La minera Rio Tinto reportó este miércoles un derrumbe del 47% en sus ganancias en la primera mitad del año, a un mínimo en doce años, aunque sorprendió al mercado con un dividendo mayor al esperado en momentos en que las condiciones generales siguen siendo difíciles.
El nuevo presidente ejecutivo, Jean-Sébastien Jacques, dijo que está concentrado en apuntalar la compañía reduciendo más los costos y agregó que no espera ayuda de los mercados de materias primas, que se vieron incentivados en el segundo trimestre por el crédito fácil en China.
“Por lo tanto, confiamos, pero para nada de manera complaciente. Hacia adelante, prevemos que las condiciones del mercado se mantengan desafiantes y volátiles”, dijo Jacques a periodistas.
Reuters informó que las utilidades subyacentes de los seis meses a junio cayeron a US$1.560 millones, desde US$2.920 millones un año atrás. Con todo, la cifra superó una estimación de analistas que preveía una baja a US$1.460 millones en el semestre.
Las ganancias en el negocio del aluminio fueron mejores de lo esperado, mientras que el desempeño del mineral de hierro y del cobre se ubicaron debajo de las expectativas, según analistas.
“Es un resultado decente en tiempos difíciles”, dijo Paul Gait, de la firma Bernstein en Londres.
Gracias a su fuerte balance contable, Rio Tinto logró anunciar un dividendo de mitad de año de 45 centavos por acción, en contraste con sus rivales Anglo American y la brasileña Vale, que declararon la semana pasada que no habría reparto al entregar sus resultados semestrales.
Rio Tinto mantuvo su plan de recortar costos en US$2.000 millones en dos años hasta diciembre de 2017. La deuda neta de la compañía bajó a US$12.900 millones desde US$13.800 millones en diciembre, un resultado también mejor de lo esperado.