Arabia Saudita está enviando señales de que podría elevar sus suministros de petróleo a un nuevo récord en agosto, con lo que superaría a Rusia, en momentos en que el reino se prepara para discutir el próximo mes sobre un pacto global para congelar la producción.
Fuentes de la industria dijeron que el reino, que ya es el mayor exportador mundial de petróleo, empezó a elevar la producción en junio, después de mantenerla estable en la primera mitad del año, para cubrir la creciente demanda interna y los altos requerimientos de exportaciones.
La elevada producción podría darle a Riad mayor ventaja en el encuentro de septiembre en Argelia, en el que los productores dentro y fuera de la Organización de Países Exportadores de Petróleo discutirían de nuevo sobre una estrategia para congelar la producción e impulsar los precios, dijeron las fuentes.
En junio, Arabia Saudita produjo 10,55 millones de barriles de petróleo por día (bpd) y elevó la producción a 10,67 millones de bpd en julio, el nivel más alto en la historia.
Ahora las fuentes esperan que el mayor exportador de la OPEP eleve sus suministros de crudo a un nuevo récord este mes en momentos en que la demanda interna y externa luce saludable.
Una fuente externa a la OPEP dijo que los saudíes le están diciendo discretamente al mercado que la producción podría aumentar aún más en agosto a un máximo de entre 10,8 y 10,9 millones de bpd.
La semana pasada, el ministro de Energía saudí, Khalid al-Falih, buscó aclarar por qué el reino elevó el bombeo en julio en medio de un mercado sobreabastecido. En un comunicado, Falih explicó que el alza de debió a un aumento estacional en la demanda interna y al pedido de clientes de mayores volúmenes de crudo a nivel mundial.
La cantidad de crudo abastecido al mercado en julio fue de 10,75 millones de bpd, por encima del bombeo actual debido a que Riad extrajo los barriles adicionales de sus enormes reservas, reportó la agencia SPA.
Un esfuerzo previo por congelar la producción en los niveles de enero para impulsar los precios colapsó en abril después de que Arabia Saudita dijo que quería que todos los productores, incluido Irán, se sumaran a la iniciativa.
Con el transcurso de las próximas semanas, las elecciones de EEUU comenzarán a meterse en la agenda de Wall Street y cada encuesta que salga a la luz será un driver para encarar la operatoria en los mercados financieros a nivel global de cara a los meses que restan en este 2016. En contextos eleccionarios la volatilidad en los mercados tiende a incrementarse y cada noticia relacionada con tal evento suele generar un mayor movimiento de los precios de los activos financieros. La particularidad que presenta estas elecciones para presidente en EEUU entre Donald Trump y Hillary Clinton es, entre otras cosas, la gran diferencia en la diplomacia internacional que cada personalidad tiene y propone implementar en el hipotético caso de que sean electos como presidente de EEUU.
En ese sentido, la victoria de Trump es visto como una amenaza al (deteriorado) equilibrio en la diplomacia mundial. De hecho existen factores que juegan a favor de que tal equilibrio quede aun mas vulnerable como la amenaza de ISIS a la paz mundial así como otros grupos terroristas y extremistas que no hacen más que generar terror, pánico y muerte en toda la sociedad. La defensa que tanto Trump como Clinton propongan a tales amenazas seguro seran muy distintas y tal hipótesis se puede sacar con solo analizar la violencia en la retórica del primero en contraposición al discurso más diplomático de Clinton. Dicho esto es importante saber que el mercado en general comenzará a operar con mayor volatilidad sobre todo ante las chances de que Trump gane y ante la potencial amenaza de que sus discursos violentos sean efectivamente concretados con medidas y acciones militares.
Continuando con el análisis podemos decir que uno de los activos que más volatilidad tiende a tener ante conflictos bélicos sobre todo en medio oriente es el petróleo ya que tales conflictos tienden a cortar la producción y suministro de crudo generando un impacto importante en el precio de mismo llevando al WTI y al Brent a desarrollar importantes subas durante tal conflicto. Por lo tanto, con esta introducción se dispara una forma en que los inversores (y votantes) de Trump podrán apostar en el mercado financiero y que es a partir del armado de posiciones compradas en el petróleo.
Si Trump gana, las posibilidades de mayores conflictos bélicos tomarán un protagonismo mayor y tal especulación y/o anticipación será vista en el mercado financiero siendo el petróleo un gran protagonista de tales apuestas. Esto no quiere decir que si gana Clinton el petróleo no vaya a subir o que incluso caiga, simplemente que ante la potencial victoria de Trump será el petróleo uno de los activos financieros que mayor y más rápidamente comience a "pricear" tal alternativa.
Seguramente veamos mucha volatilidad en los próximos meses en el mercado accionario así como en los distintos cruces de divisas en el mercado internacional y tales movimientos de los precios probablemente arrastre a otros activos financieros como las materias primas y activos relacionados con los mercados emergentes aunque consideramos que deberemos tener un ojo puesto con mayor énfasis en las materias primas y en el petróleo en particular.
El petróleo intermedio de Texas (WTI) subió este miércoles un 0,4% y cerró en u$s 46,79 el barril, tras recuperarse de una apertura con descensos.
Al final de las operaciones a viva voz en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), los contratos futuros del WTI para entrega en septiembre subieron 21 centavos respecto al cierre anterior.
El petróleo de referencia en el país acumuló su quinta jornada consecutiva de ganancias hasta alcanzar su nivel más alto desde el pasado 6 de julio.
Pese al cierre en positivo, la primera hora de negociaciones en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex) experimentó una fuerte caída y el barril de referencia en el país llegó a cotizar por debajo de la barrera de los u$s 46 en el arranque de la jornada en el Nymex, un nivel que no tardó en reponerse.
El Departamento de Energía anunció en la jornada que las reservas semanales de crudo bajaron la semana pasada en 2,5 millones de barriles hasta situarse en 521,1 millones de barriles, lo que supone su primera caída en las últimas cuatro semanas.
Ese descenso, muy por encima de lo previsto por los expertos, también impulsaba al alza la cotización del crudo Brent, de referencia en Europa y otros mercados, que borraba las pérdidas de la mañana y subía en Londres un 1,02 % hasta 49,73 dólares.
El llamado "oro negro" sigue escalando posiciones en medio de la expectativa entre los inversores por la posibilidad de que la OPEP adopte finalmente medidas para estabilizar el mercado.
El crudo del mar del Norte, de referencia en Europa, terminó la jornada en el International Exchange Futures de Londres con un avance de 0,62 dólares frente a la última negociación, cuando acabó en 48,23 dólares.
El precio del crudo se mantiene así por segunda jornada consecutiva por encima de la barrera de los u$s 49 y acumula un aumento superior al 29 % en lo que va de año.
El encarecimiento de los últimos días ha tenido lugar en medio de especulaciones sobre posibles medidas de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y de otros importantes productores para apuntalar las cotizaciones.
Los miembros OPEP se reunirán en el marco del Foro Internacional de la Energía, que agrupa a productores y consumidores, entre el 26 y el 28 de septiembre en Argelia.