El presidente del Banco de la Reserva Federal de Chicago, Charles Evans, dijo que estaría "de acuerdo" con un aumento de las tasas de interés en Estados Unidos antes de fin de año si los datos económicos siguen mejorando, aunque cualquier decisión requeriría de una aceleración de la inflación.
"Tengo un pronóstico donde las cosas siguen mejorando. Yo creo que habrá un aumento de las tasas", dijo Evans a la prensa el miércoles después de ofrecer un discurso sobre la economía de Estados Unidos en Auckland, Nueva Zelanda.
Evans añadió que estaría "de acuerdo" con una subida de las tasas de interés a finales de año y dijo que cualquier decisión probablemente venga en la reunión de diciembre, aunque no descartó la posibilidad de que esto ocurra en noviembre.
Evans enfatizó que el momento de la próxima alza de las tasas de interés es menos importante que la forma cómo se maneje el ajuste después, y dijo que le gustaría ver que la inflación se está acelerando y un declive en el desempleo.
"Estoy menos preocupado por la fecha de la próxima subida (de las tasas) de lo que estoy por el sendero durante los próximos tres años", expresó Evans.
Respecto al impacto de las próximas elecciones en Estados Unidos sobre la política monetaria, Evans dijo "no sabemos" y subrayó que la Fed prestará atención especial a la postura del Gobierno sobre política fiscal.
"Lo que el banco central tiene que hacer es tener un punto de vista sobre si o no la política fiscal va a ser expansiva o contractiva en la economía durante los próximos tres a cinco años y luego tenemos que decidir si hay que tomar medidas para compensar sus efectos sobre la inflación", explicó.
El jefe del Banco de México (central), Agustín Carstens, dijo el martes que si es favorable el resultado de las elecciones en Estados Unidos, refiriéndose a un eventual triunfo de la candidata demócrata Hillary Clinton, posiblemente no será necesario subir la tasa de interés clave.
La autoridad monetaria elevó el jueves pasado la tasa de referencia en 50 puntos base a un 4.75 por ciento en un intento por contrarrestar presiones inflacionarias y la debilidad del peso mexicano ante la posibilidad de que se agrave la volatilidad financiera derivada de las elecciones en Estados Unidos.
"Habrá que ver el resultado (...) Si sale un buen resultado, nosotros nos hemos adelantado al Fed (Reserva Federal) y posiblemente no sea necesario subirlas", dijo en una entrevista con Milenio Televisión.
En México hay temor a un triunfo del republicano Donald Trump, quien ha hablado en contra los inmigrantes ilegales, proyecta construir un muro fronterizo y revisar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vital para la economía mexicana.
Carstens dijo que para el banco central es necesario cuidar que la inflación no se despegue de la meta del 3 por ciento (más/menos un punto porcentual), lo que implicaría alza en la tasa de interés.
El año pasado, Jeffrey Lacker, presidente del banco de la Reserva Federal de Richmond, estuvo en contra de elevar las tasas de interés en dos ocasiones, sin embargo, ahora insta al banco central a incrementar los tipos para contener un posible repunte de la inflación que forzaría mayores aumentos a futuro.
"Si bien las presiones ligadas a la inflación pueden parecer una preocupación distante y teórica en estos momentos, una acción preventiva prudente podría ayudar a evitar la poca previsible aparición de una situación que requeriría de medidas más drásticas a posteriori", dijo Lacker el martes en un discurso en Charleston, Virginia Occidental. La tasa de interés debería estar al menos en un 1.5% en estos momentos, agregó.
Lacker, que siempre está entre la línea más dura de los funcionarios de la Fed en cuanto al apoyo de las medidas para contener la inflación o las burbujas de precios de los activos, dijo, "en relación a nuestros objetivos de empleo e inflación, las cosas se ven bastante bien actualmente".
El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) mantuvo su tasa de interés de política monetaria sin cambios en septiembre. Tres funcionarios de la Fed no estuvieron de acuerdo con el aumento de las tasas, dando lugar a la primera discrepancia triple de línea dura en cinco años. El panel dijo que el caso de un aumento ha fortalecido y descrito los riesgos para las perspectivas económicas como "más o menos equilibrados".
"Los aumentos preventivos en la tasa de los fondos federales probablemente desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento de la estabilidad de la inflación y sus expectativas", dijo Lacker en la Conferencia de Perspectivas Económicas de Virginia Occidental, citando ejemplos de las últimas décadas.
"La Reserva Federal, bajo la dirección de Paul Volcker y Alan Greenspan, tomó las difíciles decisiones que se necesitaban para causar una disminución de la inflación y mantenerla baja", agregó.
Lacker, que este año no vota sobre la política monetaria, no estuvo de acuerdo en septiembre y en octubre pasado con la idea de realizar un alza anticipada desde cero de las tasas de interés, movimiento que finalmente la Fed hizo en diciembre. El presidente de la Fed de Richmond vota de nuevo sobre la política en 2018.
Aunque en los últimos años el ritmo de crecimiento de alrededor de un 2% ha sido decepcionantemente lento, los mercados laborales han estado ajustando y aumentando los sueldos, mientras que la inflación, excluyendo los precios de alimentos y energía, se ha estado acercando al objetivo del banco central del 2%. Una baja en la productividad ha reducido el ritmo de crecimiento de Estados Unidos, y una de las causas ha sido el crecimiento más lento del gasto de capital, dijo.
La evidencia de que la llamada tasa natural de interés ha descendido a niveles bajos podría significar que la economía está estancada en un bache de débil crecimiento del que podría ser difícil escapar, dijo el miércoles el vicepresidente de la Reserva Federal Stanley Fischer.
Durante un seminario en Nueva York, el segundo al mando de la Fed dijo que está preocupado de que los cambios en los patrones globales de ahorro e inversión que han hecho bajar a la tasa natural podrían "resultar muy persistentes (...) Nosotros podríamos estar estancados en un nuevo equilibrio de largo plazo caracterizado por un débil crecimiento".
Como resultado, sostuvo, los banqueros centrales podrían enfrentar un futuro en el que las tasas de interés de corto plazo fijadas por los funcionarios nunca se alejen mucho de cero y las herramientas no convencionales utilizadas durante la crisis financiera se vuelvan un hecho "constante" de la vida.
"Las tasas de interés ultrabajas podrían reflejar más que fuerzas cíclicas", dijo Fischer. "Podrían ser otra señal de que el potencial de crecimiento de la economía podría haber disminuido de manera considerable", añadió.
Los comentarios de Fischer no se refirieron a la actual política de la Fed, ni a los planes sobre las tasas de interés.
Varios acontecimientos han llevado a muchos miembros de la Fed a concluir que la tasa natural actualmente es muy baja y que su descenso podría reflejar la pérdida de potencial económico.
Hay consecuencias inmediatas para la Fed: una tasa natural baja significa que la Fed no podría subir mucho los fondos federales de corto plazo antes de que la política se vuelva muy restrictiva.
Algunas estimaciones han colocado la tasa natural de Estados Unidos cerca de cero según una base ajustada por inflación.