La contaminación del agua es un tema central en los últimos conflictos socioambientales que se registran en el Perú, casi todos son relacionados con explotaciones mineras, tanto formales como informales. En el caso de Puno, resalta lo ocurrido en las cuencas Ramis y Suches; pero también ahora en Llallimayo, aguas que desembocan en el lago Titicaca.
Un conflicto que se está alargando sin aparente solución ocurre en las partes altas de las provincias Melgar y Lampa. Allí la población ha cuestionado la contaminación del recurso hídrico, aparentemente, generado por la minería “a tajo abierto” que realizaría la empresa Aruntani SAC.
Las operaciones de esta minera se encuentran ubicadas en la cabecera de dos afluentes que son utilizadas por agricultores y ganadores de las zonas bajas, según informó Correo.
Preocupados por la situación, pobladores, dirigentes y autoridades, de los distritos de Umachiri, Cupi, Llalli, Ayaviri (Melgar), Ocuviri y Vila Vila (Lampa) acordaron el pasado sábado solicitar el retiro definitivo de las empresas Aruntani y Ciemsa Águilas, a las que responsabilizan por la extraña coloración de los ríos.
Asimismo, pidieron la presencia de una comisión de alto nivel en materia ambiental, en este caso tendrían que llegar representantes del Ministerio de Ambiente, Energía y Minas, Agricultura y la propia Presidencia del Consejo de Ministros (PCM).
La próxima reunión será el 26 de agosto y quieren que llegue una comisión de alto nivel para recorrer las cuencas Jatun Ayllu y Llallimayo y constanten los daños ambientales.
En anteriores visitas, Correo registró imágenes en donde se aprecia contaminación del agua, recurso que ya no puede ser usado por los pobladores, aunque entidades como la Autoridad Nacional del Agua (ANA) informaron que dicha contaminación no se debe necesariamente a los trabajos mineros.
Ante la queja de la gente, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) realizó del 10 al 15 de setiembre de 2015 un monitoreo de fiscalización teniendo como resultado: “agua superficial en los puntos de muestreo quebrada Chacapalca, Antaymaca y Q’ochachaqui, que el nivel de PH encontrándose ligeramente por encima del rango establecido del ECA (Estándares de Calidad Ambiental)”.
Asimismo, los elementos pesados también superan los estándares permisibles: el arsénico en la quebrada de Chacapalca y otros puntos registró 0,75mg/L; el hierro superó 7,395 mg/L; el manganeso 0,24mg/L. Todos estos metales superan los Estándares Nacionales de Calidad Ambiental para Agua, validado por el Decreto Supremo 002-2008-MINAN.
En sedimentos se encontró tres metales que superan el ECA: arsénico en cinco puntos de muestreo superó 37,8 mg/kg; Mercurio en tres puntos de muestreo registra 1,93 mg/kg, mientras el Plomo, en los afluentes de río Ocuviri muestra el resultado de 140 mg/kg.
Sin embargo, en el informe Nº 258-2015-OEFA/DE-SDCA, expedido por el laboratorio Environmental Testing Laboratory SAC., OEFA no explica más detalles sobre los metales, tampoco señala a los responsables, por el contrario afirma que estos datos podrían estar relacionados a la presunta existencia de actividades de pequeña minería o minería artesanal desarrollada en la parte alta de la microcuenca.
Más de 10 años de trabajo minero en esta zona
La empresa minera Aruntani SAC empezó sus actividades mineras en el año 2006, tiempo desde el cual no habría registrado un conflicto más grande que el presente.
La minera Ciemsa ha estado operando desde antes y no es la primera vez que se cuestiona su beneficio social.
