Lin Chengdong ha comprado y vendido contratos por cientos de millones de dólares en los mercados de commodities de China, usando modelos matemáticos para identificar las oportunidades de corretaje, en lugar de un conocimiento detallado de los productos.
Él es uno de una serie de especuladores chinos que se han inundado los mercados de materias primas de China recientemente, impulsando contratos antes poco conocidos de futuros de mineral de hierro y acero a las filas de los más negociados del mundo, e influyendo en los precios globales en el proceso.
“Es fácil para los operadores profesionales como nosotros hacer dinero en este mercado”, dijo Lin, de 40 años de edad. Su fondo de cobertura, Foresee Investment Co., maneja US$1.500 millones en activos y según el sitio web de Howbuy.com, que hace un seguimiento a los fondos, es uno de los más grandes de China que invierte en commodities. Desde 2013, los fondos de materias primas de Foresee tuvieron un rendimiento de entre 36% y 40% por año y sus activos se han cuadruplicado a más de US$400 millones, dice Lin.
Los mercados chinos permanecen en su mayoría cerrados a los inversionistas extranjeros, y los datos sobre su funcionamiento son escasos. Los operadores dicen que la compraventa de productos básicos estuvo dominada durante años por los conglomerados estatales y un puñado de fondos.
Aproximadamente hasta el año pasado, los precios de los metales se fijaban esencialmente en Londres. Ahora, China, el consumidor y productor de metales más importante del mundo, se ha convertido en un motor de los precios mundiales. Las bolsas de ese país operan hasta el final de la tarde en Londres y el mediodía en Nueva York. Esto significa que los operadores de todo el mundo están observando los movimientos de precios en lugares como Shanghái y Dalian, y operadores chinos como Lin ejercen mayor influencia sobre los precios mundiales.
En julio, por ejemplo, cuando la plata se cotizaba a niveles relativamente bajos en comparación al oro, los inversionistas chinos inundaron la bolsa de Shanghái, elevando los futuros de ese metal 13%, lo que a su vez empujó al alza el precio spot internacional en un 6,9%, a un record de dos años de US$21,10 la onza.
A principios de este año, un alza similar en los futuros de hierro que se comercializa en la ciudad nororiental china de Dalian llevó a un salto de 60% en el precio del mineral de hierro físico negociado en los mercados globales.
El volumen de operaciones en las bolsas de Shanghái y Dalian se ha disparado, más que duplicándose a nivel interanual en los primeros cuatro meses de 2016, según la Oficina Nacional de Estadísticas de China. Este año, los futuros del mineral de hierro negociados en Dalian han generado tanto volumen en dólares como los futuros del oro en Nueva York, según Citigroup. Los futuros de las varillas corrugadas de acero de Shanghái se convirtieron en el tercer contrato más negociado del mundo por volumen de dólares.
Los inversionistas financieros como Lin son cada vez más activos, y a menudo utilizan el tipo de programas de corretaje por computadora que se han hecho populares en los mercados occidentales en los últimos años. La antigüedad media de los contratos en los mercados de futuros de China es de menos de cuatro horas, lo que indica que “las operaciones más especulativas se han llevado a cabo a través de transacciones de alta frecuencia”, dijeron los analistas de Citigroup en un informe de abril. En la Bolsa de Metales de Londres, los contratos de futuros de referencia son para tres meses.
Ge Weidong, cuyo perfil en la red social Weibo dice “mis padres me trajeron al mundo para que pudiera invertir”, solía trabajar para una empresa estatal de importación y exportación de cereales, aceite y productos alimenticios. Ge renunció en 2000 para dedicarse al corretaje de commodities en Shanghái. En 2005 fundó lo que ahora es el mayor fondo de cobertura de materias primas de china, Shanghái Chaos Investment.
El número de esos fondos ha proliferado, pasando de 183 a mediados de 2013 a 750 a finales de junio último, según Howbuy.com.
Lin obtuvo un doctorado en finanzas de la Universidad Jiaotong de Shanghái, donde aprendió sobre el corretaje de alta frecuencia, y luego tomó un trabajo en la industria de valores. En 2007, cofundó Rosefinch Investment, una de las empresas de inversión más grandes de China, a la que renunció para comenzar Foresee en 2013. Actualmente es uno de los miembros del comité de 15 expertos de la Comisión Nacional de los Fondos Privados de la Asociación de Gestión de Activos de China.
Las oficinas de Lin se hallan encima de las de la Bolsa de Futuros Financieros de Shanghái. A pesar de trabajar con estas materias primas, Lin vio por primera vez aceite de palma, harina de soya y mineral de hierro a finales de mayo durante una visita a la Bolsa de productos básicos de Dalian, y publicó fotos de esos materiales en su cuenta de WeChat.
Su visita a Dalian coincidió con un período de extraordinaria volatilidad de los mercados de productos chinos, en el que el dinero de los especuladores primero inundaba un tipo de commodity y luego se retiraba. Los fondos de cobertura chinos, incluyendo a Shanghái Caos, amasaron posiciones al descubierto sobre el cobre en enero, lo que rápidamente ayudó a que el mineral cayera a un mínimo de seis años en la Bolsa de Metales de Londres. Los inversionistas minoristas se sumaron, alimentando una serie de mini-burbujas en todo tipo de productos, desde la soya al mineral de hierro.
En respuesta, las bolsas chinas elevaron sus tasas de transacción para restringir el corretaje, lo que hizo más difícil apostar con dinero prestado. Los contratos de varillas de acero reforzadas en la Bolsa de Futuros de Shanghái, que habían aumentado 58% en los primeros cuatro meses de 2016, cayeron 28% en mayo.
Lin dice que sus fondos de materias primas, que utilizan modelos matemáticos para identificar las oportunidades comerciales, le evitaron las ganancias y las pérdidas extremas que sufrieron algunos otros especuladores. El último movimiento de Foresee está en el extranjero: en julio, la firma estableció una oficina en Hong Kong.
“Puede que no seamos conocidos en el extranjero”, dijo Lin, “pero para los inversionistas chinos que quieren mover su dinero en el extranjero, somos un nombre bien conocido.”