Los precios del petróleo bajaron durante la jornada de negociación de este lunes en Europa, registrando nuevos mínimos de dos meses ante los indicios de recuperación de la actividad perforadora de Estados Unidos.
El petróleo del New York Mercantile Exchange para entrega en agosto se negoció a 44,55 USD por barril, su cota más baja desde el 11 de mayo. Finalmente, los precios se situaron en 44,61 USD a las 3:52, hora de la costa este (las 9:52 en España), dejándose un 1,75% u 80 centavos.
El proveedor líder de servicios de yacimientos de petróleo Baker Hughes anunció el viernes que el total de perforadores de petróleo de Estados Unidos aumentó en 10 hasta un total de 351 durante la última semana, la quinta semana consecutiva de ganancias.
El nuevo repunte de la actividad de perforaciones en Estados Unidos suscitó rumores en torno a que la producción interna podría estar a punto de repuntar en las próximas semanas, lo que avivaba las preocupaciones en torno a la superabundancia de reservas.
Los futuros sobre el petróleo de Estados Unidos que se negocian en Nueva York se desplomaron la semana pasada un 7,31% o 3,70 USD, su mayor caída semanal en casi seis meses.
Por otra parte, en el ICE Futures Exchange de Londres, el petróleo Brent para entrega en abril se dejó un 1,67% o 78 centavos para negociarse a 45,98 USD por barril tras haber registrado mínimos de la sesión en 45,91 USD, su cota más baja desde el 11 de mayo.
Los futuros sobre el Brent que se negocian Londres se dejaron un 7,13% o 3,84 USD la semana pasada, su peor actuación desde mediados de enero, ante la creciente ansiedad en torno al impacto económico del voto de los británicos a favor de abandonar la Unión Europea.
Estas noticias suscitaron preocupaciones acerca de que Europa volverá a entrar en recesión, ejerciendo aún más presión en la economía mundial y lastrando las futuras previsiones sobre la demanda de petróleo.
De cara a la semana que comienza, los inversores del petróleo estarán pendientes de los datos sobre reservas de Estados Unidos que se publicarán el martes, y de los indicios acerca de la oferta y la demanda que se conocerán el miércoles.
Los inversores estarán también pendientes de los informes mundiales de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y de la Agencia Internacional de la Energía, para evaluar los niveles mundiales de oferta y demanda.
Los actores del mercado seguirán muy de cerca las interrupciones del suministro por todo el mundo, para conocer más indicios acerca del reequilibrio del mercado.
El subsecretario kuwaití de Finanzas, Jalifa Hamada,aseguró que su país desarrollará un plan para que los ciudadanos árabes del golfo Pérsico y extranjeros puedan comprar acciones de empresas públicas petroleras, una iniciativa similar a la anunciada recientemente por Arabia Saudí.
En una entrevista al periódico saudí Al Iqtisadiya (La Economía), Hamada indicó que esta iniciativa se enmarca en un programa de privatización, al que los países de la región se están viendo abocados, debido a la caída de los precios del petróleo.
No obstante, el responsable kuwaití no dio fechas ni determinó el porcentaje de acciones que se ofertarán en las futuras licitaciones públicas.
La Compañía del Petróleo de Kuwait, que es una empresa estatal que administra los asuntos energéticos del emirato y que posee varias instituciones filiales, proporciona el 92 por ciento de los ingresos nacionales.
Kuwait, con una producción de tres millones de barriles diarios de crudo, es el séptimo mayor productor de crudo en el mundo y el sexto en reservas, según cifras de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEC).
Tras Arabia Saudí, Kuwait se convierte en el segundo país del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) Pérsico que anuncia una privatización de una parte de su industria del crudo.
El pasado 25 de abril, el Gobierno de Riad, presidido por el rey Salman bin Abdelaziz, aprobó un ambicioso plan cuyo objetivo es reducir la dependencia del petróleo, desarrollando las inversiones y aumentando las exportaciones no petroleras de aquí al año 2030.
El plan, denominado "Proyecto de la Visión de Arabia Saudí-2030", incluye, entre otras cosas, la venta de hasta un cinco por ciento de las acciones de la empresa estatal Saudí Aramco y sus compañías filiales y la salida a Bolsa de la firma.
Saudi Aramco, la mayor productora de petróleo del mundo, ya había anunciado el pasado enero que barajaba salir a bolsa a través de la venta de acciones.
