El resultado para el sector se explica, principalmente, por la contracción de 6,0% de la producción de cobre.
El sector minero disminuyó 5,5%, tras hacerlo en 1,9% el trimestre anterior. El resultado desestacionalizado también exhibió una caída trimestre a trimestre. El resultado se explica, principalmente, por la contracción de 6,0% de la producción de la minería del cobre. Aunque en menor magnitud, el resto de la minería también incidió negativamente, registrando una disminución de 1,5%. La industria manufacturera cayó 1,0%influido por bebidas y tabaco y la industria alimenticia. El sector construcción cayó 0,1% por el mal comportamiento que tuvieron las obras de ingeniería y, en menor medida, por edificación, cuyos efectos fueron en parte compensados por un aumento de las actividades especializadas. Como contrapartida, electricidad, gas y agua fue el sector con mayor dinamismo al crecer 5,1%, le siguió servicios financieros y administración pública con 4,1%.
El Banco Central también entregó el PIB regional. En su informe se destaca que las regiones del norte del país, justamente las mineras, tuvieron los peores registros, siendo Atacama la que mostró la mayor caída (9,7%) y Antofagasta con una baja de 1,1%. En el caso de Atacama y Antofagasta, la contracción obedece al término de obras de ingeniería civil asociadas a la entrada en operación de proyectos mineros. Coquimbo anotó una contracción de 0,7% donde influyó principalmente el negativo desempeño de la minería del cobre.
El Producto Interno Bruto (PIB) registró un crecimiento de 1,5% el segundo trimestre comparado con igual periodo del año anterior, con lo que acumuló un aumento de 1,9% en los primeros seis meses de 2016, informó este jueves el Banco Central.
La expansión trimestral es superior al 1,1% que esperaban los analistas. Sin embargo, marcó el peor desempeño desde julio - septiembre de 2014 cuando el PIB aumentó solo un 0,9%.
En términos desestacionalizados, el PIB registró una caída trimestral de 0,4%. El efecto calendario resultó igual a 0,4 puntos porcentuales, tras registrarse tres días hábiles más que en igual período de 2015.
Desde la perspectiva del origen, el principal impulso provino de la actividad servicios personales, seguida de comercio; en tanto, el mayor efecto negativo se registró en minería y, en menor medida, en industria.
La demanda interna aumentó 1,4% en doce meses, cerrando el semestre con un alza de 1,3%. En términos desestacionalizados, el gasto interno creció 0,9% con respecto al trimestre anterior. El aumento anual de la demanda interna se explica por un mayor consumo, tanto de hogares como de gobierno, que más que compensó la contracción de la inversión. Esta última cayó reflejando una desacumulación de existencias, efecto que fue aminorado por la mayor formación bruta de capital fijo (FBCF).
Por su parte, las exportaciones e importaciones aumentaron 1,2% y 0,6%, respectivamente, con incrementos tanto en el componente de bienes como servicios.
El ingreso nacional bruto disponible real registró una variación de 0,6%, explicada por mayores rentas pagadas al exterior y la caída de los términos de intercambio.
El ahorro bruto nominal resultó igual a 20,7% del PIB, tasa que refleja un ahorro nacional de 19,6% y un déficit de 1,1% en cuenta corriente.
En línea con la política de publicaciones y revisiones de las cuentas nacionales se realizó la revisión habitual sobre el PIB del primer trimestre de 2016 y una excepcional sobre el PIB del año 2015, ajustándose, en ambos casos, la tasa de crecimiento en dos décimas al alza.
De este modo el primer trimestre quedó con un aumento de 2,2% y el crecimiento del 2015 se elevó a 2,3%.