En el corazón del Vraem, y bajo la atenta mirada de las Fuerzas Armadas, se terminó de construir en abril pasado la planta compresora de Kepashiato (Cusco), moderna obra de infraestructura que ha permitido incrementar, significativamente, la capacidad de transporte del ducto de Camisea. Día1 visitó sus instalaciones y conversó, en exclusiva, con Adolfo Heeren, gerente general de TgP (consorcio operador del ducto), quien nos explica la importancia del proyecto cuando restan muy pocos días para su inauguración oficial por parte del presidente Pedro Pablo Kuczynski.
-TgP acaba de concluir la tercera ampliación del ducto de Camisea. ¿Por qué es importante este proyecto?
En realidad, es la segunda ampliación. La primera se concluyó en el 2010 y comprendió la construcción de la planta compresora de Ayacucho y el loop de la costa (Melchorita-Chilca). Desde entonces se han añadido componentes menores, como bombas adicionales para aumentar la capacidad de transporte de líquidos de gas natural (LGN). Pero son solamente dos las ampliaciones que marcan un cambio.
-¿En qué consiste la nueva ampliación?
En primer lugar, hemos construido una planta compresora en la selva del Cusco, la cual inició operaciones a fines de abril pasado. Adicionalmente, hemos construido otro loop entre Chilca y Lurín (marzo) y hemos tendido un ramal -ducto regional- para llevar el gas de Camisea a la ciudad de Ayacucho (julio). Todo eso corresponde a la segunda etapa de crecimiento de infraestructura del sistema, con la que cerramos nuestro compromiso de inversión con el Estado.
-¿Cuánto han invertido en el proyecto?
La inversión en el ramal, el loop y la planta ha sido de un poco más de US$400 millones.
-¿Qué gana el país con esta ampliación?
Con esto, la capacidad de transporte de gas natural para el mercado local se amplía de 655 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd) a 920 mmpcd. Es decir, que estamos incrementando en casi 50% el transporte de gas para Lima e Ica. Si a eso le sumamos el transporte del gas para la exportación, hacemos un total de 1.540 mmpcd. Y en líquidos tenemos ahora una capacidad de 130 mil barriles diarios.
-Eso significa que habrá más industrias conectadas al gas.
La ampliación proporciona margen suficiente para que las industrias intensivas en consumo de energía, que ya trabajan con gas, tengan la tranquilidad de continuar con sus planes de expansión; y también permitirá conectar nuevas [industrias].
-¿Por cuánto tiempo estaría cubierta la nueva demanda de gas?
Para los próximos cinco años, cuando menos. Eso dependerá de si aparece una nueva empresa de generación eléctrica [sector que consume el 70% del gas de Camisea] o una planta industrial de gran escala. O si la Refinería de La Pampilla comienza a consumir más gas.
-Pero las generadoras eléctricas (lo ha dicho bien claro Statkraft) ya no piensan construir más centrales.
Pero puede haber alguna generadora que esté implementando una turbina adicional o concluyendo un proyecto en marcha.
-¿El ducto ya está transportando a capacidad plena (1.540 mmpcd)?
Estamos transportando 1.200 mmpcd, el 80% de nuestra capacidad. Pero vamos a crecer por los próximos cinco años.
-¿Han vendido toda la capacidad adicional que han conseguido con la ampliación?
Sí, y por una clara razón. Las ampliaciones del sistema se hacen en paralelo con los open season, que son subastas de venta de capacidad de transporte, manejadas por el Estado, a las que postulan todos los que necesitan dicho servicio: generadoras eléctricas, distribuidoras, grandes industrias. En este caso, hicimos un open season en el 2015, así es que toda la capacidad adicional ya está ofrecida. La próxima venta tendrá lugar cuando hagamos otra ampliación.
-¿Y habrá una ampliación más? ¿Hay manera de seguir ampliando el ducto?
Siempre hay manera. Por ahora hemos concluido nuestros compromisos con el Estado, pero eso no implica que dejemos de idear alternativas para seguir incrementando la capacidad del sistema.
-¿Se haría con un loop en la selva? Recordemos que la planta del Cusco se construyó porque no era posible hacer un loop en el Vraem, debido a la inseguridad en la zona.
Hay dos maneras de seguir incrementando capacidad. Una es tendiendo ese loop, y la otra es añadiendo capacidad de compresión a través de turbocompresores en alguna otra parte del sistema. Vamos a buscar espacios y formas para crecer. El ducto es como una carretera que se debe ampliar con el tiempo, sumando carriles, para llegar a más lugares y generar nuevos mercados. Ese es el gran reto.
-Esa es la idea del ramal a Ayacucho: ayudar a masificar el gas en el Ande. ¿Cuánto volumen proveerán para dicho objetivo?
Se trata de un mercado relativamente pequeño. Estimamos que podría necesitar 20 mmpcd o 30 mmpcd. Pero si crece no habrá ningún problema, porque ese tubo ha sido diseñado para aumentar de volumen cada vez que se necesite. Ahora estamos viendo el tema de la tarifa para esta zona [regulada por el Estado] con Osinergmin.
-A propósito de las tarifas de transporte. ¿Cómo han evolucionado estas? ¿Están obteniendo ganancias?
Nuestros ingresos se han incrementado 1,3% en el 2015, pero no por un aumento en las tarifas. Estas se mantienen iguales desde el 2004 [fecha del arribo del gas a Lima] porque están reguladas por el Estado. Si nuestros ingresos crecen, es por el mayor volumen transportado.
-¿O sea, que los ingresos de TgP crecerán debido a la nueva ampliación?
Así es. A medida que el sistema crece y se lanzan nuevas open season, los ingresos aumentan, aunque no espectacularmente.
-Y en el tema de seguridad, ¿puede explicarnos por qué el ducto de TgP no experimenta los mismos problemas que el Oleoducto Norperuano? ¿Acaso porque es más nuevo y moderno?
El tema de fondo es el mantenimiento. El ducto de Camisea ha tenido poquísimos incidentes en estos doce años de operación. Hacemos varias cosas. Una es monitorear todo el sistema en tiempo real con tecnología Scada. También escaneamos el interior de los tubos periódicamente con instrumentos electrónicos, para saber si ha habido corrosión. La tercera es patrullar todo el ducto para saber como está por fuera. Y la cuarta es analizar la geología para prevenir incidentes. Solo la geotecnia nos demanda un presupuesto anual de US$40 millones.
-Solo para aclarar, ¿qué inversionistas han asumido el control de TgP?
Ahora tenemos cuatro accionistas: el mayoritario es Canadian Pension Plan Investment Board (CPPIB). Le siguen Enagas (España), Sonatrach (Argelia) y Engie (Francia). Esos son los cuatro, por orden de participación.
-Y ahora que han concluido la ampliación del ducto, ¿cuál es el objetivo primordial de los nuevos accionistas?
La estrategia de TgP sigue siendo la misma, es proveer de un sistema de transporte confiable y seguro para el mercado, y seguir creciendo en función a la demanda.
-Finalmente, ¿qué programas de sostenibilidad desarrollan en la zona de influencia?
Tenemos un programa denominado TgP Educa, que busca mejorar la calidad de la educación de los estudiantes de inicial y primaria de colegios estatales en las zonas de nuestra área de influencia, en el Cusco, Ayacucho y Lima. Acabamos de lanzar también el programa TgP Yuyay, para integrar a todos los actores que trabajan con nosotros: comuneros, líderes locales, policías, etc. También estamos viendo la forma de implementar obras por impuestos (OxI). Nuestro objetivo es engranar bien todo eso para relacionarnos mejor con las comunidades.
Las empresas, que integran el consorcio Camisea encargada del transporte de líquidos de gas natural desde Malvinas (La Convención) hasta la planta de fraccionamiento en Pisco, fueron sancionadas con una multa de más de
La jefa de la oficina desconcentrada del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (Oefa) en Cusco, María Grajeda Puelles, informó que en 2015 se impuso esta sanción a las empresas que operan en el Bajo Urubamba, por haber incumplido sus obligaciones ambientales que están establecidas en los instrumentos de gestión ambiental, la no entrega de información oportuna y por algunos derrames anteriores.
Precisó que la empresa a la que mayor número de procesos administrativos sancionadores se le ha impuesto es Plus Petrol, le sigue TGP. Sin embargo, la funcionaria no precisó por qué derrames fueron sancionados.
“La Oefa realiza una verificación permanente del cumplimiento de las obligaciones ambientales que tienen las cinco empresas operadoras y en esa tarea se inició procesos administrativos sancionadores que ha culminado con multas las que inclusive ya fueron pagadas”, sostuvo.
Explicó que la investigación del último derrame suscitado el 19 de enero en el ducto que transporta líquidos de gas natural, ubicado dentro de la reserva comunal Machiguenga, distrito de Echarati (La Convención) no terminó.
Sin embargo, Oefa en la inspección constató que la empresa activó el plan de contingencia con la instalación de barreras de contención para capturar los restos de líquidos de gas natural y evitar que discurran hasta los centros poblados cercanos.
“Oefa ya ha realizado tres supervisiones y ha levantando las muestras de agua y suelo, haciendo una estimación del grado de afectación”, explicó.