La petrolera mexicana Petróleos Mexicanos (Pemex) perdió en el 1S 2016, US$ 7.6 millones, 21.4 % menos que la pérdida neta del mismo período del 2015.
La compañía atribuyó este resultado a los bajos precios de hidrocarburos, la depreciación del peso mexicano frente al dólar, y el cambio de las tasas de interés en los fondos del gobierno, según EFE.
En su informe financiero, la empresa estatal atribuye este resultado a un descenso del 36 % en el precio de la mezcla mexicana de crudo, a la depreciación del peso mexicano frente al dólar, y al el cambio en las tasas de interés de bonos del gobierno, entre otros factores.
El resultado también se vio afectado por una disminución del 26 % en la producción de crudo, al pasar de 2,26 millones de barriles/día en el primer semestre de 2015 a 2.20 millones de bpd este año, informó Pemex.
Además, la producción de gas natural se redujo en un 7 %, situándose en 5,99 millones de pies cúbicos /día este año, después de alcanzar 6.44 MMpc en enero-junio de 2015.
Las ventas de la compañía, tanto en los mercados nacionales y extranjeros, ascendieron a US$ 25,4 millones, lo que representa una caída del 18,3 % en comparación con el primer semestre de 2015.
En tanto que las ganancias brutas se situaron en US$ 11,8 mil millones, un 27,6 % más que el año pasado, mientras que el total para el desempeño operacional fue US$ 8,2 millones), un 51,6 % más en el primer semestre de 2015.
El EBITDA de la compañía cayó, perdiendo alrededor de US$656 millones, explicó la petrolera estatal.
Entre enero y junio de 2016, el pago de derechos e impuestos ascendió a US$ 7 millones, lo que representó una caída de 33,7 % en comparación con el mismo período del año 2015.
Durante el segundo trimestre del año, Pemex registró pérdidas netas de US$ 4.4 millones, un 1,4 % menos que el mismo período del año 2015.
El ingreso se redujo en un 17,2 % entre abril y junio, en comparación con el mismo periodo de 2015, situándose en US$ 13,5 millones)
La empresa estatal se enfrenta a recortes en el presupuesto de 100 millones de pesos (US 5,2 mil millones) este año, lo que afectará sobre todo sus proyectos de exploración y producción.
Jonathan Ruiz
Con ustedes, el Estado al frente de una empresa. La más importante de México. Estas frases puede leerlas entre otras descripciones que reveló el jueves el reporte a junio de esta petrolera que le pertenece a usted (http://bit.ly/2alzrQc).
“El envío de gas a la atmósfera aumentó 69 millones de pies cúbicos diarios, principalmente debido al impacto negativo del incidente ocurrido en la plataforma Abkatún-A en febrero de 2016. En este contexto, el aprovechamiento de gas durante el periodo fue de 89.8 por ciento”.
Visto desde mí óptica debería leerse así: El daño que hacemos a la atmósfera aumenta sin parar. Este trimestre nos creció un poquito respecto a hace un año, pero mire usted, ya buscamos otro argumento adicional al de Abkatún-A, porque parece que no es sólo eso el problema y esto ya huele a tragedia ambiental. Para muestra está lo que le dijimos justamente el año pasado:
“El gas hidrocarburo enviado a la atmósfera tuvo un aumento de 135.3 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior. Lo anterior, principalmente por el incidente en la plataforma Abkatún-A Permanente, así como el retraso en las obras destinadas al aprovechamiento de gas y fallas en equipos de compresión en la Regiones Marinas”.http://bit.ly/2aQXjMe
Vamos al punto: el gas natural que lanzamos a la atmósfera es 21 veces más dañino que el bióxido de carbono y en sólo dos años, Pemex casi triplicó el envío de ese tóxico a la capa que nos protege de los rayos ultravioleta.
Por cierto, hace dos años desperdiciábamos menos de 4 por ciento de lo que producíamos de gas natural. Hoy, casi el 10 por ciento. Nos perforan los ductos, nos roban la gasolina y para colaborar, nosotros tiramos dinero al aire.
Otra frase textual: “Durante el segundo trimestre de 2016, el promedio de pozos en operación fue de 8 mil 931, 4.8 por ciento inferior al del mismo periodo de 2015” ¡Zas!
“El número total de pozos terminados disminuyó 65.2 por ciento, equivalente a una reducción de 60 pozos, debido a una menor terminación de pozos de desarrollo”, así está redactado.
Y sigue: “Lo anterior fue resultado de menor actividad programada en los activos Burgos, Aceite Terciario del Golfo y MacuspanaMuspac, como resultado de los ajustes presupuestales aprobados por el Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos a principios de año”.
Mi interpretación: la máxima autoridad de Pemex, ese consejo que pulveriza responsabilidades, optó por lo inmediato: asignar dinero a lo que deja más ganancia ante los tristes precios del crudo. Burgos, por ejemplo, que sólo produce el poco rentable gas natural, puede esperar un próximo lugar en la historia petrolera nacional. ¿Qué es eso de largo plazo?
Por lo pronto, a producir crudo y a construir popotes gigantes para que CFE compre el gas natural (el combustible más usado por los mexicanos) a los texanos que necesitan ver en dónde ponen su abundancia.
Otra para el remate: “El índice del reuso de agua-uso total de agua tuvo una reducción del 10.4 por ciento con respecto al mismo periodo de 2015, debido principalmente al menor volumen de agua tratada por problemas en la operación de las plantas de tratamiento de aguas residuales y aguas negras en las refinerías de Madero y Salina Cruz”. ¡Aguas!
Última posible traducción: Si no tenemos pa’ producir gas, quieren que andemos viendo de dónde sale para limpiar el agua de las ciudades. ¿Vieron lo que pasó en la refinería de Cadereyta en donde no nos alcanzó el agua para los procesos industriales que fabrican gasolina? Tuvimos que cerrarla unos días.
El Pemex que hoy dirige José Antonio González Anaya es el más atribulado que he visto en 17 años que acumulo de seguir la historia de la empresa.
Sus deficiencias representan un arma política para los detractores del gobierno actual que con sus acciones alimenta justamente los argumentos de quienes querrán verlo débil en ese crucial año de elecciones que será 2018.