Si en un principio se esperaba que el plan de inversiones estructurales de Codelco le permitiría a la corporación producir anualmente sobre las 2 millones de toneladas, hoy las proyecciones son mucho más conservadoras. Tanto, que por ahora no se divisa que se alcance ese nivel al menos hasta 2030.
Según una presentación del presidente ejecutivo de Codelco, Nelson Pizarro, realizada el pasado viernes en el marco del Mes de la Minería, al menos en esta década y en la siguiente la estatal no se alcanzaría a superar ese umbral, como consecuencia de la reducción del tamaño de los proyectos estructurales así como también al retraso de los mismos, producto de la revisión que está llevando adelante la compañía.
En un contexto de bajo precio del metal rojo, Codelco está en medio de una encrucijada ya que debe realizar 5 proyectos estructurales para evitar la caída de su producción. Estos son: Chuquicamata Subterránea, RT Sulfuros, Nuevo Nivel Mina El Teniente, Desarrollo Futuro Andina -ex Andina 244-, y Rajo Inca.
Sin embargo, solo uno de estos proyectos está en construcción, mientras que el resto está en la etapa de conceptualización, prefactibilidad o reestudio.
Este es el caso de Nuevo Nivel Mina El Teniente, que debió detener su construcción por problemas geomecánicos del macizo rocoso. Sin embargo, tras meses de análisis, la estatal dio con la explicación de la inestabilidad de la mina y apronta un plan que llevar adelante la iniciativa.
“Estamos trabajando con una roca que tiene una precisión brutal y eso en definitiva significa tiempo y dinero. La pregunta es no obstante el mayor tiempo y costo de construcción si sigue siendo rentable descontaba una tasa del 8% de ese yacimiento. Estamos en eso, creemos que sí”, explicó Pizarro.
En tanto, en el proyecto RT Sulfuros -que recibió su aprobación ambiental en enero de este año y proyecta una inversión de US$5.400 millones- se analizan ajustes para “hacer volar” el proyecto con los precios proyectados del metal rojo.
“La ley de cabeza, que es 0,47%, con un porcentaje importante de solubles en la cabeza que hacen que los diseños de ingeniería aún no hayan podido ser lo suficientemente confiables como para rentabilizar convenientemente a una tasa del 8% el proyecto. Es un proyecto que todavía necesita más pensamiento, más productividad, para que efectivamente pueda ser viable; pero tiene que ser viable”, agregó Pizarro.
Mientras, otras iniciativas como Rajo Inca y Desarrollo Futuro Andina también están en sus análisis previos. Todo lo anterior pone en un nuevo panorama a la estatal, y de acuerdo a sus propias estimaciones, la producción en los próximos años flucturá entre los 1,6 y los 1,8 millones de toneladas, con excepción de 2023 donde caería cerca de los 1,4 millones.
Esto, solo si la cuprífera no sufre retrasos adicionales en sus proyectos u otra por un recorte adicional en la dimensión de los mismos. En el peor de los casos, es decir, si no se concreta ningún proyecto, la producción caería a 600 mil toneladas a 2030.