Marchas y contramarchas ya son una característica distintiva del proyecto Potasio Río Colorado, que está a punto de cumplir tres años y medio de suspensión.
Es que después de haber firmado un compromiso para seguir adelante con un emprendimiento a escala menor, la minera brasileña Vale ahora busca prorrogar el plazo de 90 días dado para que elaborara su plan de trabajo.
Silenciosamente, su CEO en Argentina, Edoardo Santana, pasó por Mendoza para participar de la mesa de diálogo minero convocada por el Gobierno provincial. En una charla con algunos funcionarios les adelantó las intenciones de Vale, según dio a conocer el diario Uno
Julio será un mes decisivo en este capítulo de la prolongada suspensión de Potasio. Es que Santana volverá a Mendoza antes de fin de mes para tratar de llegar a un acuerdo con la Provincia.
“No tenemos novedades acerca de inversionistas. Retomar el proyecto Río Colorado sin inversiones de parceros (socios, en portugués) no está siendo considerado en este momento”, señalaron escuetamente desde la matriz en Río de Janeiro ante la consulta de Los Andes.
En abril se había anunciado con bombos y platillos el compromiso de reactivación, aunque con un emprendimiento mucho más acotado, dado el contexto internacional difícil para el potasio y las dificultades tanto financieras como políticas de Brasil (51% del paquete accionario de Vale son del Estado brasileño).
Concretamente, el plan es un tercio del original y apunta a producir 1,3 millón de toneladas de sales con una inversión de U$S 1.500 millones. Cabe recordar que inicialmente Potasio había sido pensado para producir 4 millones de toneladas de sales de potasio por año, con un presupuesto de U$S 6.300 millones, pero sólo ejecutó 30%.
Según el subsecretario de Energía, Minería e Hidrocarburos, Emilio Guiñazú, “la compañía tiene limitaciones financieras bastante severas y lo sabemos, por eso estamos dispuestos a colaborar en los tiempos contractuales y legales.
Pero lo que nos preocupa es que la ausencia o presencia de un socio no justifica esos tiempos. No queremos reclamarle un plan de trabajo por la vía legal: Vale debe responder si le deja su lugar a otro inversor o concreta su compromiso de reactivarlo”.
Antes de que el Ministerio de Economía diera a conocer un nuevo pre-acuerdo, con algunas decisiones parecía que Vale ya hacía las valijas, aunque luego trascendió que era cosmética para Potasio, como el remate de más de 40 mil toneladas de material rodoviario.
Fue la primera medida para achicar en 350 kilómetros la conexión por ferrocarril entre la planta de Malargüe y el puerto de Bahía Blanca, y hacer un proyecto multimodal, menos costoso y más “vendible”.
Parte del compromiso asumido en abril fue ponerlo en marcha en el lapso de 18 meses. Para eso, la minera había convenido un trabajo en dos etapas: primero, tomarse 90 días para el rediseño de Potasio, lo que exige otro análisis de factibilidad técnica sin pasar por la Legislatura.
Y luego otros 12 meses para el proyecto ejecutivo y la recontratación de proveedores.
Ahora bien ¿qué es primero, el huevo o la gallina? Así puede definirse por dónde pasa la discusión: para Vale, los tiempos que quedan no alcanzan para incorporar un socio, condición innegociable para seguir.
En cambio, el Gobierno insiste en que con el socio presente se podría rediscutir plazos y conceder la pretendida prórroga.
En tanto, desde el sector sindical reclaman mano dura al Gobierno para “poner en vereda” al concesionario brasilero que mantiene en suspenso al principal proyecto minero de la provincia.
“Desde que consiguieron autorización para vender los rieles supimos que no tenían intención de volver. Además, con los problemas políticos que tiene Brasil tampoco somos muy optimistas”, señaló Juan Carlos Ortiz, secretario general en Mendoza de AOMA (Asociación Obrera de la Minería de Argentina), que representa a cerca de 200 trabajadores potenciales para Potasio Río Colorado.
El número 1 de AOMA a nivel nacional, Héctor Laplace, también se había reunido meses atrás con Santana en Buenos Aires, sin logros concretos.
De ahí que, ante las gestiones del Gobierno mendocino y las indefiniciones, Ortiz reclamo “mano dura con Vale para que reactive Potasio. Necesitamos trabajo, pero también sabemos que no debe haber prórrogas”.
El plazo final es abril de 2017 y el reloj corre. No tanto para presentar un plan de trabajo sino sobre todo por el tiempo transcurrido desde parate de la concesión, que según el Código Minero puede convertirse en causal de caducidad.