NIVALDO ROJAS*

Argentina es considerada como una tierra de oportunidades, un destino bondadoso que recibe con los brazos abiertos a la inmigración extranjera, un lugar de profundos contrastes humanos, políticos, y culturales y una tierra controvertida donde se produce la aceptación y el rechazo casi indistintamente. 

Esta es la Argentina que me tocó conocer en 1986 cuando por decisión empresarial me establecí con mi familia en una de las ciudades más hermosas que he conocido. Aquí se dice que Salta es tan linda que enamora. Es un territorio donde se mezcla la autenticidad de las razas originarias andinas con el legado castizo centenario y los brotes migratorios más recientes.

Pero mi trabajo principal no estaba en la bella capital de Salta La Linda, sino en las alturas cordilleranas de la Puna. En esa región inhóspita era donde debía intentar descubrir y poner en valor los yacimientos metalíferos para la empresa que costeaba el esfuerzo de un puñado de extranjeros y argentinos. 

Como ciudadano de un país pobre, mono-productor y con una cultura minera familiar de varias generaciones, fue que llegué a Salta y Jujuy donde se respiraba un ambiente casi colonial de tranquilidad y paz, en conjunto con economías de ingenios azucareros, productoras de tabaco, de cítricos y con una ganadería menor conviviendo con la producción de hierro, plata, plomo y zinc y productos no metalíferos.  Conocí en esas latitudes la gimnasia de los mineros de café, que “exploraban” entre añosos registros y mapas destartalados los números de expedientes abandonados y/o disponibles para solicitar a la autoridad minera; también conocí el esfuerzo de románticos cateadores, mineros de auténticos, que desarrollaban su actividad en la región puneña. También conocí a muchos técnicos, colegas, y profesionales de las ciencias de la tierra, con los que conservo amistades que perduran en el tiempo, a pesar que los caminos mineros nos desperdigan por diversas latitudes.

Así conocí de cerca el mundo minero del Noroeste, de las instituciones y empresas que se dedicaban a la explotación de recursos como los boratos de Tincalayu, Sijes, Cauchari, Loma Blanca entre otros; También conocí emprendimientos mineros metalíferos en El Aguilar, Pirquitas, Providencia, Pan de Azúcar, Concordia, La Poma e Incahuasi, que se han desarrollado desde 1940. También me tocó investigar y explorar prospectos como El Quevar, Diablillos, Taca Taca, Cerro Juncal y las costras superficiales de los salares andinos.

Estas recorridas se extendieron a lo largo del tiempo por gran parte del territorio nacional facilitando la interacción con numerosos profesionales, compartiendo conocimientos y la realidad de una particular geología local. Ésta se conoce a través destacables trabajos geológicos y metalogenéticos que conformaron la base sobre la cual se construye la búsqueda mineral moderna en el territorio argentino, la cual que evolucionó en un despertar minero que propone diversificar la matriz productiva de las regiones y proporcionar nuevos ingresos genuinos. 

La Minería Moderna

Ya corrían los años de 1990 cuando el esfuerzo mancomunado de los expertos locales y los exploradores foráneos pudieron dar inicio a una fuerza exploratoria sin precedentes que reconocía a la Argentina como la “Última Frontera Minera del Siglo”. Esta fuerza exploradora se afincó en Mendoza, Buenos Aires, Salta, Catamarca y Comodoro Rivadavia bajo el soporte y como resultado de la promulgación de la Ley de Inversiones Mineras 24.196 y sus leyes complementarias.

Es en Mendoza, donde más de 60 empresas exploradoras, se empiezan a reunir y fundan GEMERA, el Grupo de Empresas Mineras Exploradoras. A ella se agrega la fuerza de la Cámara de Empresarios Mineros Argentinos (CAEM),  y empiezan a florecer diferentes emprendimientos mineros modernos como el Bajo de la Alumbrera (cobre-oro) y Mina Fénix (litio) en Catamarca y Cerro Vanguardia (oro y plata) en la sureña Santa Cruz. Se entendía a la sazón que la minería  podía modificar la economía argentina con un valor agregado a los ya tradiciones recursos naturales del campo, la industria y las fuentes de energía tradicionales.

No obstante, fuimos los propios mineros los que ayudamos a condicionar las inversiones mineras de riesgo con el fraudeBre-X en Indonesia en 1997. También fuimos los mismos mineros, los que arrogantemente nos permitimos frenar el desarrollo del Cordón de Esquel en la cordillera Patagónica y los que contribuimos a generar posteriormente desconfianza en Andalgalá (Catamarca), Famatina (La Rioja), la Meseta Patagónica de Chubut y Rio Negro, el Valle de Uco y Calingasta en Mendoza. Esta siembra junto a la crisis de los metales de 1998 generó un contexto de fuerte incertidumbre en donde las casas matrices de las empresas mineras que se replegaron a países con historia minera más probada y solo algunos pocos mineros aventureros continuaron en Argentina, poniendo en operación Veladero, Casposo y Gualcamayo en San Juan; San José, Martha en Santa Cruz y Manantial Espejo y  Pirquitas entre otros. 

La exploración minera sin embargo fue capaz de comprobar y/o aumentar el potencial de: i) Agua Rica en Catamarca; ii) Taca Taca, Diablillos, El Quevar y Lindero en Salta; iii) El Aguilar; Pirquitas y Chinchillas en Jujuy; iv) los recursos de Famatina en la Rioja; v) los recursos de Constelación, Los Azules, Altar,  Pachón y Pascua Lama en San Juan y vi) definir uno de los mayores depósitos de plata y plomo en Navidad, en Chubut.Sin embargo, varios de estos blancos de exploración estan amenazados por la actitud de algunas comunidades que responden a organizaciones pseudo-ambientalistas que se coluden para impedir el desarrollo minero.

La minería metalífera está en crisis debido a los bajos precios de los metales a partir de 2012. Durante los últimos años 10 años no se han abierto yacimientos minerales de importancia y muy por el contrario entran en la fase de agotamiento.

Bajo de la Alumbrera, Pirquitas, Cerro Vanguardia, Casposo y Manantial Espejo. Se conocen varios  yacimientos que podrían reemplazar a los que se extinguen. Sin embargo, la mayoría de ellos como Pascua-Lama, Los Azules, El Altar, Constelación, Taca Taca, Famatina, Navidad requieren un período de maduración de tres a 5 años para ver la primera onza de metal precioso o la primera libra de metal de base, en el caso ideal que se puedan desarrollar sin impedimentos. En el momento actual creemos que solo Chinchillas y Lindero estarán en producción en un relativo corto plazo.

 EL ORO BLANCO

A partir de 2006 una fuerte corriente exploratoria convirtió a los territorios de la Puna de Jujuy, Salta y Catamarca, Chile y Bolivia en un Far West moderno donde numerosas empresas se animaban a explorar por litio en las salmueras de lo que se denomina el Triángulo del Litio. Estos sectores altiplánicos conllevan condiciones geológicas, geomorfológicas y climáticas favorables que permiten la acumulación salmueras del liviano metal con aplicaciones en los acumuladores, baterías y usos industriales múltiples. Esto ha permitido que se agreguen a Mina Fénix una producción a corto plazo que permitirá en el Salar de Olaroz (Orocobre), el Salar del Rincón (Energi), los Salares de Centenario y Ratones (Eramine), el Salar de Cauchari (Soquimich), el Salar del Hombre Muerto (Galaxy) y el Salar de Llullaillaco. Diez años después del primer grito anunciando litio en la Puna, una nueva guerra del metal se empieza a desarrollar a mediados de 2016. Esta vez la disputa es sobre salares con contenidos superficiales más reducidos o de menor cobertura, donde compiten nuevos métodos de concentración y control de impurezas.

LAS CONDICIONES DE TRABAJO

Durante la década de 1980–1990 la principal preocupación de las empresas mineras era el capital humano directo (el trabajador). Todas las empresas mayores y algunas junior tenían especial cuidado en proveer de programas para la conducción a la defensiva y al uso de implementos de seguridad.

Luego a partir de los 1990 se suma la medicina laboral y  la protección medioambiental en las faenas mineras y tareas exploratorias y más recientemente se pone énfasis en las comunidades cercanas a las operaciones que redunda en los conceptos de “licencia social”, “responsabilidad social empresaria” y “valor compartido”. Estos conceptos atendibles en su concepción originaria pueden generar ingentes costos para desarrollar focos mineros auténticamente productivos y económicamente viables.

Desde 1996, las Convenciones Argentina Mining vienen desarrollando los temas relativos a la actividad minera como exploración, producción, protección del medio ambiente, uso del agua, relaciones con la comunidad, tecnologías y participación del Estado.

Este año el foco principal de la Convención contempla la postura renovadora y el llamado a la inversión nacional y extranjera del gobierno nacional, los esfuerzos de las provincias, la reposición de recursos y reservas minerales y distintos temas relacionados a la exploración y producción minera y muy en especial actualización de la información acerca de la minería de Litio.

Los esperamos en las conferencias y en la exposición de productos para la minería entre el 7 y 9 de Septiembre en la ciudad de Salta La Linda.

*Ingeniero de Minas. Organizador de Argentina Mining 2016.