Nacieron con fines militares pero cada vez tienen más presencia en la vida civil y en todas partes del mundo. Los drones, esos pequeños aviones no tripulados llegaron para quedarse y la industria minera no escapa a la tendencia. Recientemente The Wall Street Journal oficializó la intención del gigante minero BHP Billiton, de comenzar a invertir en estas tecnologías como parte de sus estrategias para reducir costos e impulsar la productividad. A ello se suma el desarrollo de sistemas motorizados de cintas transportadoras para el traslado del mineral. En definitiva un mix de tecnologías que les permita llegar a los lugares más remotos, excavar más profundo y llevar el mineral al mercado más rápido.
“Drones equipados con sensores de tipo militar que dibujan mapas tridimensionales de una mina en tiempo real y supercomputadoras tendrán un papel importante en el futuro de la minería”, dijo Diane Jurgens, directora de tecnología de la empresa anglo-australiana y ex ingeniera de Boeing Co. En la mina de carbón Goonyella Riverside, en el este de Australia, drones con sensores infrarrojos y un zoom telescópico sobrevuelan para indicar cuándo una zona de explosión está libre de personas y equipos, entre otras aplicaciones.
San Juan no está ajena a estos adelantos y ya se usan drones para relevamiento topográfico dentro de la industria. Tal como publicara CUYO MINERO en ediciones anteriores, la compañía nacional Dronexplora, que trabaja conjuntamente con la empresa Consultores GIS, realizó tareas de exploración en 24 kilómetros cuadrados dentro de un pórfido sanjuanino para la minera MinSud, que actualmente opera el proyecto Chita. Según explicó el geólogo Pablo Legarreta, director de la firma, los trabajos topográficos realizados con drones ofrecen la ventaja de tener una resolución de hasta 20 centímetros, a diferencia de los modelos realizados de manera satelital que poseen aproximadamente unos 30 metros de resolución.
En cuanto a los sistemas de traslado, las mineras han utilizado desde hace tiempo las cintas transportadoras pero con beneficios limitados. Los sistemas tradicionales emplean poleas en los extremos que hacen mover la cinta, lo que implica que sólo sirven para distancias cortas. Lo que se propone BHP con su último diseño, que baja los costos de fabricación y funcionamiento en el control de las cintas, podría superar esa restricción al conectar pozos profundos y túneles subterráneos con plantas de procesamiento y sistemas ferroviarios. “Esto debería reducir la cantidad de mineral que se traslada por camión, añade la empresa, algo que potencialmente cambia la forma en que hacemos minería subterránea', dijo Jurgens en Melbourne.
La empresa está ansiosa por usar esta tecnología en la mina de cobre Escondida, en Chile, que tiene un pozo más profundo que la altura del edificio One World Trade Center de Nueva York. Las cintas motorizadas también podrían ayudar a la minera a separar el mineral de los residuos con mayor rapidez. 'Es mucho más fácil hacer eso sobre una cinta que verter 200.000 toneladas en la parte trasera de una volqueta', dijo Jurgens.
En Escondida, que es la mayor mina de cobre del mundo, BHP ya tiene a prueba sensores capaces de decir si la roca es valiosa o se desecha a medida que se recoge, una tecnología que aumentaría hasta en 10% el grado del cobre que es enviado a sus plantas de procesamiento y compensar la necesidad de ampliar las costosas instalaciones en el futuro.