Luego de una dura negociación, que incluyó una fuerte pulseada que involucró al propio gobernador Juan Schiaretti, la empresa brasileña Odebrecht llegó a un acuerdo con el Grupo Techint para la compra de la mitad de los caños, insumo básico que destrabó el arranque de la obra de los gasoductos troncales en territorio cordobés.
“Están construyendo los obradores para comenzar con los trabajos en los sistemas del Gran Córdoba y el de la ruta 2, en Noetinger. En dos semanas, la construcción de esos dos tramos estará en marcha. Tienen un plazo de ejecución de 18 meses, por lo cual para diciembre de 2017 deberían estar terminados”, aseguró, entusiasmado, el ministro de Inversión y Financiamiento, Ricardo Sosa, quien hace pocos días regresó de China.
Es el funcionario provincial más involucrado en la negociación entre las empresas constructoras y los bancos chinos que financiarán la megaobra, que tiene un presupuesto global de 8.700 millones de pesos para los 10 sistemas de gasoductos que se construirán en toda la provincia.
El otro funcionario provincial abocado de lleno a la parte técnica del proyecto es el ministro de Agua, Ambiente y Servicios Públicos, Fabián López.
Sosa reconoció que la demora en el arranque de la obra, que estaba prevista para abril pasado, se debió a la pulseada por la compra de los caños para el gas, que involucra un negocio de alrededor de 1.200 millones de pesos para este proyecto.
El ministro de Inversión y Financiamiento es la mano derecha del gobernador y quien estuvo al tanto de esta disputa millonaria. “Nuestra posición nunca cambió. Siempre sostuvimos que la obra fue licitada y adjudicada con un determinado presupuesto y que la Provincia no iba a poner un peso más, pese a lo que exigía Techint. Hubo un acuerdo de palabra entre el gobernador y el presidente de la Nación para que los caños se adquirieran la mitad en el país y el resto en China. Odebrecht acordó la compra con Techint y la obra arranca”, afirmó Sosa a La Voz .
Odebrecht es la única empresa adjudicada que presentó financiamiento propio para la obra y no depende de préstamos de bancos chinos, como sí ocurre con las otras empresas contratistas.
En las últimas semanas, la empresa brasileña aportó cinco millones de dólares por su cuenta (unos 75 millones de pesos) y otros 200 millones de pesos que le prestó la empresa Puente Hermanos, una de las principales operadoras de la Bolsa de Buenos Aires.
Con esos 275 millones de pesos, Odebrecht comenzará los trabajos de los mencionados dos tramos de los gasoductos, que tienen un presupuesto de 855 millones de pesos.
La constructora brasileña quería comenzar cuanto antes los trabajos de los gasoductos, ya que la empresa está envuelta en una fuerte polémica por presuntos casos de corrupción en su país.
Marcelo Odebrecht, uno de los dueños de la constructora, y otros directivos de la firma, están presos, acusados de pagar coimas a funcionarios brasileños.
En Argentina, también se abrió una causa en contra de la empresa brasileña por el presunto cobro de sobreprecios durante la pasada gestión kirchnerista, según una denuncia que presentaron las nuevas autoridades de Nación Fideicomisos.
La causa está en el juzgado de la jueza federal porteña María Servini de Cubría e involucra al exministro de Planificación Federal Julio De Vido.
Aunque nadie lo admitirá en público, el objetivo de los brasileños es comenzar la obra en Córdoba para mejorar la imagen en el exterior, ya que Odebrecht es una de las constructoras más poderosas de Latinoamérica.
Techint, uno de los principales grupos empresariales nacionales, puso el grito en el cielo cuando se enteró de que las dos uniones transitorias de empresas (la que integran la cordobesa Electroingeniería y China Petroleum Pipeline Bureau; y la de la porteña Iecsa con China Communications Construction Company), y Odebrecht, que ganaron las licitaciones para construir los 10 tramos de los gasoductos cordobeses, estaban negociando con empresas chinas para adquirir los caños.
La discusión se centró en el costo del material. El gobernador Schiaretti, en público, y las empresas constructoras, en privado, decían que en China se podían conseguir los caños a 1.300 dólares la tonelada, mientras que Techint ofrecía el mismo material a 2.500 dólares la tonelada.
Hubo una fuerte disputa, en la cual también intervino el Gobierno nacional. El presidente Mauricio Macri, que prometió aportar 2.900 millones de pesos en este proyecto, tampoco quería romper relaciones con Techint, un conglomerado de empresas que tiene más de 45 mil trabajadores en todo el país.
Finalmente, en los últimos días, Odebrecht cerró un acuerdo con Techint para adquirir la mitad del material que necesita a un precio de 1.350 dólares la tonelada.
Con ese material, la constructora brasileña arrancará la obra de los gasoductos.
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