El Banco Central (BCRA) volvió a recortar ayer las tasas de interés de referencia para el mercado, con lo cual quedaron en los niveles que tenían en la segunda mitad de enero.
La entidad que conduce Federico Sturzenegger no se dejó asustar por los reacomodamientos cambiarios que disparó en el mundo el Brexit y, por el contrario, proclamó como positiva la tendencia a la devaluación que mostró el peso en este contexto.
De hecho, ratificó su vocación por un tipo de cambio flexible que sirva para "amortiguar los efectos negativos de un shock externo sobre la economía real", al final de una jornada en la que un rebote generalizado en los mercados redundó en una menor presión sobre el tipo de cambio, lo que se reflejó en el ámbito local en una caída de $ 15,42 a $ 15,20 en la cotización minorista del dólar.
La baja aplicada a la tasa de corto plazo alcanzó los 75 puntos básicos por segunda vez consecutiva. La tasa cayó del 31,50 al 30,75% nominal anual (estaba al 38% hasta hace un mes y medio), apenas medio punto por encima del 30,25% que tenía al comenzar febrero.
Aquel nivel fue el mínimo de la actual gestión hasta ahora, antes de que un atisbo de corrida (reflejado en el máximo por encima de los $ 16 que tocó el dólar a comienzos de marzo) lo obligara a desandar abruptamente sus pasos sólo un mes después.
En el comunicado sobre política monetaria que acompaña cada subasta de letras, el BCRA aseguró que el recorte dispuesto ayer obedeció a que "se mantiene el proceso de desinflación" en la economía. "Las mediciones de alta frecuencia seguidas por la autoridad monetaria continúan reflejando una tendencia declinante durante junio", sostuvo la entidad.
Por esa razón, al mismo tiempo redujo el interés que paga o cobra a los bancos por los préstamos o los depósitos de dinero en la misma proporción, lo que dejó ese corredor de tasas del 26,5 al 35,5%, respectivamente, para operaciones a un día, y del 27,5 al 36,5% para siete días.
Sin embargo, los analistas creen que el respiro que dio ayer el dólar al interrumpir un ciclo de alzas que lo había llevado a revalorizarse localmente 10% en una semana puede haber sido clave. "De haberse mantenido el dólar en alza no sé que hubieran hecho", dice Lorenzo Sigaut Gravina. El jefe de la consultora Ecolatina cree que, al haber dispuesto una nueva baja, el BCRA buscó "cimentar la reputación que intenta ganar". "Le hubiera sido muy difícil -en caso de hacer una pausa- evitar que dijeran que la hacía para controlar al billete", explicó. "En esa disyuntiva, seguir bajando las tasas le sirve para asegurar que el proceso de desinflación mantiene su curso y, de yapa, para dar la señal proreactivación que tanto le reclaman desde un sector del Gobierno".
Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma, valora que con el nuevo recorte dispuesto el BCRA "avance en un sendero de abandono parcial del tipo de cambio como ancla de expectativas, porque eso contribuye a desdolarizar la política monetaria".
Camilo Tiscornia, socio de C&T Consultores, intuye por su parte que la nueva señal de relajación llegó porque "evaluaron que lo peor del efecto del Brexit ya pasó y se juegan a consolidar la idea de una inflación en baja, para que las expectativas acompañen en el mismo sentido y ayuden a que se haga realidad".
Para Amílcar Collante, la decisión responde a que la entidad cuenta "con mediciones semanales" que indicarían "una desaceleración persistente de la inflación núcleo". Pero es prudente sobre el impacto que esto podría tener sobre el mercado cambiario: "Mañana (por hoy) lo veremos", dice.
En igual sentido, Eric Ritondale, de EconViews, cree "correcta la decisión" de insistir en los recortes. "Una pausa en el proceso de acomodación a la baja de tasas hubiera sido un error, por los riesgos de malinterpretarse que significaría", apunta.
El nuevo recorte en la tasas volvió a traer consigo una expansión de la base monetaria que, medida en terminos netos, fue de $ 11.805 millones, sólo porque el BCRA había estado muy activo días atrás vendiendo letras en el mercado secundario (había colocado unos $ 4000 millones anteayer).
De no ser así, por los resultados de la licitación de ayer se habrían volcado a la calle más de $ 31.000 millones.
El nuevo corredor de tasas para el resto de los plazos es del 30% a 63 días; 28,90% a 98 días; 28,35% a 119 días; 27,75% a 147 días; 27,25% a 203 días, y 27% a 252 días. Así se mantiene la tendencia al aplanamiento en la curva de rendimientos, lo que indicaría que la economía va dejando atrás las restricciones que se le impusieron para transitar la zona de urgencias.
"La depreciación del peso en este contexto es deseable para amortiguar efectos negativos de un shock externo sobre la economía real"
"Las mediciones de alta frecuencia seguidas por la autoridad monetaria continúan reflejando una tendencia declinante en la inflación durante el mes de junio"
El Banco Central determinó que la tasa de las Lebac a 35 días quede en 30,75% y de esta forma volvió a bajarla. Esto sucedió pese a que en el mercado esperaban que la autoridad monetaria mantuviera el tipo de interés sin variaciones.
Así continua la tendencia descendente que comenzó en mayo cuando la tasa tocó el máximo de 38%. Desde el Central justifican la baja con una desaceleración de la inflación núcleo.
El efecto monetario de la licitación de hoy fue expansivo en $ 31.470 millones, lo que fue parcialmente compensado durante la última semana por una contracción por operaciones en el mercado secundario de $ 19.665 millones, dando como resultado un efecto expansivo neto por operaciones de Lebac de $ 11.805 millones.
"Los altos precios alcanzados y la posibilidad de que la autoridad monetaria establezca una pausa en el proceso de baja de la tasa de interés, sumado a la actividad de los bancos oficiales alentaron el ingreso de dólares con tal intensidad que desbordaron a una demanda algo más decaída que la vista en jornadas anteriores", explicó hoy un operador haciendo referencia a la jornada del mercado mayorista del dólar.
Durante marzo y abril la tasa a 35 días alcanzó el 38% y esto le sumó atractivo a este instrumento. Es por ello que muchos inversores prefirieron las Lebac por sobre los plazos fijos, con rendimientos inferiores. Ahora que la tasa vuelve a una tendencia descendente comienza a desinflase el interés en el mercado.
“En la última semana no se publicaron datos oficiales de precios al consumidor. Sin embargo, diversos indicadores sugieren que el proceso de desinflación se mantiene en línea con el sendero planteado por el Banco Central. Las mediciones de alta frecuencia seguidas por la autoridad monetaria continúan reflejando una tendencia declinante en la inflación durante el mes de junio”, indicó la entidad en un comunicado.
Además, agregaron que “la autoridad monetaria considera que en la medida que la inflación alcance cifras más bajas debe ser especialmente cautelosa para mantener su sesgo antiinflacionario. Las decisiones de política monetaria seguirán buscando una tasa de interés real esperada positiva, que dé lugar a la desinflación pautada”.
Por otra parte, el Central se refirió al referéndum en Reino Unido y el efecto que tuvo la noticia en los mercados. Es así que remarcó que considera que la depreciación del peso en este contexto es deseable para amortiguar efectos negativos de un shock externo sobre la economía real. Una de las virtudes esenciales del régimen cambiario adoptado por esta institución radica precisamente en la flexibilidad que le imprime a la economía nacional para afrontar los eventos externos.