“Nuestro objetivo es alcanzar la seguridad energética y mitigar el impacto ambiental”. Con estas palabras, el ministro de Energía y Minería de la Nación, Juan José Aranguren, defendió ante la Cámara de Senadores el aumento de tarifas de gas y electricidad dispuesto por el gobierno de Mauricio Macri tras la quita de subsidios, en lo que fue un fuerte giro tras dos años de gobiernos kirchneristas.
El funcionario macrista -que está en el ojo de la tormenta por la forma en que aplicó los reajustes tarifarios y por las denuncias de incompatibilidad con la función pública por las acciones que posee en la petrolera Shell, de la que fue CEO- se presentó ante las comisiones de Minería, Energía y Combustible y de Derechos Humanos y Garantías, ante las cuales defendió la nueva política energética de las críticas opositoras.
“El objetivo no es reducir el déficit fiscal, sino que haya más energía", aseguró Aranguren, que justificó el aumento de tarifas por la situación heredada. Así, advirtió que "entre el 13 y el 14 por ciento de la energía es importada" y que hubo una “caída en la calidad del servicio por no reconocer los costos del servicio”. “Si manteníamos el plan energético anterior, nos íbamos a quedar sin energía muy pronto”, alertó.
En este marco, el ministro justificó la quita de subsidios a la mayoría de la población y el lanzamiento de la “tarifa social” -subsidiada- para una minoría. "Nos parece más razonable subsidiar a la demanda que subsidiar a la oferta, como se hizo en los últimos doce años", afirmó. Y aseguró que hay una “política activa para poder proteger a aquellos sectores que están en una situación delicada y que merecen una tarifa especial”. "Se trabaja junto con (el Ministerio de) Desarrollo Social para identificar poblaciones en riesgo", acotó.
Aranguren reconoció luego el impacto negativo de los reajustes en algunos sectores, tras lo cual anunció que se lanzará una tarifa disminuida en un 20 por ciento para pequeñas y medianas empresas “electro-intensivas”.
A modo de resumen, Aranguren aseguró que la policía energética de Macri brega por “asegurar el abastecimiento energético”, por “que aquél que tenía una situación de ingreso que le impedía pagar el reajuste tarifario va a ser apoyado por el Gobierno nacional” y por “diversificar” la matriz energética.
Como era de esperar, los legisladores opositores salieron con los tacones en punta. El bonaerense Juan Manuel Abal Medina (FpV-PJ) denunció que la tarifa social está “lejos de llegar a sectores importantes que realmente lo necesitan”, como ser la “clase media baja”, los clubes barriales que realizan tareas de “contención social” y las pymes. En este sentido, Daniel Lovera (PJ-La Pampa) le transmitió su preocupación al ministro por las "entidades que ya han tenido que cerrar sus puertas" a partir de los aumentos tarifarios.
La formoseña Graciela De la Rosa (FpV-PJ) también se refirió al “tremendo impacto social” pero en tono más duro. “Al bolsillo golpeado por una inflación anualizada del 40 por ciento le llega este tarifazo (…) Estamos en un proceso recesivo y lo único que hace esa política tarifaria es acentuar un camino de recesión”, advirtió primero. Más adelante pidió lisa y llanamente “retroceder” con las medidas adoptadas, al tiempo que rechazó los argumentos de Aranguren: “no creo que (la nueva política tarifaria) tenga que ver con la generación de energía”.
La más crítica , sin embrago, fue una senadora que abandonó el Frente para la Victoria la semana pasada. En una larga exposición en la que repasó las consecuencias del aumento de tarifas y de las naftas, la misionera Sandra Giménez reprochó al ministro por omitir en su informe que Argentina comprará el gas boliviano que producirá Shell, empresa de la que es accionista.
Aranguren volvió a justificar el aumento de tarifas por la necesidad de “modificar un estado de situación”, por “un país que heredamos”. “Nos estábamos y nos estamos quedando sin energía”, advirtió.
También justificó el precio de las naftas, que sufrió cuatro aumentos desde que asumió Macri, hasta totalizar una suba del 30 por ciento. “No hay subas en las naftas; hay un reconocimiento del costo de la materia prima que mantiene el nivel de actividad”, dijo, en lo que fue una de sus definiciones más fuertes de su presentación.
Por otro lado, el ministro reconoció las idas y vueltas en su administración, al afirmar: “estamos aprendiendo sobre la marcha”.
En otro orden, Aranguren rechazó la posibilidad de que Argentina pueda vivir de la importación de energía: “no tenemos puertos, vías navegables, depósitos para vivir con la importación”, afirmó.
Por otro lado, destacó como “un aporte de esta administración” que a partir del 10 de diciembre de 2015 “el costo de exportación e importación es público y transparente”.
El ministro de Energía de la Nación, Juan José Aranguren, realizó una exposición en el Senado para brindar precisiones acerca de las políticas implementadas por el gobierno nacional. La rionegrina Magdalena Odarda, integrante de la Comisión de Derechos y Garantías, tuvo oportunidad de reflejar el impacto que tuvieron los tarifazos en la Patagonia.
“Más que un aumento cruel necesitamos una reparación histórica”, esgrimió la Senadora respecto a la situación que se vive en el valle de Río Negro y le solicitó una “tarifa patagónica” que también beneficie al sector turístico ante el temor de posibles despidos y suspensiones.
Odarda reconoció ante “DeBariloche” que le sorprendió una primera respuesta de Aranguren, quien le dejó en claro que el aumento tarifario sirve para finalizar las obras del gasoducto Cordillerano. No obstante, el ministro le confirmó que los trabajos estarán finalizados para el invierno de 2017.
La Senadora informó que hizo saber su preocupación por la necesidad de una ley que defina una tarifa diferenciada para los clubes y las asociaciones ya que en la resolución actual “hay que probar que existe una necesidad”.
Esta mañana Aranguren defendió la decisión del gobierno y aseguró que “en lugar de estar subsidiando a la oferta como se hizo en los últimos años, nos pareció más razonable subsidiar a la demanda para fomentar políticas de ahorro”.
Al respecto, explicó que la intención es “premiar” a quienes ahorren un 15 por ciento de gas y electricidad mientras se trabaja con el Ministerio de Desarrollo Social para identificar a los sectores de la población de más bajos recursos y que no pueden hacer frente al aumento tarifario.
La titular de la Oficina Anticorrupción (OA), Laura Alonso, aseguró que el caso en el que analiza un posible conflicto de intereses por la tenencia de acciones de la empresa Shell por parte del ministro de Energía, Juan José Aranguren, "es el más complicado", y estimó que "en algunas semanas" darán a conocer un dictamen
De todas maneras, aclaró que "la tenencia accionaria no es un conflicto de interés" por sí mismo, y puso como ejemplo que el propio presidente Mauricio Macri tiene participación "en distintas compañías".
"El caso del ministro Aranguren es el más complicado de los que tiene en estudio la Oficina Anticorrupción, aproximadamente 22, porque no es tan blanco ni tan negro. Sé que a todos nos gusta decir 'sí o no' rápido, pero en este caso, hay que hacer una tarea de control mucho más profunda de la que hace cualquier persona", señaló.
En declaraciones a radio La Once Diez, Alonso explicó que hay conflicto de interés cuando "una decisión puede favorecer a un ex empleador o a algunos intereses que pueda tener el propio funcionario".
"El caso de Aranguren se está estudiando particularmente porque él tiene una cantidad de acciones de la compañía Shell. Como es ministro de Energía, y Shell está bajo la órbita de control y regulación de ese ministerio, se está estudiando si alguna decisión podría beneficiar a Shell o al propio funcionario", sostuvo.
Si bien aclaró que no estaba adelantando una postura en el caso que analiza, la ex diputada por el PRO aseguró que "el volumen accionario que posee Aranguren es 'minimísimo' con respecto a Shell, la compañía internacional", porque dijo que no se trata de participación en la filial argentina.
"Esperamos para las próximas semanas tener una recomendación preventiva para el ingeniero Aranguren para que evite, a través de una delegación de decisión y firma, caer en un conflicto de interés", agregó.
El ministro de Energía conserva más de 16 millones de pesos en acciones de la petrolera Shell, empresa de la que fue CEO de la filial argentina hasta diciembre del año pasado, cuando asumió su función pública.
Juan José Aranguren sigue en el ojo de la tormenta. Luego de que la Oficina Anticorrupción reconociera que su situación es “delicada” por ser ministro de Energía y a la vez accionista en Shell, la senadora nacional Sandra Giménez (Frente de la Concordia Misionero) lo reprochó por haber omito en su presentación en el Senado que avaló la compra del gas boliviano que producirá esa compañía.
“Se le olivó de decir”, le remarcó la senadora, que fue la más dura con el funcionario macrista en su presentación ante las comisiones de Minería, Energía y Combustible y de Derechos Humanos y Garantías.
Giménez -que abandonó el Frente para la Victoria la semana pasada- también repudió el aumento de tarifas de gas y electricidad, al asegurar que provocó no solo pérdida de poder adquisitivo sino también despidos en una provincia que, dijo, no cuenta con fuentes de energía alternativas.
“El 20 por ciento no alcanza”, dijo sobre el subsidio que anunció el ministro a las pequeñas y medianas empresas “electro-dependientes”.
También rechazó los aumentos que sufrió la nafta y alertó que el fin de semana pasado -extendido por los feriados del 17 y 20 de junio- los misioneros se escaparon a Paraguay en búsqueda de precios más baratos. Según la senadora, los pobladores de la tierra colorada prefieren llenar el tanque en Brasil o Paraguay, donde aseguró el litro de nafta cuesta 15 y 11 pesos, respectivamente, dado que en Misiones se paga a 22 pesos.
Muy afecto como su jefa Cristina Fernández de Kirchner a hablar a través de su cuenta de Twitter a lo largo de una gran cantidad de tuits, el exministro de Planificación Federal Julio de Vido analizó por esa vía la presentación del ministro de Energía, Juan José Aranguren, en el Senado de la Nación, a quien fustigó con dureza.
En su cadena de tuits, el diputado Julio de Vido consideró las explicaciones del funcionario en el Senado como “pobres, insuficientes e incluso disparatadas”, y consideró “falso” haber dicho que “de seguir con nuestro Plan Energético 'el país se quedaba sin energía'”, como señaló el funcionario.
De Vido sostuvo que “dejamos un sistema energético en pleno funcionamiento y con energía disponible en todos los rincones del país. Terminamos Atucha II, Yacyretá e iniciamos la construcción de las represas Kirchner-Cepernic. Dejamos un plan nuclear de largo plazo con tres centrales nucleares planificadas”.
Según el exministro, “Aranguren cambió la política energética no porque fuéramos a quedarnos sin energía sino porque tiene un proyecto diferente. Es el ministro de Energía del neoliberalismo. Su proyecto político es la exclusión social y provincial: hambre y miseria para el pueblo”
“La política energética del neoliberalismo es la sumisión a las grandes corporaciones y la dependencia económica. Y un sistema energético de naturaleza neoliberal representa intereses contrarios a los de la seguridad jurídica de la ciudadanía”, agregó De Vido, para quien “se trata de un sistema energético destinado a hacer de la energía un commodity hacia afuera y una variable de ajuste hacia adentro”.
El exfuncionario dijo luego que “lamentablemente, nada nuevo bajo el sol. Las consecuencias son conocidas. Basta repasar la herencia nefasta recibida en 2003 por Kirchner. Porque Aranguren podrá ser nuevo, pero sus políticas no. Energía como privilegio, cara, escasa y para mercados foráneos”.
Para De Vido, “se explica así que no terminaran Atucha II y Yacyretá. Se explica así que hayamos recibido 10 provincias desconectadas del SADI. Se explica así más de 15 millones de compatriotas sin gas por redes en 2003 mientras el gas lo regalaban a Chile. Por eso el ministro ahora lamenta que no podamos exportarlo más! (aunque apunte a hacerlo en el corto plazo, ojo)”.
La sucesión de tuits continuó señalando que “la industria energética puede ser madre de industrias o sepulcro de industrias, como tristemente lo viene siendo desde el 10 de diciembre”. Consideró que “la industria energética puede ser madre de un mercado interno pujante o su sepulcro, como tristemente viene siendo desde el 10 de diciembre.
La industria energética puede ser madre de una ciencia y tecnología vanguardistas y pueblocéntricas o su sepulcro, como desde el 10/12”.
“Cuadruplicar el déficit fiscal, desplomar consumo, abrir importaciones, endeudarnos y hacer de la energía un privilegio es parte de lo mismo. Es parte del proyecto político de una Argentina chiquitita, atrofiada y excluyente. Aranguren es funcionario de este proyecto. Y para que este proyecto que nadie quiere se imponga mienten una y otra vez. Como hizo el ministro hoy en el Senado”.
Sobre el final de su declaración, De Vido habló del “viejo y trillado cuento de crear una crisis donde no la hay”, pero sostuvo que “el pueblo argentino ya recuperó la calle” y sostuvo que ese pueblo “comprende de forma creciente que la energía en un país como la Argentina debe ser subsidiada, barata y abundante”.