Este es un buen acuerdo para Chile, insistió Stephen Elgueta, gerente general de Rockwood Lithium, la empresa que está a la espera de firmar un acuerdo con Corfo para la explotación de litio en el Salar de Atacama.
El ejecutivo destacó -por medio de un cuestionario- que tras la eventual firma el compromiso es lograr la exportación de materiales avanzados con valor agregado, lo que tendrá un beneficio patente para la Región.
El compromiso es aumentar la producción de carbonato de litio de grado de batería, subiendo de 24 mil toneladas a 70 mil toneladas y a desarrollar la tecnología necesaria para producir en Chile cinco mil toneladas de Hidróxido de litio. Para esto, se considera un plan de inversión para los próximos cuatro años de entre US$ 400 y US$ 600 millones.
“Además se compromete construir una tercera planta para la producción de litio grado batería en un lugar por definir y se abre la opción para la construcción de una cuarta planta para la producción de Hidróxido de litio grado batería, sujeto a que la empresa desarrolle una tecnología costo eficiente”, explicó.
Elgueta dijo que lo anterior es en directo beneficio local aunque también comentó la demanda de distintos actores locales que abogan para que parte de los ingresos del fisco queden en la zona. El privado dijo que “con diálogo se pueden encontrar los mecanismos que permitan que todos estos aportes se inviertan de la mejor manera posible”.
-Ya han tomado conocimiento de la inquietud local por el acuerdo que firmarán con Corfo. ¿Qué opinión general tienen respecto a estos juicios?
Seguimos con mucho interés y valoramos las opiniones que algunos actores locales han expresado sobre el acuerdo que esperamos firmar con Corfo. Como vecinos de esta Región desde hace más de 35 años, por cierto que nos interesa dar a conocer todos los aspectos, no sólo del acuerdo con Corfo, sino de toda nuestra actividad.
En enero de este año se aprobó la RCA del proyecto de expansión que nos permitirá duplicar en los próximos tres años la producción en la Planta Química La Negra en Antofagasta, donde se producirá carbonato de litio grado batería, esencial para las baterías de los automóviles eléctricos y otros dispositivos de almacenamiento de energía. Ello, junto con el eventual acuerdo con Corfo, implica poner a Antofagasta en el epicentro de la producción de litio en el mundo, desarrollando una industria con valor agregado.
-Según el contrato, el principal aporte a la región es a las comunidades, con el 3% de las ventas de Rockwood. ¿Cómo se llegó a esa cifra y por qué se entrega sólo a las comunidades de Atacama La Grande?
El convenio firmado con las 18 comunidades indígenas y el Consejo de Pueblos Atacameños (CPA) que las agrupa, responde a un proceso de diálogo iniciado en el año 2012.
Estamos comprometidos con el desarrollo de la nueva minería del litio, que se sustenta en la colaboración, sustentabilidad y valor compartido. Sobre esta base se genera el inédito acuerdo firmado con las comunidades y el CPA, que además recoge una de las recomendaciones de la Comisión Nacional del Litio, creada por la Presidenta Bachelet, en cuanto a hacer partícipes a las comunidades locales de los beneficios que genere la explotación del Salar de Atacama. Fue precisamente el informe de la Comisión Nacional del Litio el que recogió la aspiración de las comunidades atacameñas de participar del 3% de los beneficios de los proyectos.
-¿Por qué llegaron a un acuerdo directo, sin pasar por el Gobierno o Corfo?
Este tipo de acuerdo y relacionamiento con las comunidades forma parte de la visión estratégica de la compañía. Nuestro entendimiento es que estos acuerdos privados son perfectamente compatibles con el rol que el Estado tiene en relación a las comunidades, y de hecho creemos que ambas cosas se potencian generando un círculo virtuoso. No sólo Corfo, sino todos los organismos estatales involucrados en nuestro quehacer como empresa, han sido enfáticos en valorar este acuerdo.
Por otra parte, el involucramiento del Banco Interamericano de Desarrollo es clave para dar garantía a los actores públicos como la propia Corfo, ya que contribuirá con todo su conocimiento y experiencia apoyando a las comunidades en la generación de una fórmula de gobernabilidad de los recursos cuyo aporte considera este convenio.
¿Harían algún llamado a mejorar la participación de los recursos para la Región (vía FNDR- o aporte a los municipios) o lo dejan en manos de Corfo y el Gobierno?
Nuestra responsabilidad es realizar una actividad empresarial seria, ética, que genere valor agregado y consolide a Chile, y a la Región de Antofagasta, como líder mundial en la producción del litio. Ello implica mantener la productividad, realizar inversiones, generar trabajos de calidad y proyectar un crecimiento futuro.Entendemos que hay una discusión abierta en torno a la necesidad que los recursos que se generen en las comunas mineras, especialmente ligadas al cobre, queden en el lugar de origen. Estamos seguros que con diálogo se pueden encontrar los mecanismos que permitan que todos estos aportes se inviertan de la mejor manera posible.
El acuerdo entre la firma y Corfo, podría firmarse este mes, según lo adelantó Eduardo Bitrán -vicepresidente ejecutivo de Corfo- recientemente en la ciudad. Para ello, sólo restarían detalles, aunque hay, por ejemplo, una investigación alojada en el Congreso.
¿Cuándo esperan firmar el acuerdo?
Es natural que cuando estamos hablando de grandes montos de inversión en I+D y que revisten gran importancia para el futuro del litio en Chile y en la Región de Antofagasta, los detalles a veces demoren más de lo que nos gustaría, pero los equipos jurídicos siguen trabajando en ello y estamos prontos a cerrar el acuerdo. Este acuerdo marca un precedente en materia de relación entre el Estado y la empresa privada por lo que no se escatimarán esfuerzos para que sea a prueba de balas, tal como lo ha dicho Eduardo Bitrán.
¿Cuánto será invertido en la planta? ¿Cuántos empleos serán generados
La construcción de una planta de carbonato de litio grado batería tiene una inversión total asociada de US$750 millones. De ellos, US$370 millones son en impacto directo para la Región de Antofagasta a lo que se suman US$198 en impacto indirecto solo en la Región.
En cuanto a los empleos, actualmente entre la Planta Salar y La Negra, trabajan 326 personas.
De los trabajadores contratados por Rockwood para la operación de la Planta Salar, 44% será de la localidad de Peine y 20% del resto de las comunidades del Salar de Atacama. El salario promedio pagado por la empresa o los contratistas para un trabajador de baja calificación es 35% mayor al salario promedio de la economía, 42% mayor para un trabajador de media calificación y 56% mayor para un trabajador de alta calificación.
La etapa que viene del proyecto de expansión considera, entre 2018 y 2026, la creación de 112 puestos de trabajo permanentes. De firmar el acuerdo con Corfo y construir una nueva planta, esos puestos aumentarían a 250.
“La demanda del litio crecerá en los próximos años gracias a la industria de los automóviles eléctricos y al almacenamiento de energía”. Stephen Elgueta, Gerente Rockwood
El memorándum de entendimiento establece el apoyo a la investigación y desarrollo (I+D) para el aprovechamiento de sales para aplicaciones térmicas, de almacenamiento y energía solar. Elgueta puntualizó que dicho aporte será de US$ 2 millones al año reajustables (no sólo por una vez) y su emplazamiento de este centro será definido una vez que se firme el acuerdo.
“Con la firma de este convenio Chile podrá duplicar la producción de litio y, lo más importante, recuperar el liderazgo mundial en la industria. Adicionalmente, como consecuencia del acuerdo como empresa aportaremos al Estado de Chile recursos adicionales entre US$ 70 y US$ 100 millones anuales por concepto de royalty minero, Impuesto a la Renta, comisión a Corfo y otros”, detalló Elgueta.
Los recursos aportados por Rockwood Lithium, que alcanzarán un 3% de las utilidades, se destinarán a educación, innovación y emprendimiento de 18 comunidades indígenas.
Del proceso de acercamiento, diálogo y colaboración que se inició en el año 2012, la empresa Rockwood Lithium suscribió en 2016 un acuerdo de “Cooperación, Sustentabilidad y Beneficio Mutuo” con las 18 comunidades indígenas atacameñas del salar de Atacama y con la organización que las agrupa, el Consejo de Pueblos Atacameños (CPA), lo que marca un nuevo paradigma en las relaciones entre las comunidades indígenas y la industria minera.
Este acuerdo se inspira en los principios del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en tanto busca generar fórmulas de participación de las comunidades atacameñas en los beneficios derivados de la explotación de litio en el Salar de Atacama, con lo que se hace cargo además de una recomendación incorporada en las conclusiones de la Comisión Nacional del Litio.
Uno de los principales aspectos del acuerdo es que la empresa se compromete a compartir los beneficios que la extracción del litio y producción de sus derivados genera a la compañía: anualmente la empresa entregará a las comunidades el equivalente al 3,5% de las ventas de carbonato de litio y cloruro de potasio obtenidos en base a la producción de la Planta Salar.
Adicionalmente, la empresa y la comunidad se comprometen a desarrollar ciencia para el cuidado y protección del salar. Esto se plasma mediante el establecimiento de mesas tripartitas entre la Empresa, el CPA y centro de estudios y/o investigación con que se desarrollen proyectos.
Otro de los aspectos centrales del acuerdo es la intención de compra, por parte de Rockwood, de energía limpia, producida por las comunidades a través de un proyecto de generación fotovoltaica, la que se utilizará para cubrir la demanda de nuestra operación en la Planta Salar, contribuyendo así en el mediano plazo al reemplazo del uso de combustibles fósiles por parte de la firma y por tanto a que la empresa disminuya su impacto en el territorio.
La alcaldesa de San Pedro de Atacama, Sandra Berna, dijo que en su condición de indígena, valora profundamente el acuerdo suscrito por la empresa y las comunidades, pues considera que “las mineras deben compartir un mínimo de sus ganancias con sus territorios, para que puedan crecer y desarrollarse, porque se dice que el cobre es de todos los chilenos, pero eso no se nota en el norte, entonces es un proyecto digno de imitar por todas las mineras”, dijo.
Berna continuó señalando que en la zona hay muchas mineras que no son de Codelco, que en su gran mayoría pertenecen a grandes empresas extranjeras, que pueden entregar, porque el litio entrega el 3%, pero que sea un 1 o un 0,5%, de todas las ganancias que se han extraído desde acá, para que se agilice el desarrollo de Calama, Ollagüe y San Pedro de Atacama”.
La autoridad dijo además que si bien no se queja de las empresas, pues hemos hecho mucha gestión desde el municipio, sí “falta mucho por mejorar”, aseguró. “Creo que con esta iniciativa las comunidades indígenas tendrán sus propios recursos para sacar adelante sus poblados, nos falta el agua, queremos cuidar la agricultura y hacer de San Pedro de Atacama un pueblo turístico y que nuestro país se sienta orgullosos de San Pedro y este acuerdo nos ayuda y debe ser imitado”, sostuvo la alcaldesa.
Un acuerdo amplio
El jefe de Relaciones Comunitarias de Rockwood Lithium, Paulo Barraza, consultado sobre si está es la primera experiencia de su tipo en Chile, dijo que efectivamente el acuerdo alcanzado “es un hecho inédito ya que somos una de las primeras empresas en Chile y la primera en la industria minera, que firma un acuerdo de asociatividad de estas características con las comunidades vecinas a su operación”.
Acuerdo, agregó, a través del cual “transformamos a las comunidades en socias, no sólo porque compartimos los beneficios de la actividad, sino porque potenciamos su propio desarrollo y trabajamos de forma conjunta para garantizar la explotación sustentable del Salar de Atacama”.
Recursos cuyo fin, detalló Barraza, se destinarán principalmente a educación, innovación y emprendimiento. En el ítem educación, una parte de los recursos se utilizará en otorgar becas de estudio y el resto se invertirá en lo que la comunidad decida.
“Cabe destacar que estos recursos se destinarán a proyectos y necesidades de cada comunidad de acuerdo a lo que establezcan sus planes de desarrollo, en los casos en que existe. Adicionalmente, el convenio apunta a la generación de una ‘fórmula de gobernanza económica’ que contará con la asesoría del Banco Interamericano de Desarrollo para asegurar una gestión exitosa, transparente y sustentable de los recursos entregados”, aclaró el ejecutivo.
Además, el convenio establece el compromiso asumido por Rockwood Lithium de comprar al CPA la energía que generarán a través de la instalación de una planta fotovoltaica. Dicha energía se usará para abastecer a la nueva planta de la empresa. “Por lo tanto, el beneficio es directo y no sólo en la entrega de recursos, sino en el trabajo conjunto para que sean las propias comunidades, las que gracias a la generación de valor compartido, puedan construir su propio desarrollo”, añadió el profesional.
Consultado sobre si existe una estimación sobre la cifra a la que ascenderán los aportes, Barraza explicó que “a partir del próximo año comenzará la entrega de un porcentaje de las ventas anuales de carbonato de litio y cloruro de potasio el que en 2018 llegará al 3%. De manera adicional a partir de ese mismo año, se entregará el 0,5% de las ventas para ser utilizados en proyectos de investigación y Desarrollo”.
Barraza sobre cómo ha tomado la industria esta iniciativa de asociatividad, dijo que “sabemos que se trata de una iniciativa inédita en la relación comunidad-empresa, que cambia el paradigma convencional de trato entre ambas, por lo que es natural que genere algún tipo de dudas en algunos actores”.
Sobre el mismo punto, profundizó que “en Rockwood Lithium estamos comprometidos con el desarrollo de la nueva minería del litio que se basa en la colaboración, en el diálogo, en la sustentabilidad y en la generación de valor compartido. Creemos firmemente en el modelo que hemos construido junto a las comunidades, pero cada empresa debe llegar a sus propias soluciones, teniendo a la vista sus propios procesos de diálogo y relacionamiento”.
¿puede haber conflicto?
El jefe de Relaciones Comunitarias de la empresa, sobre si este tipo de colaboraciones puede generar suspicacias, como pensar que la comunidad respaldará cualquier decisión aunque los afecte o dañe el medio ambiente, aseguró que “muy por el contrario, de las casi 50 páginas que tiene el convenio, la gran mayoría se refieren a la protección de los derechos que asisten a las comunidades, al fortalecimiento de la institucionalidad indígena existente, la autodeterminación y muy especialmente a la sustentabilidad territorial, reflejada en acciones concretas en temas medioambientales”.
Entre estas, especificó, el monitoreo conjunto y participativo del proyecto, lo que incluye el traspaso de información directamente a las comunidades, capacitación y la instalación de estaciones de monitoreo priorizadas por las propias comunidades en sus territorios. “Otros aspectos que creemos reflejan esta nueva forma de hacer las cosas, van en la línea de contar con medidas anticorrupción, reportabilidad y mecanismos de resolución de conflictos”, apuntó Paulo Barraza.
2012 se iniciaron los acercamientos entre la empresa Rockwood Lithium y la comunidad de Peine. Hoy esa relación se extiende a 18 comunidades del interior de San Pedro de Atacama.
3% de sus utilidades entregará la firma estadounidense a las comunidades indígenas, recursos que serán destinados, principalmente, en proyectos de educación, innovación y emprendimiento.
3000 metros cuadrados es la extensión del salar de Atacama, el tercero más grande del mundo, donde se estima que está depositado entre un 30 y un 40% de las reservas mundiales de litio