El débil panorama de precios del cobre complicará las próximas negociaciones de dos de las mayores minas chilenas, Escondida y Chuquicamata, por el escaso margen para cubrir las exigencias de sus poderosos sindicatos, lo que eleva el riesgo de huelga y de un impacto en la producción.
El escenario que enfrentarán las empresas a inicios del 2017, cuando vencen los actuales contratos, es muy distinto a la bonanza de otras veces, cuando se otorgaron bonos récord a los trabajadores.
El precio del cobre se ha recuperado sólo en parte de los mínimos de seis años y medio a los que cayó a principios de año.
"Estas dos negociaciones llegan en un momento bien difícil. (…) Vamos a ver un escenario de negociación más complejo que antes, no hay dudas sobre eso", dijo Juan Carlos Guajardo, director de la consultora Plusmining.
Escondida y Chuquicamata tienen además una historia de desencuentros y huelgas, que han sido parte de la presión en las negociaciones de dos yacimientos que producen en conjunto más de 1,3 millones de toneladas del metal al año.
Las aspiraciones de los trabajadores de Chuqui, el centenario yacimiento de Codelco, se enfrentarán al delicado momento económico de la firma, que ha dicho que le faltan recursos para contrarrestar la caída de las leyes de mineral.
Sindicalistas dijeron que Codelco no intentará adelantar las negociaciones y avizoran una discusión compleja y difícil.
"No vamos a ser nosotros, esta generación de dirigentes, que entregue beneficios que se han logrado con el correr de los años", afirmó Jaime Graz, director del sindicato 1 de Chuqui.
Codelco explicó a Reuters en un correo electrónico que desde el año pasado las negociaciones se han abordado "acorde a las reales posibilidades" de la empresa.
"Esto ha implicado cero reajuste por sobre el IPC (inflación), bonos basados en productividad e incentivos por término de negociación ajustados al momento que atraviesa la empresa. En las últimas seis negociaciones los trabajadores han comprendido esta situación", agregó.
Escondida, la mina de cobre más grande del mundo y controlada por BHP Billiton, que trabaja en un plan en un plan para mantener su producción en un nivel de 1,0 millón de toneladas en los próximos años, puede no escapar al conflicto.
El presidente del sindicato de trabajadores, Patricio Tapia, dijo a Reuters que no aceptarán una negociación anticipada porque aseguran tener "muchos temas que están inconclusos y que desde el 2006 no se han podido arreglar".
Además, el dirigente sostuvo que -por la magnitud del yacimiento- no hay comparación con los beneficios que ofrecen otras minas. Escondida pagó en 2013 un bono y beneficios récord de unos 48.700 dólares por trabajador, lo que en medio de la situación actual parece menos viable.
"Esta vez (...) pagar bonos altos para no entrar en conflicto o entrar en otros temas no va a ser tan simple", apuntó Guajardo de Plusmining. BHP no quiso referirse al asunto.