Los miembros de la Reserva Federal intentaron mantener sus opciones abiertas en la reunión celebrada en julio, con el fin de acercar posturas sobre las perspectivas económicas y el momento para empezar a subir las tasas de interés, y en general se mostraron partidarios de recabar más datos antes de volver a endurecer la política de la entidad.
Varios miembros de la Fed abogaron en julio por esperar a tener más confianza en que la inflación se aceleraría hasta el objetivo del 2%, mientras que otros consideraban que Estados Unidos está cerca de conseguir que su mercado laboral esté plenamente recuperado, lo que garantizaría un alza de las tasas de interés, de acuerdo con las actas de la reunión celebrada el 26 y 27 de julio, publicadas el miércoles.
El documento sugiere que el alza de tasas de interés aún es una posibilidad abierta en septiembre, aunque la Fed no se comprometerá a ajustarlos hasta que se logre un consenso mayor sobre las perspectivas de crecimiento, de contratación y de inflación.
Las actas indican que la Fed consideraba en julio que los bancos europeos estaban bajo presión, fundamentalmente los italianos, mientras que el sector financiero estadounidense consiguió resistir a los efectos de la votación de Reino Unido para salir de la Unión Europea.