Las economías regionales son presas de un aislamiento histórico que les impide ser competitivas en los mercados alejados cualquiera sea el rubro que explotan, pero a todas la logística las somete hasta el hecho de no poder abastecer en tiempo y cantidad a la demanda.
La intermediación, en la agroindustria impulsa los costos finales en las góndolas, pero la gran incidencia son los fletes monopolizados por el transporte automotor. Ningún ahorro puede existir si se mantiene el oneroso envío en camión por las enormes desventajas con respecto al ferrocarril, como está demostrado no sólo en nuestro país sino en el mundo cuando se deben transportar cargas pesadas en largas distancias.
El anuncio de la reactivación del Ferrocarril Belgrano Cargas, que cubre el Noroeste argentino con los principales puertos y centros fabriles y de consumo, ha sido uno de los esperados anuncios de las autoridades nacionales, particularmente en San Juan por la importancia de la recuperación del ramal a Jáchal y las conexiones con Buenos Aires y el Litoral. Pero reponer una infraestructura ferroviaria abandonada desde hace más de dos décadas implica un esfuerzo titánico en cuanto a trabajo a inversiones, por lo que necesitan paliativos puntuales y urgentes, según informó Diario de Cuyo.
Por ejemplo, en los despachos de insumos para la industria siderúrgica porteña desde nuestra provincia. Son 600.000 toneladas anuales de calizas remanentes de los hornos de fundición que requiere ese destino y sólo se puede abastecer con 150.000 toneladas desde los hornos locales por falta de trenes, o el mal funcionamiento del ferrocarril minero, Sin embargo, San Juan dispone de un millón de toneladas de ese material pero el precario sistema de fletes impide cubrir las necesidades de la siderurgia.
Esta situación es en realidad un retroceso dentro de la precariedad del transporte ferroviario, ya que hasta 2013 el servicio no ofrecía mayores inconvenientes, transportando unas de 400.000 toneladas anuales con operadores privados, pero un año después pasó a manos del Estado y el tren minero comenzó a funcionar de manera irregular y con serios problemas. Ahora la frecuencia no está planificada, es errática, dando lugar a incumplimientos de provisión. La experiencia indica la necesidad de restablecer el flete ferroviario y que las operaciones sean tercerizadas.