El gobierno del presidente de Brasil, Michel Temer, afina una estrategia para relegar la participación de Petrobras en el mercado brasileño y perfila un nuevo contrato por la mitad del volumen de gas natural que actualmente importa de Bolivia, según una nota publicada por el portal de internet Hidrocarburos Bolivia.
La información detalla que el Gobierno de Brasil viene considerando en firme la creación de un Operador Nacional del Mercado del Gas, similar al Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS), que controla actualmente su flujo de energía. De este modo, el Ejecutivo podrá controlar y regular el mercado del gas del vecino país, según informó la Folha de Sao Paulo.
"Ya se informó al mercado que (Brasil) no renovará totalmente el contrato de importación de gas de Bolivia, que expira en 2019”, subraya la investigación de la periodista Nicola Pamplona, que cita fuentes gubernamentales creíbles que participan de las tratativas iniciadas hace varias semanas.
De acuerdo a los informes anticipados, "la expectativa es que la compañía reduzca a la mitad el volumen contratado con el país vecino (Bolivia), actualmente de 30 millones de metros cúbicos por día (MMmcd), equivalentes al 37,5% del consumo diario del Brasil”.
"En medio de las negociaciones sobre la renovación del contrato de importación (de gas) con Bolivia, la estatal brasileña ha señalado que no va a tomar más la delantera en la mesa de negociación y será, del gobierno y los actores de la industria, la tarea de negociar, directamente, con los bolivianos, la extensión de los contratos que expiran en 2019”, expuso el periódico Valor Económico del Brasil, ya hacia fines de julio.
Según este medio, la idea de Petrobras es no asumir más los riesgos de importación de Bolivia, pues en la actualidad es quien compra y entrega gas a los distribuidores brasileños, asumiendo no sólo la tarea de asegurar el abastecimiento del mercado interno, sino también los riesgos asociados con la cláusula "take or pay” del contrato que establece volúmenes mínimos de compra de gas de 24 MMmcd, reportó el portal de internet.
Actualmente, la estatal brasileña sustenta prácticamente el monopolio de la producción y el transporte de combustible y gestiona los flujos de gas entre los campos de producción y los mercados de consumo, a través de su centro de control y operaciones en Río de Janeiro.
En Brasil, las principales entidades de regulación energética avanzan analizando la factibilidad de autorizar directamente a los distribuidores de gas natural y a las grandes industrias de consumo la negociación de nuevos contratos de consumo para el gas boliviano, detalló Hidrocarburos Bolivia.
"Los distribuidores de gas y las industrias de consumo se preparan para negociar directamente los contratos con el Gobierno de Bolivia, para la próxima década”, apunta el diario paulista.