“Tiene alrededor de 12 empresas azucareras que podrían ampliar sus operaciones pasando a la fase de producción de etanol y energía eléctrica, y al mismo tiempo continuar con la actividad azucarera”, manifestó el representante de este clúster.
Explicó que como resultado del uso de prácticas medioambientales, la demanda internacional por esta fuente de energía está en aumento, lo cual se constituye en un factor de importancia para los potenciales inversionistas que están en la búsqueda de nuevas oportunidades.
Destacó que algunos de los principales países compradores de etanol en el mundo son Estados Unidos, Japón, China y los países europeos. Sin embargo, resaltó que cada vez hay más empresas que buscan incorporar esta fuente de energía en su matriz energética.
Como resultado de sus diversas visitas al Perú, comentó que tiene conversaciones avanzadas con el Grupo Gloria para el aprovisionamiento de maquinaria y tecnología desarrollada para la producción de etanol en forma competitiva.
Agregó que otras azucareras con ventajas para explorar esta producción son Paramonga, el Grupo Oviedo, Andahuasi, Pucalá y Tumán.
En este caso, dijo que lo más conveniente es optar por la producción diversificada, es decir, producir azúcar, etanol y energía eléctrica a partir de este insumo. “Esto ayuda a tener operaciones más sostenibles en el tiempo”.
Apuntó que el etanol puede ser utilizado para combustible de aviones, desarrollar la bioquímica y el plástico verde (de gran demanda internacional), entre otros productos.
Castellar destacó que otra de las ventajas de desarrollar esta industria en el Perú es su capacidad para la generación de puestos de trabajo directo. Así, por cada millón de dólares invertidos en esta industria se logran crear, por lo menos, 100 empleos.
“Solo para la instalación de una planta destinada a la producción de etanol de segunda generación se necesita alrededor de 350 millones de dólares”, manifestó.
Subrayó que haber pasado a la producción de etanol de segunda generación implica la elaboración de un producto más competitivo debido a que utiliza el bagazo de la caña de azúcar, que antes era considerado producto de deshecho.
Por otro lado, dijo que la empresa APLA dispone de la tecnología necesaria para colaborar con el Plan Nacional de Diversificación Productiva (PNDP), que se está implementando en el Perú.
“La prioridad es generar valor agregado que impulse la creación de puestos de trabajo y eleve la competitividad del país”, aseveró.
La instalación de pequeñas plantas de producción de etanol en zonas rurales de la selva se constituiría en una alternativa interesante para la generación de empleo productivo y de energía eléctrica que atienda su zona de influencia, sostuvo Castellar.
“Conversamos sobre el tema con autoridades del Gobierno, pero está pendiente debido a que incorporaría la participación del sector privado”, manifestó.
Agregó que se trata de una alternativa efectiva considerando que este tipo de plantas demanda una reducida inversión y permite elevar la calidad de vida de las personas que están a su alrededor.
“Tiene un claro efecto de inclusión económica y social porque muestra una gran facilidad para generar empleo, además implica un reducido impacto en gases de efecto invernadero y la disminución en el uso del petróleo”, agregó.
El etanol es un compuesto químico obtenido de la fermentación de azúcares que puede utilizarse como combustible, solo o mezclado en cantidades variadas con gasolina.
Su uso se extendió principalmente para reemplazar el consumo de derivados del petróleo.
La mezcla de etanol y gasolina se conoce como gasohol o alconafta.
La demanda internacional por esta fuente de energía está en aumento.
Sonia Domínguez Enviada especial a Sao Paulo, Brasil