“Sin un plan real, sin un proyecto verdadero, no hay título que le puedas poner a una iniciativa para que pueda tener éxito. ¿Cuál ha sido la gran caída del Arco Minero del Orinoco? Pues que se trata de un planteamiento que, por encima, suena muy serio pero cuando se profundiza, te das cuenta que es muy débil”, destaca el representante de la minería privada en Venezuela.
Para Rojas, la inviabilidad del decreto viene dada por la gran cantidad de supuestos inexistentes que se están manejando. La división territorial es una de ellas, debido a la enorme extensión considerada, y dos por los supuestos en reservas que se están manejando en el planteamiento, que no han sido realmente cuantificadas, según El Mundo.
El 24 de febrero de 2016, en Gaceta Oficial N° 40.855, la presidencia de la República, mediante el decreto N° 2.248 oficializó la creación de la Zona de Desarrollo Estratégico Nacional “Arco Minero del Orinoco”; el cual cuenta con casi 112.000 kilómetros cuadrados al sureste del país, con reservas probadas calculadas en miles y millones de toneladas de oro, diamantes, hierro. Además bauxita, cobre, coltán, entre otros minerales.
Otro error que destaca Rojas, es negar la participación de la Compañía General de Minería de Venezuela (Minerven) como institución fundamental en desarrollo aurífero.
Rojas estima además que, se está dando supremacía al eventual desarrollo del coltán y el diamante sobre otros sectores que pueden dar resultados mucho más temprano y con menor inversión.
El gremialista considera que la gran apuesta por el coltán y el diamante, cuyas probabilidades de éxito son muchos mas lejanas que las de cualquier otro mineral que se tenga en cartera, demuestra, dice Rojas, que “allí no hay seriedad”. Inclusive, aclara que el elemento social es también lejano.
Vender algo poco serio a la gente que hace minería, apunta Luis Rojas, es un fracaso anunciado, toda vez las cuantiosas inversiones que se requieren en el sector, pueden definitivamente no materializarse.
El experto y empresario del sector sostiene que la minería en el país perdió el gran ciclo de precios altos de las materias primas y que en Venezuela, la cuestión no es reconstruir la minería sino que refundarla.