ERNESTO CUSSIANOVICH*
Según un reciente estudio realizado por Poliarquía Consultores, casi un 70% de los jujeños asegura estar al tanto de la producción de litio en su provincia. Se trata de un porcentaje importante de ciudadanos que ha escuchado o leído noticias sobre este tema, en una provincia donde la imagen positiva del sector minero debe todavía mejorar en muchos aspectos.
Ciertamente, según vemos en el estudio, en Jujuy la imagen positiva de la actividad minera es hoy de un 25% y la negativa del 23%. En el medio, un 36% de la población afirma tener una imagen regular y un 16% aún no se define. La situación es expectante. Si bien hay un 45% de la población que está a favor del desarrollo de la minería, casi una mitad de los jujeños asegura también haber escuchado noticias sobre cierre de minas, obviamente en referencia al proceso que comenzó en Pirquitas. La pregunta que surge es cuanto de la imagen de la minería se verá afectada por efecto de lo que la población percibe de ese proceso de cierre. Un dato claro es que definitivamente el cierre de minas está en el radar de la opinión pública local.
Por el lado del litio la situación es similar. En primer lugar, parece importante analizar con sumo cuidado lo que muchos expertos y la propia opinión pública está observando con respecto al exceso de expectativas en torno a la producción de litio. Se trata igualmente de expectativas en la que convergen diversos actores y factores. Las empresas están en primera línea y es obvio que cada una de ellas deberá a su manera dar muestras de prudencia. La encuesta nos está indicando que en Jujuy un alto porcentaje de ciudadanos de a pie asegura haber escuchado algo sobre la producción de litio. Lo que en contraposición está indicando sobre la necesidad de un manejo ad hoc de expectativas, tanto para el gobierno como las de las comunidades y la opinión pública en general.
Pero si bien las noticias no son del todo malas y hoy un 52% de la población se muestra a favor de la producción del mineral, el estudio nos está diciendo también que hay un 21% que está en contra de la producción del litio y un importante 27% que todavía muestra sus dudas. Es evidente que lo que se haga o se diga será crucial para no permitir que ese 21% aumente por efecto del desengaño o la desilusión. Además la industria tiene que comunicar mejor para no perder de vista a ese tercio de la población todavía con dudas.
El gobierno provincial, por su parte, constituye también un actor clave. En Jujuy el reciente reclamo del Estado por una mayor participación de su empresa minera en el negocio del litio no parece una buena idea. Sin embargo, esto lo piensan los referentes del sector y no necesariamente el conjunto de los jujeños, más propensos a sostener el interés público por sobre el privado. Pensar lo contrario es una reflexión muy autorreferencial. Hoy por hoy, la tendencia del el común de los ciudadanos es a sostener el interés público, aún sin saber bien que significa o, incluso, sin tener demasiada idea de lo que se está discutiendo.
Por otro lado, habría que analizar en detalle cuánto de la decisión del gobierno de avanzar un poco más con la participación de su empresa responde al exceso de expectativas o, tal vez, a su falta de conocimiento sobre el core de la industria. Es posible también que se deba al ideal recaudatorio de una administración que necesita hoy mejorar la imagen negativa que tienen los jujeños sobre la situación económica. En Jujuy 49% de la población define la situación local como negativa y solo un 15% como positiva. Allí también hay que buscar algunas explicaciones.
En relación a los factores que alimentan el exceso de expectativas, hay que comenzar por decir que en los últimos años se habló mucho sobre la producción de litio en el país. Se ha hecho referencia a inversiones y generación de empleo, pero también y como contraposición, al impacto sobre el ambiente y el poco desarrollo local. A esto se suma la mirada del común de los ciudadanos respecto a que estamos frente a un recurso natural estratégico, extraordinario y exuberante. Expresiones como “el triangulo del litio”, “la Arabia Saudita del lito, “el combustible del futuro”, “el oro blanco”,o los ”50.000 millones de dólares en reservas en el salar de Cachaurí”, etc. son algunos ejemplos de esto.
Ahora bien, ¿qué es lo que ese 70% de la población de Jujuy percibe? Para comenzar, hay que decir que la alerta se focaliza en la población masculina (76% contra 61% de la femenina), en los sectores más calificados (83% frente a un 64% de los niveles primario y secundario) y -finalmente- entre quienes habitan en el Gran San Salvador más que en el interior de la provincia. En términos de información y conocimiento, la encuesta nos está revelando también que del total de personas que dijeron estar al tanto del litio, solo un 28% reconoce estar muy y bastante informada sobre el tema. Es decir, en realidad el 70% restante acepta que esta “poco o nada informado” sobre la materia.
Este dato es crucial puesto que indica que hay poco conocimiento e información sobre el litio, en un contexto de altas expectativas sobre el mismo. Es decir, hay un escenario que invita a la generación de estereotipos que van en detrimento del sector y que al final terminarán por aumentar las demandas y las exigencias de las comunidades o, como hemos observado, del propio gobierno. En conclusión, hay mucho interés y alerta pero muy poca información de calidad.
No obstante esto, es importante notar que la encuesta señala también que esa gran expectativa y esa poca información encuentran su equilibrio en una mayor demanda de información sobre este tema. Ciertamente, un 65% de quienes dicen estar al tanto de la producción de litio, aseguran además estar “muy y bastante interesados” en las noticias relacionadas con el mineral. Se trata obviamente de un escenario favorable que no hay que desaprovechar.
Otros datos interesantes que hay que monitorear y analizar en detalle están referidos a las asociaciones que hace la población en relación a la producción del litio. Al respecto, el mineral está hoy más asociado a la llegada de inversiones que a la generación de empleo, al concepto de desarrollo más que al de soberanía y a la falta de control del Estado que al impacto ambiental Cada una de estas asociaciones merece un examen particular en relación al contexto general que prevalece en la provincia con respecto al empleo, el cuidado del medio ambiente o la contribución de la minería al desarrollo provincial o local, temas sobre los que sigue habiendo muchas dudas en la cabeza del común de los ciudadanos de a pie.
*Poliarquía