El rally en el precio del oro prosigue ante la victoria del Brexit en el referéndum celebrado en Reino Unido el pasado 23 de junio, y que ha llevado a los inversores a buscar refugio en el metal amarillo.
En concreto, el oro con entrega en agosto subía un 1,1% hasta alcanzar los 1.354,20 dólares la onza, después de que el pasado viernes ya registrase un avance de un 1,4%. El metal precioso acumula ya cinco semanas consecutivas en positivo.
Los metales preciosos se han visto especialmente beneficiados por el referéndum del Brexit, como una inversión refugio ante la incertidumbre que se genera sobre el crecimiento económico global. Las subidas de la plata, no obstante, superan en mucho a las del oro, ya que su uso industrial hace que también se haya visto espoleada por el propio rally de las materias primas.
Así, el precio de la plata con entrega en septiembre subía hoy un 5% hasta alcanzar un precio de 20,57 dólares la onza.
La política es una ciencia compleja y son tantos los factores en juego que obligan a una extrema prudencia. Una de las grandes virtudes del dirigente es el correcto manejo de los tiempos.
‘Nunca hay que decir que no, pero tampoco hay que decir cuándo’, era la máxima usada por un viejo zorro sanjuanino acostumbrado a administrar poder durante varios ejercicios y en distintas gestiones. La parte central de ese concepto reside en la inconveniencia de imponerse límites temporales comprometiéndose a plazo con los destinatarios de las decisiones. La política es una ciencia compleja y son tantos los factores en juego que obligan a una extrema prudencia. Una de las grandes virtudes del dirigente es el correcto manejo de los tiempos. ‘Palabra que se ha soltao ya nunca vuelve al silencio‘ dice con acierto uno de los versos de José Larralde.
El gobierno de Macri ‘soltó‘ el asunto del segundo semestre como una ilusión que ayudara a soportar los males que vendrían en el primero pero ahora parece que se quedó corto. Más que error de cálculo pareciera un error de comunicación porque nadie le preguntó y mucho menos exigió que fijara un término para la recuperación de la economía. No obstante, y sin ser impropiamente optimistas, la historia nos obliga a afirmar que por razones estacionales siempre los segundos semestres son mejores. Una de las causas es que en ese lapso aparecen las consecuencias positivas de los acuerdos salariales. Otra, es que pareciera que la inflación comienza a ceder y, de ser así, el poder adquisitivo de los trabajadores rendirá más.
Por otra parte el arreglo de la situación de los jubilados ya es ley, de modo que ese sector de consumos reprimidos es posible que salga a gastar reactivando el comercio. Los recientes consensos legislativos alientan la idea de un período de estabilidad, algo de lo que había fundadas dudas al comienzo del mandato de Cambiemos. A esto ayuda la imprevista y veloz diáspora del kirchnerismo herido de muerte por el caso López.
Semanas atrás, cuando se comenzaba a tomar en serio la posible salida del Reino Unido de la Unión Europea, en una de nuestras notas comentamos que el asunto podría ser conveniente para la provincia de San Juan. Celebramos también que ese vínculo, aparentemente tan lejano, representara de manera efectiva el ingreso de nuestro distrito a la economía mundial desde que comenzamos a ser exportadores de oro y plata, cuyos precios están sujeto a los vaivenes políticos del planeta. Por fin! pasamos a estar integrados al curso de los hechos de nuestro tiempo, lo cual nos obliga a mirar mucho más allá de nuestras narices regionales o solo del país. Finalmente luego del referéndum que se realizó el jueves 23 de junio, el Brexit (Britain exit) confirmó la decisión de abandonar el sueño comunitario que exigía sacrificios que una mayoría de británicos, sobre todo los más viejos, no están dispuestos a soportar.
¿En qué se relaciona esto con San Juan? Sencillo, cada vez que se presenta un conflicto que pone en duda algún aspecto de la estabilidad económica y financiera de los países centrales en cuya órbita giramos nos guste o no, se produce un movimiento llamado ‘vuelo a la calidad‘. Esto consiste en que los inversores en general y particularmente los más grandes, cambian de cartera para refugiarse en activos seguros hasta que el panorama aclare y se puede saber cómo serán los nuevos parámetros para la toma de decisiones. Puede ser alguna moneda, como está pasando ahora con el dólar frente al euro y la libra, pero nada hay más seguro que el oro, los metales preciosos en general y otros bienes que por su carácter inalterable en el tiempo sirven como reserva de valor. El oro tiene la ventaja de su rápida circulación y que se puede fraccionar por lo que, en términos prácticos, puede operar como un billete de papel moneda.
Así es como el oro subió violentamente de precio apenas conocido el resultado electoral que determinó el cambio a corto plazo de muchas relaciones comerciales internacionales. Lo mejor para nosotros, exportadores del metal a razón de más de 600 mil onzas por año, es que aparentemente la inestabilidad se mantendrá durante algún tiempo porque el cumplimiento efectivo de la decisión británica no será inmediato sino en un plazo que permita un acomodamiento de los actores a la nueva situación.
Esa inestabilidad puede ser fogoneada por la que naturalmente surge cada vez que hay elecciones en EEUU, algo que se prevé para fin de año. Volviendo a nuestro tema, la onza de oro ya superó largamente los U$S 1.300 y se espera que ese precio pueda estabilizarse aún más arriba. Simultáneamente los costos de producción habían venido bajando, lo que genera una espiral positiva de tasas de retorno de la inversión que a su vez alienta la mayor capitalización bursátil de las empresas por suba de sus acciones. La nueva posición hace atractivas tanto las explotaciones existentes como las exploraciones de nuevos yacimientos. En fin, acostumbrados por aislamiento a que nada nos venga bien, esta vez podríamos disfrutar de un coletazo positivo.