 500 neumáticos que dejó en la cordillera argentina y el aislamiento de toneladas y toneladas de escombros. Lo tenía que hacer de manera urgente, pero siempre sujeto a lo que más adelante resuelva el juez. Es decir, quedó plasmado claramente que era algo transitorio y que los términos del acuerdo no exceptúan a la minera de tener que sacar también la pila de residuos cuando se dirima el tema judicial.
Veloso le dijo a Diario de Cuyo que cumplirán las medidas urgentes. Pero ante una repregunta acerca de encarar el retiro de la escombrera, aún después de haberla aislada, dijo que todo se originó por un problema limítrofe entre los dos países y que no cree que Los Pelambres tenga que pagar las consecuencias. En otras palabras, opinó que con el acuerdo saldan la cuestión y dejó en evidencia su negativa a limpiar por completo la zona.
Fue suficiente para Uñac: leyó y tomó la decisión de bajar el acuerdo. No quiere que los chilenos, haciendo una interpretación caprichosa y unilateral, lo invoquen el día de mañana para esquivar la trabajosa tarea de retirar cada roca que tiraron.
El juez Gálvez había dictado una cautelar mandando a Los Pelambres, entre otras cosas, a que compacte la superficie de la escombrera para minimizar filtraciones y monitoree periódicamente los afluentes de la zona afectada. El fiscal de Estado le planteará ahora la necesidad de que agregue a esos trabajos los que contempla el convenio. Al ser dictadas en el marco de una cautelar, que tiene efecto transitorio aquí y en todo el mundo, quedaría más claro todavía que son medidas temporales y que no constituyen una solución final, como quiere hacer creer la cúpula de Los Pelambres.
La forma de remediar definitivamente lo que hizo la minera chilena, sólo puede llegar por dos caminos. Una es la causa Civil que tiene en su poder Gálvez y la otra, las conversaciones que mantienen las Cancillerías de ambos países desde que Uñac le llevó los antecedentes a Susana Malcorra. Hay algo que no está en duda: tanto las autoridades trasandinas como la empresa misma reconocen la falta y que se debe componer.
En el fuero Federal hay otra causa y es penal. Se inició por una denuncia de Glencore, la concesionaria de El Pachón, y busca determinar si los encargados de Los Pelambres cometieron un delito al armar la escombrera en Argentina. Fuentes calificadas revelaron que Uñac, el ministro Hensel y De Sanctis evalúan por estas horas que la provincia se presente como parte querellante, para aportar y pedir pruebas.
De acuerdo al plan de trabajo que presentó la minera Los Pelambres, en la escombrera debe compactar la cumbre con 2 capas de material fino, suavizar los taludes perimetrales a 30 grados para que no se desmoronen, instalar una geomembrana y una película de nylon de polietileno, mientras que en la base tienen que realizar un canal en el que deben caer las aguas de lluvia y deshielo y una estación para el tratamiento del líquido. Además, se dispuso que la compañía iba a estar sujeta a monitoreos por parte de institutos de la UNSJ y la auditoría de programas de Naciones Unidas.
Todos los protagonistas del incidente de los residuos de un emprendimiento minero chileno depositados del lado argentino están de acuerdo en una cosa: que desde que se comprobó y notificó el error con la demarcación limítrofe, no se siguió con esa operación en el botadero. Esa línea de corte opera entre abril y mayo del 2011, pero la cuestión de los días no es menor.
Ahora resulta que una de las partes de este contencioso, la empresa Glencore –que es la que controla Pachón y constituye la parte afectada por el incidente porque los neumáticos y el material están en su área de explotación- denunció ante la justicia federal que aún después de esa fecha la empresa Pelambres siguió tirando basura del lado argentino.
Adjunta para eso una serie de fotografías satelitales en las que intenta demostrar que el basurero sobre el Cerro Amarillo –donde Pelambres tiró los residuos y luego se comprobó que forma parte de Argentina- creció significativamente aún después de esa fecha.
Lo hizo en una presentación ante el juez federal Leopoldo Rago Gallo en agosto pasado, en donde sostiene que entre mayo del 2011 y enero del 2012 la escombrera creció en volumen unos 51 metros de ancho y unos 109 metros de largo, de acuerdo a "una mera apreciación” de las imágenes que adjuntó. Además, se agregaron unos 200 neumáticos más.
En la empresa chilena se refirieron informalmente a la presentación, ante una pregunta de Tiempo de San Juan. Dijeron que están esperando una evaluación definitiva sobre las fechas de las imágenes, porque de allí podría surgir una explicación a lo que ocurrió.
En la denuncia de Pachón, argumentan que "Pelambres le expuso al ministro de Relaciones Exteriores de Chile que desde el mes de abril del 2011 tomó conocimiento que la construcción de la escombrera se estaba llevando a cabo en suelo argentino, razón por la cual desde mayo del 2011 no se ha efectuado vertimiento alguno en el área que, conforme a la nueva cartografía, quedaría ubicada en suelo argentino”.
Pero sostuvo que de "los registros fotográficos emanados de la Fuerza Aérea de la República de Chile que acompaño en este escrito como anexo 2, y aquellos de una sociedad especializada en fotografía satelital que lucen en el informe que acompaño como anexo 3, todos debidamente certificados, resulta que la escombrera en su porción argentina creció en volumen entre mayo del 2011 y el 3 de enero de 2012, y que al menos 200 neumáticos fueron depositados en San Juan luego de abril de 2011”.
En detalle, la presentación de Glencore-Pachón denuncia que en ese período se detectan cambios en la escombrera debido al movimiento de suelos, que pueden cuantificarse en aproximadamente 210.000 metros cúbicos de nuevo material depositado. Respecto de los neumáticos, señala que registra una acumulación de al menos unas 200 cubiertas que no figuraban depositadas en abril de 2011. "Al respecto, vale aclarar que en abril de 2011 no se detecta ninguno, lo cual permite inferir que o hay neumáticos enterrados (si fuera así, como saber cuántos realmente hay en toda la escombrera?) o bien se depositaron todos con posterioridad a que Pelambres dijo saber que se encontraban en territorio argentino. Cabe agregar que la experiencia en operaciones mineras indica que una empresa no se desprende de 200 neumáticos a la vez”.
Concluye la presentación que "éste crecimiento de la escombrera en su porción argentina y el depósito de neumáticos usados es evidencia de que Pelambres mintió en setiembre de 2011 cuando le dijo al ministro que desde abril de 2011 sabía que parte de la escombrera estaba en territorio sanjuanino/argentino”.
Remata la presentación: "Es la prueba más acabada del accionar doloso con el que actuó Pelambres, al menos desde abril del 2011, y de su mala fe y temeridad en mentir e intentar ocultar que siguió arrojando escombros y enterrando neumáticos aún luego de reconocer que estaba en territorio argentino”.
Conocida la presentación de Glencore, en Pelambres no respondieron oficialmente, pero sí dieron una explicación informal. Fuentes de la empresa dijeron que ellos mantienen su postura de que no fueron arrojados más residuos desde la fecha de corte de mayo del 2011, pero que justamente allí surge un cálculo con los días.
Señalan que las fotos aportadas por Glencore son del día 2 de mayo del 2011 y la comparación en con el 3 de enero del 2013. Pero que en realidad, el cese de operaciones del lado argentino se decidió por parte de Pelambres a partir del 11 o el 13 de mayo, día en el cual ellos efectivamente dejaron de usar el basurero del lado argentino, del que están intentando obtener fotografías. Y esos 10 días coincidieron con un momento de máxima actividad de Pelambres. De esa forma, intentarán explicar el crecimiento desmedido del basurero entre mayo y enero..