DANIEL BOSQUE*

“Es todo muy raro”; “Estos tipos se volvieron locos”; “¿Alguien tiene la ordenanza?”.  Funcionarios y empresarios de la minería no dejaban de mandarse mensajes sobre las causas, desarrollo y consecuencias de la ordenanza municipl fantasma del Concejo Deliberante de Andalgalá.  A más de uno de los preguntados la cosa le olía a complot: un proyecto presentado en diciembre por la izquierda, de repente resucitó, sin estar en el orden del día, los ediles madrugaron y dos horas antes del horario habitual, sin prensa presente, votaron el No que ahora la actividad minera salió a repudiar.

El fin de semana fue jugar a las escondidas, ni el saltimbanqui intendente Alejandro Páez ni los ediles travestidos a la antiminería dieron la cara. “Según dicen, Páez ya la promulgó pero no sabemos nada más”, se lamentaba un funcionario provincial que se comió la recriminación de sus pares de la Nación. Como toda documentación del hecho circulaba una foto watasppeada de la Resolución prohibitoria que reproducimos en esta nota. La que a simple vista es otro cut and paste de esos que tienen como salidos de un mimeógrafo los ambientalistas. No hace falta creatividad literaria para este tipo de travesuras.

Al igual que en CAEM y su COMIF, GEMERA y la cámara local AEMCA, la noticia pegó mal en las autoridades mineras nacionales, a los que el mal trago los pilló en San Fernando del Valle. Un verdadero sofocón para la anfitriona, Lucía Corpacci, que en la Expo Productiva había salido a batir el parche de su vocación pro minera.

Que haya habido radicales y pejotistas en la unanimidad votada fue la piedra del escándalo. Ya el primer coletazo ha sido que los peronistas salieron a pedir el presidente de la Junta Departamental, Juan Guerrero. 

Tanto es el malestar que hasta se habría manejado la variante de salir a prensear la condena a la polémica norma municipal. Pero a Juan José Aranguren lo último que le falta, en la semana previa a la audiencia por las tarifas del gas, es meterse en honduras mineras.

“Catamarca tiene que poner su casa en orden y vetar esta barbaridad, mejor es que todo ocurra antes de que Lucía se suba al avión para ir a China Mining”, fue palabras más o menos el mensaje.

“En Buenos Aires los zapatos son modernos, pero no lucen como en la plaza de un pueblo”, dice León Gieco. Y de la cabeza a los pies, a kilómetros de Andalgalá la lectura es diferente. “Estamos cansados de que la minería siga siendo rehén de la política chiquita, actúan con impunidad alarmando y activando a la gente y después dar vueltas en el aire como si nada”, decía un funcionario recordando que esta práctica se hizo habitual durante el kirchnerismo.

Otros observadores se preguntaban si no habría otro condimento en las bambalinas de la política catamarqueña. Como tirar abajo la concesión del proyecto o acorralar a la minera para que lo abandone. En el toma y daca local, no falta picante alguno, ni siquiera la prensa que se volvió antipática contra una actividad a la cual le recuerda que no cambió a Catamarca de raíz como prometía a comienzos de los ’90. Hay temas publicitarios por detrás, replican desde la minería, lamentándose de las diatribas contra Alumbrera, YMAD, CAMYEN y por supuesto Agua Rica.

¿Pero Andalgalá quiere o no quiere la minería?. Según quien lo cuente, sí o no. Lo cierto es que la Perla del Oeste, casi una estación terminal a 260 km al Oeste de la capital provincial, con sus 20.000 habitantes vive en buena parte de la administración pública y de ese gran órgano para estatal que es la educación. “La minería nos va a dejar sin agua y en la pobreza” es el mensaje que reciben sus pobladores de los grupos antis. “Habrá desarrollo y trabajo”, replican las mineras.

¿Qué pasará ahora? Seguramente el gobierno catamarqueño acudirá a la Justicia para que declare inválida, por inconstitucional, la norma y así procurará dar tranquilidad a los inversores. Si Agua Rica fuera una persona ya tendría un marcapasos. No sólo se lleva la antipatía de los antis, también ha sido foco de todo tipo de tironeos entre el Estado y las mineras que codiciaron el proyecto. Aun cuando el cobre valía más que ahora su pecado original es que su propietaria, Yamana Gold, no tenía espaldas financieras para hacer la mina sin acudir a sociedades.

En cualquier caso, Andalgalá es el primer test público que pone a prueba la voluntad pro minería de la Nación y las provincias. Como bien decía ayer CAEM, independientemente de su desenlace el hecho daña la marca del país como imán para las potenciales inversiones. Algo que preocupa al sector y entusiasma de cara a sus protestas al kirchnerismo, Quebracho y organizaciones satélites.

El damero político se va polarizando y por eso el gobierno nacional apura un nuevo Acuerdo Federal Minero. Un compendio en el cual pactar impuestos, regalías e impacto social y ambiental de las inversiones en el sector. Como para meter en compromisos de base a las provincias y no quede la minería al socaire del activismo oportuno.

Según Abeceb, Argentina necesitaría US$ 135.000 millones/año para consolidar su recomposición económica y superar su déficit de infraestructura. Por lo general, los 100 CEO’s y otros varios centenares de importantes ejecutivos que participarán en el promocionado "Mini Davos" de Buenos Aires esta semana ya saben de sobra del folklore de la política argentina. Un país en que está todo por hacer, el asunto es si te dejan.

*Director de Mining Press