A mediados de 2017 ingresará a operaciones la segunda desaladora de agua de mar de Minera Escondida. Esta planta, una de las más grandes del mundo fue desarrollada en el marco del proyecto Escondida Water Supply (EWS), el cual considera toda una infraestructura para llevar este elemento hasta faenas a 3.300 metros sobre el nivel del mar y para el cual se calculó una inversión de US$3.430 millones.
Así lo adelantó Ricardo Sadir, gerente de EWS BHP Billiton, quien precisó que durante estos días el proyecto consolidado presentará un 97,2% de avance.
“Hemos cumplido con los plazos estimados al comienzo del proyecto. Incluso hemos logrado anticipar algunos hitos como Early Pumping, que permitió desde inicios de septiembre comenzar a bombear la capacidad ociosa que tiene la primera planta y durante noviembre esperamos cumplir con Early Water, que nos permitirá comenzar a producir y enviar otros 800 litros por segundo hasta las faenas”, dijo Sadir.
Según se explicó esta iniciativa tiene como objetivo asegurar el suministro continuo de agua a Minera Escondida y en específico a la nueva concentradora OGP1, la cual cuenta con una capacidad de tratamiento de 152 mil toneladas por día, lo que hará aumentar el consumo del recurso.
La construcción de la desaladora -que utiliza la tecnología de osmosis inversa- incluye además dos tuberías de 185 kilómetros a través de las cuales se impulsará el agua a faenas.
Además, considera cuatro estaciones de bombeo de alta presión, un reservorio en el área de la mina con capacidad para 500.000 metros cúbicos e infraestructura eléctrica de alta tensión para operar el sistema.
Costos
El uso agua desalinizada para los procesos productivos implica un aumento de los costos de este recurso, principalmente por su transporte desde el nivel del mar hasta la faena a 3.330 msnm.
La energía necesaria para este proyecto será abastecida por la central a gas Kelar que se construye en Mejillones.
Desde la empresa destacaron que esta nueva planta, que se une a la que Escondida opera desde 2006 en Puerto Coloso, minimizará su dependencia de los acuíferos de la región, lo que le ayudará a cumplir sus compromisos ambientales y le permitirá desarrollar su estrategia de negocios de largo plazo: producir cobre de manera sustentable.