Mientras busca una salida al complejo laberinto de la suba de tarifas, el gobierno nacional analiza con las empresas una nueva rebaja al barril criollo.
Fuentes empresariales confirmaron a este medio que ya hubo contactos con el subsecretario de Recursos Hidrocarburíferos , Jose Luis Sureda, para tratar un retoque al precio del petróleo incentivado que rige en Argentina.
En la última reunión, realizada a principios de año, se acordó un valor para el crudo neuquino de 67,5 dólares. Sin embargo, con la última baja del barril a nivel internacional, sumado a la intención de política de buscar una baja en el precio de los combustibles que alivie el bolsillo del consumidor, el gobierno evalúa reducir ese precio de incentivo.
Una eventual caída del barril criollo implicaría una nueva reducción de las regalías para Neuquén. Cada dólar que se baje implicará una pérdida de casi 80 millones de dólares en este recurso.
Las petroleras tampoco están contentas con la noticia, sobre todo las del Golfo de San Jorge, donde se vive una compleja crisis. La “zanahoria” del gobierno para convencerlas será la mejora en el precio del gas, un combustible que se convirtió en el negocio más atractivo del momento.
Lo cierto es que en la práctica el gobierno ya convalidó una baja del crudo. Al autorizar importaciones, la canasta de petróleo que compran las refinerías termina costando bastante menos que 67,5 dólares el barril.
80 millones de pesos en regalías perdería Neuquén por cada dólar que baje el barril criollo, según las proyecciones del presupuesto.