Según divulgó hoy el Instituto Brasileño del Petróleo (IBP), el fin de la ley, aprobado ayer por la Cámara de Diputados, puede desenterrar inversiones por valor de al menos US$120.000 millones por parte de petroleras interesadas en explorar las áreas del presal.
Los cálculos se deben al hecho de que Petrobras dejará de ser por obligación la operadora en todos los campos del presal, en aguas profundas del océano Atlántico bajo una extensa capa de sal, lo que provocará que el ritmo de desarrollo de la zona del presal no dependa de la recuperación económica de Petrobras, imposibilitada de hacer nuevas inversiones por la gigantesca deuda que arrastra.
Para calcular el potencial de inversiones en estas áreas, IBP consideró el costo de desarrollo entre US$10 y US$13 por barril, teniendo en cuenta que se han descubierto unas reservas de entre 8.000 y 10.000 millones de barriles.
El presal, un horizonte de explotación que se extiende frente a todo el litoral sudeste de Brasil, puede convertir al país en uno de los mayores exportadores mundiales de petróleo, pero por las limitaciones de Petrobras hasta ahora, tan sólo ha sido concedida una licencia para explotar el área.