DANIEL BOSQUE
Terminaron las largas sesiones del COFEMIN y antes de emprender la retirada a sus provincias, las autoridades mineras pudieron escuchar la apelación de la Nación para ir rápido, antes de fin de año, a un Acuerdo Federal Minero.
La llegada de Juan José Aranguren al Salón de los Pueblos Originarios (hoy despojado de la iconografía ad hoc que del kirchnerismo) fue puntual y su mensaje concreto: antes de las fiestas el gobierno nacional pretende un “Pacto Federal Minero para consensuar políticas de Estado e inversiones en el el sector, con fuertes sistemas de control del medioambiente y para crear puestos de trabajo”.
Aranguren confía en un acuerdo interprovincial para llevar al Congreso Nacional, el cual debería plasmarse en los próximos dos meses, para armonizar la política ambiental, armonizar la política impositiva y asegurarse de que los controles de los gobiernos provincial y nacional sean compartidos y coherentes”, son la premisas que persiguió el gobierno.
La idea, según reconoció el secretario de Minería, Daniel Meilán, es que le pongan las rúbrica los 23 estados provinciales. Es decir, tirios y troyanos, las provincias que quieren minería metalífera y las que no la quieren.
La subsecretaría de Política Minera que conduce Santiago Dondo elaboró el borrador de 39 puntos sobre los cuales trataron de avanzar los funcionarios nacionales provinciales.
Con la frescura que lo caracteriza, el secretario de Minería reconoció ayer after meeting que en el check list de temas hubo coincidencias y discrepancias. "Algunos se calentaron y se levantaron y después volvieron para seguir conversando". No hay que adivinar mucho para saber que el reparto de la renta, las empresas provinciales y el manejo de los catastros, tal como adelantó Mining Press hace unos días, son las cuestiones que más dividen las aguas.
Facsimil: el listado sobre el que trabajó el COFEMIN
“En la Nación y las provincias tenemos la responsabilidad de establecer las condiciones que permitan que la industria responsable se radique en la Argentina”, hoy se dieron los primeros pasos hacia un nuevo acuerdo al definir los temas a consensuar que deben formar parte de una política de Estado” con el compromiso de la Nación y de las provincias de “lograrlo en los próximos dos meses, antes de fin de año”.
Aranguren dijo a los representantes del Interior que el presidente Mauricio Macri “está muy ansioso” por lograr esta herramienta “lo más rápido posible, porque el país y la sociedad requieren un trabajo diligente para lograr las condiciones de generar mas trabajo y reducir los niveles de pobreza”.
"El sector minero “puede discutir la renta, pero antes se debe decidir las condiciones por las cuales se quiere transformar los recursos en reservas, en producción y en riqueza para los argentinos”.
Respecto al objetivo de lograr un Nuevo Acuerdo Federal Minero, Aranguren dijo que este debate “no es reeditar nada de lo que se hizo en 1992” que en julio de 1993 derivó en la sanción legislativa de un acuerdo sectorial, sino que hoy “se busca generar las condiciones para el desarrollo de una industria de forma responsable y generar más puestos de trabajo, más riqueza para el país”.
Cartel en Salón Pueblos Originarios. Como a medida de los mineros
Pero el titular de la cartera nacional, advirtió que “desarrollar los recursos mineros no tiene otra forma que hacerlo bien” lo cual afirmó implica: “controlar adecuadamente las explotaciones mineras, castigar a aquel que por falta de control o por una viveza mal entendida transforma al sector en algo que la sociedad no quiere y no puede aceptar”.
En ese mismo sentido, planteó que la nueva minería argentina tiene que “transformar o correr de lado a quien no se puede acomodar a una explotación responsable de un recurso que no es renovable”.
Si bien no hizo explícita su referencia al caso de la mina sanjuanina Veladero que sufrió distintos accidentes de seguridad ambiental, Aranguren al ser consultado por la prensa dijo que el futuro del proyecto “es decisión de la provincia de San Juan”, pero expresó que analizó con el gobernador Sergio Uñac “un accionar conjunto que tiende a ir preservando no sólo el recurso sino la posibilidad de desarrollar una actividad minera de forma responsable”.
A su turno, el secretario de Minería, Daniel Meilán, quien encabezo las tres jornadas de reuniones en Buenos Aires, explicó que la relación de la Nación con las provincias “estaba tan oxidada que era muy difícil la comunicación y demandó los primeros meses de gestión y cinco reuniones el poder sentar a todos los representantes en estas tres jornadas de trabajo”.
La tarea del Nuevo Acuerdo Federal Minero es “conciliar los intereses de la Nación y los de las provincias mediante un instrumento que permita la sustentabilidad del sector para al menos los próximos 30 años”.
Meilán sostuvo que se trata de ir avanzando “sin perder de vista nunca que la única manera de lograr esto es con diálogo federal y consenso”. Y agregó: “se ha trabajado muchos años a espaldas de las provincias, por lo que ya era hora de que nos diéramos vuelta y volviéramos a actuar juntos”.
Con el bolso en la mano y deprisa para no perder el avión, un representante provincial apuraba el último cortadito mientras decía a este diario que ahora habrá que elegir, como en el chiste de gallegos, entre velocidad y precisión. En muy poco tiempo, Nación y estados provinciales deberán "armonizar la preservación ambiental, la política impositiva, los controles desde la Nación y las provincias, la renta producto de la actividad y la responsabilidad comunitaria, mediante un intercambio de propuestas".
Es el primer tramo del camino, la instancia previa a meter el Congreso Nacional el Acuerdo Federal Minero que solo admitirá su aprobación a libro cerrado.
¿Y si el proyecto no se impone finalmente? preguntaron los periodistas a Meilán. "Me voy a mi casa", fue la respuesta.
Un representante provincial decía a este diario que ahora habrá que elegir, como en el chiste de gallegos, entre velocidad y precisión. En muy poco tiempo, Nación y estados provinciales deberán "armonizar la preservación ambiental, la política impositiva, los controles desde la Nación y las provincias, la renta producto de la actividad y la responsabilidad comunitaria, mediante un intercambio de propuestas".
Es el primer tramo del camino, la instancia previa a meter el Congreso Nacional el Acuerdo Federal Minero que solo admitirá su aprobación a libro cerrado.
¿Y si el proyecto no se impone finalmente? preguntaron los periodistas a Meilán. "Me voy a mi casa", fue la respuesta.