En Chile, la energía solar presenta condiciones ideales para su desarrollo por la cantidad de radiación presente en el desierto de Atacama y porque su costo ha presentado una dramática caída en los últimos años -en la década del 70 el watt costaba US$ 77 y hoy, US$0,36.
Gracias al conocimiento acumulado por Fundación Chile en este tipo de iniciativas, el gerente general, Marcos Kulka, apunta que “con un 0,3 por ciento de la superficie total del territorio podríamos generar la potencia completa que requiere el país”.
La última licitación eléctrica se destacó por la incorporación de las ERNC a la matriz, debido a que la tecnología ha adquirido precios más competitivos en el tiempo.
“La inversión en ERNC ha aumentado a tasas crecientes en los últimos años, ésta ha superado a los combustible fósiles y el incremental ha ocurrido en países en desarrollo. Si sumamos estos datos a las condiciones espectaculares que tiene Chile, la tendencia va hacia una matriz limpia y por ello, en cinco años debiésemos tener una industria en torno a la energía solar”, explica Marcos Kulka.
Se estima que la energía solar va a requerir desarrollos locales, generando una industria debido a las singularidades de la radiación en el país. Entre estas tecnologías están los paneles fotovoltaicos bifaciales -con dos lados- para capturar el sol de forma eficiente y no deteriorarse; o el almacenamiento de la energía por la intermitencia del servicio –sólo funciona cuando es de día-.
“La energía está en el corazón de la competitividad. Las energías limpias van a impactar los costos de energía a la baja y en las industrias tradicionales esto podría significar una disminución de 20 a 30 por ciento. Desde el punto de vista de los ingresos del país, el encadenamiento de nuevas industrias asociadas a las ERNC, debería impactar en el Producto Geográfico Bruto (PGB) por una sofisticación de producto, porque no es lo mismo vender una tonelada de cobre que un sistema que integra energía solar con cobre para desalar agua”, indica el ejecutivo.