Teck Resources presentó ayer ante la Autoridad Ambiental el Estudio de Impacto Social y Ambiental (SEIA) para la Fase 2 del proyecto Quebrada Blanca (QB Fase 2), ubicado al norte de Chile, en la Región de Tarapacá.
La propuesta QB Fase 2 extendería la vida de la mina a 25 años, y se convertirá en una operación de concentrado de gran escala. El estudio de factibilidad actualizado incluye una nueva estimaciones de capital y costos de operación. Se espera que el proyecto esté terminado en el primer trimestre de 2017.
El trabajo de optimización de costos del proyecto arrojó una inversión de capital del orden de U$S 4.5 a US$ 5 mil millones, con una vida útil inicial de 25 años, en consonancia con la capacidad de la instalación de relaves revisada que se encuentra más cerca de la mina. La cifra está por debajo de la estimada en el estudio de factibilidad de 2012, que rondaba los US$ 5.6 mil millones.
La nueva estimación de costo de capital incluirá un concentrado capaz de procesar 140.000 toneladas/día, una nueva instalación portuaria y la planta de desalinización.
Así será la desalinizadora de Quebrada Blanca
QB Fase 2 tendrá una capacidad de producción anual de más de 250.000 toneladas de cobre y 8.000 toneladas de molibdeno en concentrados durante los primeros 10 años de vida de la mina. Sobre la base de la producción de cobre equivalente de aproximadamente 280.000 toneladas por año, esto equivale a una intensidad de capital de entre US$ 16.000 a US$ 17.850 ton/anual.
"Quebrada Blanca Fase 2 es un activo de larga duración que operará a través de múltiples ciclos de precios y generará un importante valor por muchos años", dijo Don Lindsay, Presidente y CEO de Teck. "La presentación del SEIA describe los beneficios económicos y sociales que este proyecto generaría para la región, así como amplias medidas de mitigación ambiental, incluyendo el primer uso a gran escala de agua de mar desalinizada para la minería en la Región de Tarapacá de Chile."
La decisión de proceder con el desarrollo dependerá de las aprobaciones regulatorias y condiciones de mercado, entre otras consideraciones. Teniendo en cuenta la línea de tiempo del proceso de regulación, tal decisión no se espera antes de mediados de 2018.
Quebrada blanca es una mina a tajo abierto ubicada en la región de Tarapacá, a una altura de 4.400 metros sobre el nivel del mar y aproximadamente a 240 km al sureste de la ciudad de Iquique.
Quebrada Blanca es operada por Teck, quien tiene un 76.5% de participación. El interés restante es de propiedad de Inversiones Mineras S.A. (13.5%) y Empresa Nacional de Minería (10%).
La Fase 2 es un proyecto de desarrollo que tiene por objetivo aumentar significativamente la producción de cobre de Quebrada Blanca y extender su vida productiva en más de 30 años.
El proyecto considera la construcción de una planta concentradora cercana a la mina; un depósito de relaves; un ducto para el transporte del concentrado de cobre; una planta abastecedora de agua de mar -la que será enviada por un acueducto a la concentradora-; e instalaciones para la recepción, filtrado y embarque del concentrado en el sector de Patache Norte, al sur de Iquique.
De acuerdo con estudios preliminares, el proyecto permitiría alcanzar una capacidad de producción de aproximadamente 240.000 toneladas de cobre en concentrado y 6.000 toneladas de molibdeno en concentrado por año.
El diseño del proyecto Quebrada Blanca Fase 2 considera el uso de agua de mar desalinizada para su operación. Ésta será enviada por bombeo a la alta cordillera, a través de un acueducto.
Quebrada Blanca Fase 2, además, considera mecanismos de reutilización de agua, de manera de hacer su uso más eficiente.
La operación de Quebrada Blanca fue inaugurada en 1994 y actualmente trabajan en ella 700 empleados directos y aproximadamente 950 indirectos. Además, mantiene contratos de largo plazo con proveedores regionales, que anualmente alcanzan un monto de 81 millones de dólares.
