Un completo estudio está realizando la estatal ENAP para mejorar el desempeño y la seguridad de sus operaciones en Quintero.
Pulso afirmó que en los últimos meses, la estatal ha desembolsado unos US$150 mil para contar con el apoyo de expertos en terminales marítimos con el fin de optimizar sus operaciones ubicadas en la V Región, y que en los últimos dos años han sido protagonista de tres desastres ambientales por el derrame de crudo.
En concreto la estatal ha contratado a los expertos Worley Parsons y Shell Global Solution y se apronta a lanzar una licitación internacional para optimizar el terminal en el corto, mediano y largo plazo.
"Tomamos medidas que tienen que ver con asegurar que el terminal de Quintero esté a un nivel de clase mundial para reducir la probabilidad de ocurrencia de accidentes, ya sea por errores propios del terminal, errores de terceros o condiciones extremas impuestas por la naturaleza", informó el gerente general de la petrolera, Marcelo Tokman, a la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara.
En este sentido, la estatal dividió el trabajo en tres focos según sus tiempos de concreción. En lo inmediato, se contrató a la firma Worley Parsons para revisar las tecnologías del terminal y buscar optimizaciones de diseño.
A cargo de dicha consultoría está el experto Simon Meyer, quien el pasado 24 de junio entregó sus primeras conclusiones. De dicho documento desprendió la necesidad incorporar infraestructura nueva por US$23 millones, monto que incluía el cambio de las boyas actuales por boyas con ganchos de desconexión automática y la implementación de instrumentos para una predicción meteorológica.
Para la primera fase de este análisis ENAP desembolsó unos US$70 mil -cerca de $46,2 millones-, monto que escalará a medida que se avance hacia las etapas siguientes.
En paralelo, ENAP contrató los servicios de consultoría de Shell Global Solution -las que iniciaron este mes- por un pago inicial de US$50 mil -unos $33 millones-, con el que buscan mejorar la estructura operativa y organizacional del terminal y la revisión de procedimiento.
Se estima que la adaptación de todos estos procesos tome entre tres y cinco años en concretarse.
Y, en un tercer nivel, ENAP lanzó una licitación para buscar soluciones de largo plazo, a la que se invitó a empresas internacionales expertas en soluciones marítimas como Moffatt&Nichol, Ultimate Marine Consultans y PRDW.
Según explicó Tokman, dicho proceso busca evitar tomar decisiones apresuradas sin mirar el largo plazo.
"Hay mucha gente que opina que la solución definitiva es abandonar los terminales con boyas como tenemos y tener un terminal con líneas aéreas; esa es una de las ideas que ha estado dando vueltas, y acá lo que quisimos hacer fue ser súper responsables en evitar una primera solución fácil", añadió.
Todo lo anterior, busca evitar nuevos desastres ambientales en la bahía de Quintero. En los últimos dos años, la estatal ha sido protagonista de tres eventos: el derrame del buque tanque “"Mimosa", donde se vertieron 21 mil litros de petróleo; el derrame del nave Doña Carmela, de la empresa Agunsa, donde se derramaron 500 litros de petróleo; y el más reciente, el vertimiento desde la Moto Nave Ikaros, donde se depositaron más de 70 mil litros de crudo en la bahía de Quintero. Sobre este último aún está pendiente el fin de la investigación.