Recientemente he tenido el honor de participar en el evento “Euromine 2016” que se realizó en Skelleftea, Suecia. Visite las fábricas de maquinarias Atlas Copco y Volvo. Visite también la mina de oro Bjorkdal, la Universidad Tecnológica de Lulea, la fundición y refinería de metales Ronnskar y el Centro de Tecnología MEFOS. En Finlandia visité  la fábrica de maquinaria Sandvik, y la Universidad de Aalto donde se desarrolla con éxito la robótica. He sido testigo del extraordinario avance que tienen las industrias minera y tecnológica en estos países. En Suecia pude ver el funcionamiento de la fundición de Ronnskar, la misma que tiene todas sus emisiones totalmente mitigadas.

El impacto ambiental de esta operación –sin considerar el  consumo de energía- es prácticamente nulo. Algo que me llamó mucho la atención en Estocolmo es el aprovechamiento de los residuos orgánicos -incluido el desecho humano-  para producir el biogas para el  alumbrado público de esta ciudad. En ambos países la minería y en general todas las actividades productivas, conviven armoniosamente con la sociedad.

Entre otros, Suecia, Finlandia y  Perú son países mineros que tienen los siguientes indicadores: Índice de Desarrollo Humano: 0.907, 0.883 y 0.734, ingreso per cápita  $45,297, $40,675 y $11,988 respectivamente. Lo que nos falta a los peruanos es ponernos de acuerdo para saber aprovechar los ingresos que la minería formal y socialmente responsable genera en favor de la educación.

Así lo han hecho los países mineros que hoy son desarrollados. Mientras no apostemos decididamente por la educación -destinando estratégicamente por lo menos el 8% de nuestro PBI- difícilmente podremos brindar a toda nuestra juventud, educación de calidad.  Las primeras medidas del gobierno que se inicia en julio deben ser destinadas a la generación de confianza en la población respecto de la actividad minera. Necesitamos de un clima de paz social que propicie todas las inversiones posibles que necesitamos para retomar nuestro crecimiento económico. No conozco caso en el mundo en el que una sociedad haya alcanzado un alto grado de desarrollo humano, si previamente no ha experimentado un crecimiento económico elevado y sostenido. Para tener este crecimiento es necesario captar grandes inversiones no solo en minería sino también en todos nuestros sectores productivos. Todo esto, sin descuidar el enorme aporte de las pequeñas empresas.

En los países en los que mejor se vive –como Suecia y Finlandia por citar dos ejemplos- la clave del bienestar está en la capacidad innovadora de su gente, en el desarrollo de tecnología en base a la investigación científica, único camino para pasar de un modelo económico exportador primario, a un modelo que se base en la exportación de conocimiento.

El sector empresarial minero peruano va siendo cada vez más consciente del rol social que tiene que desarrollar, falta un Estado más dinámico. A inicios de un nuevo gobierno, estamos nuevamente frente a una gran oportunidad.

Rómulo Mucho Mamani, ex viceministro de Minería